El brasileño fue el claro protagonista de la eliminatoria entre Real Madrid y Atlético de Madrid
Este jueves 26 de enero será muy difícil de olvidar para una persona: Vinicius Júnior. El brasileño arrancó el día viendo como los que le utilizan como piñata futbolística pasaban al siguiente nivel con una amenaza absolutamente lamentable y fuera de lugar.
Pero Vinicius no es de los que se arruga, ni mucho menos, y decidió llevarse el derbi por delante. Como viene siendo habitual, fue el jugador más buscado por sus compañeros y en numerosas ocasiones puso en aprietos a la zaga del Atlético, pero no tenía su día de cara a puerta.
Sin embargo, en la prórroga, protagonizó dos acciones clave. Sacó del partido a Savic, que acabó expulsado, y puso la guinda al partido con el definitivo 3-1. Vinicius se fue de todos, marcó, se desquitó y bailó ante un Bernabéu rendido.
Es evidente que el fútbol necesita jugadores como Vinicius que, independientemente del rival y de lo que suceda dentro y fuera del terreno de juego, siempre da el máximo, siempre lo intenta y siempre da espectáculo. Los aficionados del Real Madrid lo tienen claro. Por si alguien tenía dudas tras el incidente de la anterior madrugada, Vinicius mandó un mensaje de cariño a los madridistas y a la ciudad de Madrid de la cual se siente parte.
Esto no quita que todos, y cuando digo todos es todos, debemos reflexionar y mucho sobre este tema. No puede ser que se haya llegado a este extremo. Faltan más acciones y menos comunicados. Los principales organismos futbolísticos de este país (LaLiga, Tebas, la RFEF y Rubiales) tienen una buena ocasión de dar ejemplo. Ojalá no lo desaprovechen.