El primer año de la emergencia por coronavirus en el país hizo que la proporción de personas cuyo gasto de bolsillo en salud termina hundiéndoles en la pobreza creciera 29 por ciento, reportó el Banco Mundial. “La pandemia está erradicando el progreso logrado con tanto esfuerzo hacia la cobertura universal en salud en Méxi-co”, señaló.
El organismo financiero exhibió que la prevalencia de “pagos médicos empobrecedores”, donde agrupa a quienes caen por debajo de la línea de pobreza en países de ingreso medio alto (5.5 dólares) debido al gasto de bolsillo en salud con el que deben cargar, pasó de 17 por ciento de la población mexicana en 2018, a 22 por ciento en 2020.
En el informe Construyendo sistemas de salud resilientes en América Latina y el Caribe: Lecciones aprendidas de la pandemia de covid-19, el Banco Mundial explicó que, también derivado de la crisis sanitaria y sus efectos en la pérdida de empleos e ingresos laborales, la inseguridad alimentaria, la desnutrición y el costo de aumentar la cobertura de servicios de salud y nutrición para niños en México fue-ron afectados.
De acuerdo con el organismo, al comparar con 2018, para 2021 los niños tienen más probabilidades de sufrir retraso en el crecimiento a nivel nacional, desde áreas ru-rales hasta aquellas que se consi-deran de baja marginación. Mientras en el mismo periodo, los menores eran más propensos a tener sobrepeso, explicó.
“Fortalecer los sistemas de salud en América Latina y el Caribe luego de la pandemia de covid-19 debería ser un tema prioritario”, no sólo se necesitan más inversiones para enfrentar las presiones sobre la atención, que fueron exacerbadas por la emergencia sanitaria iniciada en 2020, sino también para impulsar los servicios de salud mental.
A pesar de las mejoras en atención de la salud en los pasados 30 años, la pandemia se encontró con una región que enfrentaba una multiplicidad de desafíos sistémicos, debido a la “inversión insuficiente” que arrastraba el sector, aspec-to que incidió en que América Latina y el Caribe registrara una de las tasas más altas a escala mundial de mortalidad y exceso de mortalidad a causa del covid-19.
“La fragmentación de la atención de la salud es una de las principales causas de malgasto en la región, derivando en duplicación de tareas, reduciendo de forma significativa la eficiencia del sistema y exacerbando las desigualdades. En promedio, el gasto en salud, si bien creció en los años recientes, es de apenas el 25 por ciento del gasto per cápita que exhiben los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, ajustado por poder adquisiti-vo”, destacó.