Tenemos décadas pensando que el sobrepeso es un problema de salud originado únicamente por un exceso de calorías; por lo cual muchos optan por dietas de restricción de alimentos de alto índice calórico como las grasas. Pero estudios recientes, literatura moderna y la medicina funcional, están abordando el problema de una manera totalmente revolucionaria, asegurando que las grasas no son el problema real.
Expertos como el doctor Guillermo Navarrete, nutricionista y PHD en Nutrición, afirman que el sobrepeso es una cuestión eminentemente hormonal, y en ese sentido, las calorías terminan quedando en un segundo plano.
Sé que es un concepto difícil de integrar, pero seré muy práctica con el desarrollo de este tema.
Con una nutrición en la que se cuide la calidad y cantidad de carbohidratos y se incluya grasas nobles como el ghee, la manteca de cerdo, el aceite de oliva, de coco, entre otras, es posible lograr obtener y sostener un peso saludable,
El cuerpo tiene 2 fuentes de energía primaria: la glucosa y la grasa, y hoy en día, hemos perdido la capacidad de usarlas de manera flexible.
La importancia de las grasas
Las grasas son un macronutriente sin el cual no podemos vivir, encargadas del aporte de calorías como energía, pero también de apoyar la producción hormonal, la síntesis de vitaminas, la nutrición celular, y muchas funciones más; así que no crea que todo lo que consume de estas se irán particularmente a almacenar como grasa en su cuerpo, ya que hacen mucho más que eso.
Por otro lado, la glucosa activa la hormona primaria del metabolismo, la insulina, y cada vez que esta sube por acción de los alimentos, nuestro cuerpo cumple la función de almacenar grasa. El excedente de glucosa (proveniente de azúcares y carbohidratos básicamente) es lo que nos está engordando, con el fin de evitar el exceso de azúcar en sangre.
No a los carbohidratos refinados
Una alimentación alta en carbohidratos de mala procedencia y consumida frecuentemente durante el día, hace que mantengamos el peso elevado por acción ‘hormonal’. Este sería el principal agente de sobrepeso y no las grasas de la comida.
Entre los carbohidratos perjudiciales están los refinados y empaquetados del supermercado como los snacks que se compran para el colegio de los niños y los dulces. Adicional a esto, sugiero tener control del consumo de carbohidratos saludables de alto índice glucémico como el arroz, la papa, o ciertas frutas como el banano, el mango, o la piña; porque a pesar de ser naturales impactan los niveles de insulina en sangre significativamente. Asimismo se debe tener un consumo responsable de grasas saludables, ya que al someter algunas de estas a altas temperaturas (como el aceite de oliva), o al ser reutilizadas, tienden a oxidarse perdiendo su capacidad nutricional.
Sí a las grasas saludables
La buena noticia es que el consumo de grasas saludables ayuda enormemente a la regulación hormonal del metabolismo, necesaria para evitar la acumulación adiposa proveniente de la conversión de la glucosa, activando la acción de otras rutas metabólicas y hormonas como el glucagón, que se encarga de hacer el trabajo opuesto: consumir la grasa almacenada. Por esta razón, dietas bajas en carbohidratos como la cetogénica o la paleo bien ejecutadas con un enfoque antiinflamación, han mostrado resultados sostenibles en el tiempo.
De allí que una nutrición en la que se cuide la calidad y cantidad de carbohidratos y se incluya grasas nobles como el ghee, la manteca de cerdo, el aceite de oliva, de coco, entre otras, es posible lograr obtener y sostener un peso saludable, como parte de un estilo de vida satisfactorio.