Cuando allá por 2013 le hice sus memorias, a Concha Nogueira para FARO en su casa de Nigrán, me extrañó que más de 80 años después, aquella que había contemplado con solo 3 o 4 años la huida de sus padres –Carmen Miguel Agra (24 anos) y Anxo Nogueira Nogueira (30)– pudiera llorar mientras me lo contaba. En 1937, en su barrio viejo de Vigo a ella y a su hermana las llamaban disimuladamente, a las calladas, “as nenas do bou”. El 23 de abril de ese año de guerra fratricida en España, sus padres y otros siete gallegos que intentaban huir a Francia en el bou “Eva” y fueron descubiertos, prefirieron quitarse la vida allí en el Berbés, en las bodegas del barco, antes de entregarse a quienes desde fuera les apuntaban con sus armas. De eso tratará hoy (Escuela de Artes y Oficios, 19.30 h.) la charla que organizan al alimón Ateneo Vigués-Asemblea Republicana de Vigo y que se presenta con un dibujo alusivo al tema de Evaristo Pereira. Un acto en el que intervendrán Xosé Álvarez Cáccamo (escritor, en representación del Ateneo), Celso X. López Pazos (en representación de Asemblea Republicana) y Jacinto Mosquera Nogueira (nieto de Carmen Miguel e Anxo Nogueira, suicidados en el bou “Eva”). Presentará Emilio Fernández Zunzunegui . Para la historia de Vigo está, con fotos, en el archivo de FARO esa memoria que Concha nos narró.
“Tempus fugit”, de Miro Carballo, 50 años a bordo del pincel
“Tempus fugit” es su título y hoy la inaugura Miro Carballo en Afundación Abanca Sala II (V.Moreno) Una treintena de cuadros con diferentes técnicas y estilos, con un homenaje especial dentro de ella a X.Luis Méndez Ferrín y a Laxeiro. ¡Casualidad! Hace exactamente 50 años que Miro realizó su primera exposición en la Sala de Arte que estaba en las galerías comerciales sitas en el mismo y emblemático edificio, con motivo de la World Fishing del año 73. El tiempo vuela y Miro no se libra. En los 60 Miro era uno más del Casco Vello, buscando su sitio entre los grandes, Barreiro, Lodeiro, Laxeiro, Lugris, Diz, Sevillano, etc. A Miro la supervivencia lo llevó por mil derroteros siempre ilusionantes. Se formó como bancario y colmó sus ambiciones como directivo de varias entidades, pero siempre pintando. Hizo sus pinitos con la radio (en Radio Vigo) cuando era estudiante. Tras años bancarios, su talante emprendedor le llevó a introducir la primera oleoteca del sur de Galicia, La Chinata en Vigo. Su amor a la hostelería (uno de los hijos de los fundadores del Bar Carballo, Antonio y Peregrina), le impulsó a la apertura de una ostrería delicatessen (Ostras Pedrín) . Pero siempre pintando con exposiciones en diferentes lugares de Galicia y el mundo, contando con obra permanente en el Museo de Pontevedra. Se confiesa “viguista” hasta la médula, pero desde ahora va a tratar de ser principalmente pintor. Ya prepara nuevas colecciones, pues el tiempo vuela.