Mientras el presidente Sánchez intenta resolver el enredo político de sumar a España al envío de carros de combate Leopard a Ucrania, el ministerio de Defensa que encabeza la magistrada Margarita Robles está inmerso en el fortalecimiento de las capacidades antitanque y antiaéreas de las Fuerzas Armadas españolas.
La mayoría de los modelos de misiles contracarro y de defensa aérea de las unidades de combate españolas están superados en su vertiente tecnológica. Además, su número se encuentra bajo mínimos en los polvorines militares. Tras años de espera, por fin Defensa ha resuelto incluir partidas económicas en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 para renovar gran parte de ambos tipos de misiles en servicio en los ejércitos de Tierra, Aire y la Armada.
El responsable de planificar y ejecutar la política nacional de armamento, tanto el asunto de los Leopard como el de los misiles recae sobre los hombros del almirante Aniceto Rosique, que el próximo 28 de enero cumple un año al frente de la dirección general de Armamento y Material (DGAM). Es un cargo al que llegó tras estar al mando del arsenal de Cartagena y la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada, donde adquirió amplia experiencia en la gestión del sostenimiento de grandes y complejos sistemas de armas.
Con la presión desde Moncloa para encontrar una solución a la entrega de Leopard españoles a Ucrania, en el tema de los misiles, el cometido del almirante Rosique es dirigir el proceso de modernización ‒en unos casos‒ y compra ‒en otros‒ de cuatro familias de armas muy distintas. Por un lado los antiaéreos Patriot, NASAMS y Mistral 3, de largo, corto y muy corto alcance, respectivamente.
Por otro, la adquisición del misil contracarro Spike LR2 filodirigido de 5ª generación que debe constituir el principal escudo frente a los carros de combate y vehículos acorazados y el esqueleto de la defensa terrestre del Ejército. Es un vector que se complementa con el Spike LR que ya está en servicio en España, pero al que supera en alcance (5,5 kilómetros), capacidad de perforación de blindajes y precisión de guiado.
Para proteger el escenario de combate terrestre y aéreo
Desarrollado por la empresa Rafael de Israel, el Spike LR2 es el modelo seleccionado para sustituir en el Ejército y la Infantería de Marina al misil TOW, de origen norteamericano. Aunque la compra ya ha sido autorizada por el Consejo de Ministros, el ministerio de Hacienda todavía no ha librado a Defensa los 287 millones de euros necesarios para formalizar la adquisición de 168 puestos de tiro y 1.600 misiles.
Lo previsible es que la ministra María Jesús Montero ordene en febrero la transferencia a Defensa, para que el contrato “se pueda suscribir antes del verano”, precisan fuentes vinculadas con el programa. Y es que la producción de buena parte de los equipos y subsistemas del misil corre a cargo de un grupo de cinco empresas españolas, a las que revertirán algo más de 90 millones.
Por ejemplo, la fabricación de los motores cohete de propulsión corre a cargo de Expal; la cabeza de guerra y el explosivo también es de Expal, junto con la Fábrica de Municiones de Granada (FMG); y las unidades de guiado y lanzamiento quedan bajo la responsabilidad de Tecnobit, en cooperación con Escribano.
El consorcio nacional está liderado por la compañía Pap Tecnos, la filial española de Rafael, que en sus instalaciones de 6.000 metros cuadrados de Torrejón (Madrid) es la responsable de la integración de los misiles, así como de la coordinación de los trabajos y la transferencia de tecnologías. Para el año en curso hay presupuestados 119 millones de euros y el plan industrial ya está en poder del general del Aire José Antonio Gutiérrez Sevilla, que acaba de cumplir tres meses al frente de la subdirección general de Programas de la DGAM.
En lo que respecta a la protección del espacio aéreo nacional con misiles antiaéreos terrestres, en fuentes de Defensa admiten que “lo previsible es que el Consejo de Ministros autorice la contratación en el segundo semestre del año”. La mayor inversión ‒unos 1.400 millones de euros‒ es la compra de nuevos lotes de MIM-104 Patriot en su configuración para exportación más avanzada.
Cubrir desde el suelo el espacio aéreo nacional
Sistema de armas desarrollado por el primer fabricante de misiles del mundo, la corporación norteamericana Raytheon, las intenciones españolas son adquirir una Batería de la versión PAC-3 MSE, con mayor grado de precisión y capacidad para derribar misiles balísticos a más de un centenar de kilómetros. También reconvertir los misiles PAC-2 ‒más anticuados‒ del Regimiento de Artillería Antiaérea nº 73 de Marines (Valencia) a la configuración PAC-3 MSE.
La máxima prioridad es la compra de misiles superficie-aire de muy corto alcance Mistral 3, porque cubren las necesidades de defensa antiaérea a muy baja cota del Ejército, la Armada y del Ejército del Aire y del Espacio, que disponen de versiones ya desfasadas. Producto de la multinacional franco-germana-británica-italiana MBDA, el Mistral 3 tiene un alcance del orden de los 6 kilómetros, gran maniobrabilidad e incorpora notables avances respecto a versiones anteriores.
Dispone de un buscador de guiado pasivo por infrarrojos de 5ª generación y contramedidas electrónicas que dificultan su derribo en su vuelo hasta el objetivo. Con una inversión superior a los 300 millones de euros, su actualización va a correr de la mano de la industria nacional, que va a aportar hardware de nueva generación, un nuevo sistema infrarrojo de visión y avanzados simuladores de tiro.
En el plano de las plataformas de corto alcance se contempla la actualización o sustitución de las baterías de NASAMS ‒acrónimo de National Advanced Surface-to-Air Missile System‒, del Ejército, que están de dotación en los Regimientos de Artillería Antiaérea nº 94 (Las Palmas de Gran Canaria) y 73 (Marines, Valencia). Es un misil desarrollado por la compañía noruega Kongsberg para batir objetivos aéreos a una distancia de unos 20 kilómetros. El NASAMS es un derivado del misil aire-aire AIM-120 AMRAAM, un producto del ya citado gigante norteamericano Raytheon.
Con una previsión de inversión que rebasa los 300 millones de euros, el sustituto del NASAMS también relevará al sistema Spada 2000 de corto alcance ‒del fabricante italiano Alenia, ya integrado en MBDA‒ que sirve de paraguas de protección al Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) en sus misiones en Zonas de Operaciones en el exterior. La EADA pertenece al Ejército del Aire y del Espacio y está localizada en la base aérea de Zaragoza.