Vivimos una pandemia de ansiedad. Pero mientras la medicina convencional tiende a verla como un problema vinculado a la química cerebral y a la psicología, los últimos estudios apuntan a un origen enraizado en el cuerpo. Así lo defiende la Dra. Ellen Vora a través de su trabajo clínico, con el que ha descubierto que las incomodidades emocionales y físicas que experimentamos (insomnio, confusión mental, dolor de estómago, nerviosismo…) son la respuestas del cuerpo a experiencias desafiantes, pero también a factores aparentemente inocuos como la dieta, el exceso de cafeína, la deshidratación, el desequilibrio en la glucosa o el uso excesivo de la tecnología.
En su obra
‘La anatomía de la ansiedad’ (Paidós) la psiquiatra estadounidense revela que esa ansiedad relacionada con el cuerpo (a la que ella denomina «falsa ansiedad») puede tratarse fácilmente.