Es evidente que, con la globalización, la tecnología y la masificación de la información tenemos la oportunidad de conocer las diversas tendencias que mueven al mundo. Asimismo, nos permite ser más conscientes sobre ciertos temas, los cuales eran muy poco valorados hace unos años. Sin embargo, este exceso de data muchas veces puede ser abrumadora y bastante confusa. Y el ámbito de la nutrición no es la excepción, ya que cada vez son más las “dietas milagrosas” que invaden nuestras vidas haciéndonos entrar muchas veces en un espiral de modas sin sentido.
No obstante, es importante destacar que la relación nutrición-salud se ha consolidado y está en constante crecimiento, puesto que miles de personas alrededor del mundo prefieren adoptar un estilo de vida más saludable. Si bien es cierto, existen diversos tipos de nutrición, uno de los más destacados en la actualidad es el veganismo.
Este estilo de alimentación excluye todo tipo de productos de origen animal- carne, pescado, mariscos, productos lácteos, huevos, miel y todos sus derivados-, pero además está ligado a ciertos conceptos como la salud, la ética o responsabilidad, religiones o compromisos medioambientales.
Además, diversos estudios respaldan sus beneficios, tales como la prevención o en algunos casos, la reversión de las enfermedades crónicas; es decir, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial, la obesidad y el sobrepeso, el cáncer, y la diabetes tipo 2. Igualmente, proporciona más fibra, antioxidantes, minerales, vitaminas, menos colesterol, grasas saturadas y sodio.
¿Cómo puedo iniciar una dieta vegana saludable?
Cabe señalar que, el primer paso para iniciar este cambio debe estar orientado a los motivos por el que deseas ser vegano. Desde mi experiencia como vegetariana y con miras a convertirme en vegana, el mejor consejo que te puedo dar es, hazlo por convicción, ya que de alguna u otra manera, uno debe sentir que verdaderamente se identifica con este estilo de vida y que no es simplemente una tendencia o faceta por la que estamos atravesando.
De igual manera, como refiere la dietista-nutricionista Cristina Santiago en su libro “Nutrición Veg & Sana”, uno debe ser consciente que para que una dieta vegana sea saludable debemos incluir casi exclusivamente alimentos vegetales integrales mínimamente procesados o sin procesar: frutas, verduras y hortalizas, legumbres, cereales integrales y pseudocereales, semillas oleaginosas y frutos secos crudos.
Además, Santiago señala que, si eres una persona omnívora o que comes alimentos de origen animal, pero quieres transicionar hacia una alimentación 100% vegetal saludable, lo más recomendable es que hagas el cambio paulatinamente, puesto que de esta manera te podrá resultar más sencillo y la adherencia en el largo plazo será mayor.
Igualmente, explica que es fundamental dejar de lado los comestibles altamente trasformados (ultraprocesados), los fritos, el azúcar blanco, las harinas blancas y los cereales y aceites refinados. Recuerda que, si renunciar a tantos productos de golpe te resulta muy abrumador, puedes iniciar por dejar de consumir comida chatarra y al cabo de unas semanas puedes ir dejando poco a poco este grupo de comestibles.
El siguiente paso sería buscar reducir la ingesta de embutidos (jamón, salami, salchichón, mortadela, salchicas, etc.) y de carne procesada (pechuga de pavo, filetes de pescados, solomillo de ternera, etc.). Lo más importante es que escuches a tu cuerpo y observes como te estás sintiendo con estos cambios.
Actualmente, existen en el mercado sustitutivos 100% vegetales de la carne y sus derivados. Aunque su consumo frecuente no es muy recomendado, dado que tienen mucha sal, azúcar o aditivos químicos, si adoras el sabor a los alimentos de origen animal, son una excelente opción al momento de esta transición.
Otro excelente consejo que brinda la dietista-nutricionista, es en referencia al poder de las legumbres como la mejor alternativa para reemplazar la proteína animal, ya que se a demostrado efectivo para disminuir de forma significativa los niveles de colesterol “malo” o LDL. También hay pseudocereales, como la quinoa, que aportan una buena dosis de proteínas, así como nutrientes y fibra.
No olvides que, estos son algunas recomendaciones que me han servido en mi proceso de transición; sin embargo, es primordial que siempre consultes con un especialista.