La polémica en torno a la Cambra de Comerç de Barcelona sube de tono. El próximo pleno, previsto para el miércoles, día 29, someterá a votación un manifiesto de apoyo al Consell de República y a su líder Carles Puigdemont. Salvo sorpresas, será aprobado con facilidad, dada la amplia mayoría de la que goza el equipo de gobierno, que encabeza Mònica Roca y está formado por miembros de la candidatura independentista Eines de País.
Según el texto remitido a los miembros del pleno, la declaración se justifica por la necesidad de contar con una “política económica valiente” que priorice el tejido productivo y acabe con el “agravio crónico” de las inversiones en infraestructuras.
El texto alaba la labor de Puigdemot por su “preciada labor” para conseguir el objetivo del Estado propio
“Reivindicamos en definitiva que la mejor política económica es la de contar con un Estado propio, que permita que Catalunya y su tejido empresarial se encuentren entre las economías más desarrolladas de Europa, y por qué no, del mundo”, señala el texto.
“Constatamos que el comité ejecutivo de la institución, la mayoría de los miembros de este pleno y también del empresariado en su conjunto coincidimos en esta visión”, añade el texto. Y como argumento aporta que “esa fue la voluntad expresada en las urnas por los electores de la Cambra de Comerç de Barcelona el mes de mayo del 2019 en las elecciones más concurridas de la historia de la institución”.
Tras señalar que desde diversas instituciones, administraciones y agentes sociales se trabaja en ese objetivo de “contar con un Estado propio”, el manifiesto expresa “el reconocimiento merecido al Consell de la República –con el molt honorable president Puigdemont al frente– por su preciada labor para conseguir ese objetivo, tan necesario como urgente para el tejido productivo del país”. También reconoce a la “Asamblea de Representantes, constituida recientemente en la Catalunya Nord, como órgano legítimo de representación.”
El texto ha sido acogido con perplejidad y bastante irritación entre los miembros del pleno ajenos al equipo impulsado por la Assemblea Nacional Catalana (ANC). “Un paso más osado en la continua politización de la institución”, afirma uno de ellos.
En medios próximos a Eines de País se destaca, por el contrario, que la defensa del Estado propio formaba parte de su programa electoral y, por lo tanto, a nadie debería sorprender el manifiesto actual.
No es el único asunto cargado de simbología que llevará polémica al pleno. También el cambio del escudo de la institución. La nueva propuesta se basa en una versión más antigua del escudo del Consolat del Mar, pero la desaparición de la corona ha levantado las críticas. Según fuentes de la Cambra, el nuevo está inspirado en un escudo esculpido en los arcos del Saló de Contractacions de la Llotja, que se calcula que data del siglo XIV. El escudo actual es el de la Junta Particular de Comerç de Barcelona, dibujado por Francesc Tremulles i Roig en 1758.
Y ya, entre los temas de mayor calado, se debatirá también el cambio de estatutos para reducir al mínimo –del máximo de 14 que se prevén en la actualidad a un máximo de dos– las llamadas sillas de plata , los escaños en el pleno a los que se accede sin pasar por las urnas, solo pagando una cantidad determinada (ahora son un mínimo de 75.000 euros anuales). La propuesta que Mònica Roca ha ido explicando a las grandes corporaciones afectadas es que se cambiará ese estatus por la figura de socios institucionales que seguirían pagando, y a cambio podrían participar en comisiones o grupos de trabajo. Pero esos socios institucionales no tendrían voto, porque no formarían parte del pleno. La intención de Mònica Roca es que las elecciones, previstas en principio para mayo del 2023, se celebren ya con el nuevo sistema.