En la actualidad muchos
jóvenes y adultos esperan encontrar el trabajo de sus sueños en el que un
aspecto es muy importante: poder manejar su tiempo libre y no ser esclavos del
trabajo. Ese era el propósito de la tolimense Paula Vásquez, quien, sin saber muy
bien cómo quería emprender, ahora vive, viaja y trabaja con su propio
negocio.
Paula es una mujer nacida en
El Espinal y adoptada por Ibagué desde los 7años, hoy tiene 29 y su negocio
Menina, tiene seis. Se fue a vivir a Bogotá para estudiar Administración de
Empresas y al graduarse retornó a la capital tolimense. Según ella, el ejemplo
de ser comerciante lo heredó de su padre quien la inspiró a tener su propio
negocio.
“Todo inició hace mucho tiempo
porque mi papá es comerciante y siempre tuve ese ejemplo, para mí esa era la
manera: iniciar mi negocio. Yo veía que él tenía libertad de tiempo, podía
manejar sus cosas y eso fue lo que yo siempre quise y a lo que le aposté, por
eso escogí esa carrera, pero no sabía exactamente de qué quería hacer mi negocio,
no tenía claridad sobre eso”, expresó.
Sin embargo, tiempo antes de
volver a Ibagué, cuando Paula hizo sus prácticas profesionales encontró pistas
de que camino tomar en cuanto a su negocio. La tolimense hizo sus pasantías en
un laboratorio farmacéutico en el área digital, donde aprendió todo acerca de
este mundo y se dejó cautivar por el tema, así que al terminar hizo un
diplomado en Marketing Digital, lo que la impulsó más a crear su página en
internet.
“En esa época viajé a Medellín
y encontré una marca de bolsos y dije: voy a vender estos bolsos. Así empezó
todo. Inicié con 12 bolsos, así cree la página de Instagram, la llamé Menina
porque significa chica en portugués, el nombre salió de la nada en una
conversación con mi hermana. Empecé a vender los bolsos a mis familiares,
amigos y conocidos. Luego reinvertí, compré accesorios y así fui comprando más
cosas y otros productos”, indicó.
Como dicen que “todo entra por
los ojos”, Paula vendió un bafle que tenía y con el dinero compró una cámara
profesional con la cual tomar mejores fotos de sus productos. Su primera
vitrina fue su página en Instagram y sólo seis meses después, impulsada por su
padre y por las necesidades de los clientes de ver los productos, montó su
primer punto en un lugar que no tenía nada que ver con su negocio.
“Yo hacía domicilios, pero la
gente quería ver los bolsos en físico o pasar a recogerlos, así que mi papá me
dijo que me abría un espacio en su local de muebles, era algo pequeño. Luego
empecé a publicar la dirección y les decía a los clientes que podían pasar allá
a ver todo, fue increíble porque la gente empezó a ir, los vecinos del barrio
también y al ver eso dije: esto funciona”, acotó.
Y agregó: “mi papá siempre me
ha motivado mucho, siempre me ha dicho que le haga que yo puedo. Me dijo que
sacara un local en arriendo para que tuviera mi propio punto de venta y él me
ayudó a buscar, hasta que encontré mi primera tienda física ubicada en Piedra
Pintada”.
Ahí, en Piedra Pintada y mucho
antes, Paula empezó a escribir la historia de Menina. Luego se ubicó en otro
local más grande al frente donde pudo incorporar más productos. Actualmente
tiene su establecimiento en el centro comercial La Quinta, todo con matices
rosa y mucho estilo; vende, como lo dice su eslogan, sólo cosas lindas:
artículos de belleza, accesorios, ropa creada y diseñada por su propia hermana
Carolina, los bolsos con los que empezó y muchas otras cosas siempre enfocadas
en las meninas de Ibagué y porque no, también para algunos hombres.
“Yo me esforzaba mucho por
tomar unas fotos muy lindas, buscaba personas y amigas para que me modelaran.
Los bolsos eran raros, diferentes y eso siempre fue lo que busqué, vender algo
innovador, así que por eso sentí que se ha dado tanto a conocer mi negocio.
Personas que han llegado como clientas se han vuelto mis amigas y mis amigas se
han convertido en mis modelos”, señaló.
Para Paula una de las mejores
cosas que le ha dejado su emprendimiento es precisamente eso: las personas que
ha encontrado a través de Menina. Ella, una joven mujer creyente de las
energías considera que su negocio lo ha construido con tanto amor y empeño que
sólo le ha traído personas buenas a su vida. Además, que pudo cumplir su
objetivo principal y es poder disponer de su tiempo y vivir su vida a la par de
su trabajo, sin limitaciones.
“La gratificación de la gente
también es un regalo. Ver la respuesta de las personas cuando traigo un nuevo
producto o la acogida que tienen las prendas que sacamos con mi hermana es algo
muy bonito, me llena el corazón. Por otra parte, lo más difícil es mantenerse
resiliente, hay meses difíciles donde las ventas disminuyen y mantener la
fuerza, mentalizarse y tener fe de que todo va a mejorar es complicado, se
trata de ser consistente a pesar de las adversidades”, destacó.
Esta tolimense ha creado su
negocio a pulso, pero con unos latidos muy importantes: su familia. Su padre
quien le dio el ejemplo de lo que quería hacer, su madre que la apoya y la
ayuda a atender el local, su hermana con la que crea ropa muy de meninas, su
mano derecha y con quien ha crecido de la mano en la vida y en los negocios y,
según ella, no sabría donde estaría y su otra hermana, una animadora y
admiradora constante.
Paula espera que Menina siga
creciendo y darlo a conocer más de lo que ya se ha abierto paso en la ciudad,
en el campo digital quiere poder crear un equipo de colaboradores más grande y
que sea una marca reconocida a nivel nacional que lleve a empoderar a las
mujeres a vestirse y usar lo que quieran. Además, como buena emprendedora y
mujer de visión en los negocios, tiene otros proyectos para brindar asesorías
precisamente en este campo, porque “todo es para todas”.
“He cambiado mucho durante
estos seis años. Menina me ha impulsado a hacer esas cosas que me dan miedo
porque quiero verlo crecer y sé que para lograrlo debo salir de mi zona de
confort. Hacer las cosas con pasión y con amor da sus frutos, soy muestra de
ello y sin Menina no sería lo que soy hoy”, concluyó.
POR: Sara Pacheco