En este primer mes del año, pasadas las fiestas y en algunos casos, transcurridas las vacaciones, muchos se proponen encarar un nuevo plan de buenos hábitos para mejorar la salud y sentirse bien.
Nuevos proyectos y cambios de costumbres pueden ser los objetivos, pero para eso se necesita la voluntad de dar continuidad a eso que se encara.
En su libro “Hábitos atómicos”, editado hace algunos años, James Clear enseña una forma sencilla y práctica de incorporar mejores hábitos, en el marco de la rutina diaria. Grafica la idea de que pequeños cambios de costumbres pueden aportar mayor bienestar físico y mental.
Hasta aquí todo bien, el tema es llevar a la práctica esos pequeños cambios y darle continuidad para afianzarlos.
Juan Pablo Novo, licenciado en Nutrición y profesor de Educación Física, especializado en nutrición deportiva, al ser consultado por Democracia sobre los buenos hábitos que uno debiera tener, manifestó: “muchos de los beneficios suelen darse por omitir algunas cosas antes que introducir, por ejemplo, si uno quiere mejorar su alimentación, lo primero a hacer es reducir el consumo de comida ultraprocesada, azúcares y dulces, e introducir lo que está dentro de lo saludable: Todos los días frutas y verduras, además legumbres. En todas las ingestas incorporar verduras; en desayuno y/o merienda, frutas.
“En cuanto a hacer ejercicios todos los días cuando quizás nunca se hizo, creo que tener metas menos ambiciosas es un poco mejor. Y si mi patrón de consumo habitualmente es hacer dos comidas al día, comer 7 u 8 horas, al menos tratar de incorporar tres o cuatro en función del ejercicio y la actividad física que tenga la persona”, dijo.
El sueño
Respecto al descanso, al sueño y su importancia para el bienestar, el licenciado Novo sostuvo que había pocos alimentos que pudiera ser precursores del sueño, aunque era cierto que la cereza contribuía a la generación de las hormonas del sueño, pero no era un indicativo. “Para ir a dormir, a la noche es importante que la comida no sea muy copiosa; ir a dormir sin pantalla (celular ni TV, en un ambiente ameno con temperatura fresca, a oscuras. También es bueno las siestas de recuperación. La siesta cafetera, que es tomar café previo a dormir la siesta para no entrar en sueño profundo y que se duerma 30 minutos aproximadamente, como sería lo ideal, y no que exceda la hora”.
La organización
Paz Garro, licenciada en Nutrición, desde Italia y de vacaciones, respondió muy amablemente la requisitoria de Democracia, y brindó varios consejos muy útiles, para adoptar hábitos saludables en la nutrición.
“La organización es la clave. Uno debe plantearse qué es lo que uno quiere hacer, qué objetivos quiere lograr, si quiere bajar de peso, o desintoxicarse, o limpiar su organismo, empezar una manera desinflamatoria para alimentarse, una alimentación citogénica, o baja en hidratos de carbono como se está utilizando en este último tiempo”, empezó diciendo.
“Una herramienta que se está implementando son los ayunos, que yo utilizo, porque más allá de ser una herramienta de autocuidado, de autolimpieza es una manera organizativa de empezar el día, de estipular los horarios de consumo y la ventana de alimentación. Y eso también va a generar una regularización en lo que tiene que ver el descanso, las horas de descanso, las horas de ayuno y qué tipo de alimento voy a incluir en esa ventana de alimentación”, explicó.
Actividades
Paz Garro también apuntó a la actividad física, el ejercicio, las manualidades, actividades artísticas “donde uno hace una pérdida de noción del tiempo también, donde el organismo y la cabeza encuentren un estado de mayor satisfacción”, dijo para luego agregar: “Esto también está dentro de la organización que uno puede estipular cuando arranca el año y tiene ánimo de generar un poquito más de orden”.
En cuanto a la alimentación, la nutricionista por supuesto mencionó las bondades de la verdura fresca, las frutas, las carnes grilladas, asadas o a la plancha, ensaladas, legumbres, semillas que pueden sumarse a una comida única o ensalada.
Aclaró que las aconsejadas eran comidas que todos podían comer, tanto aquellos que tenían algún tipo de patología como aquellos que estuvieran en estado de salud.