Las élites de la política, los negocios, las instituciones académicas y las artes concluyeron el viernes el cónclave anual del Foro Económico Mundial en la localidad suiza de Davos, donde las preocupaciones sobre la guerra en Ucrania, un planeta que se calienta y una economía global que se enfría dominaron las discusiones en torno a los males del mundo.
La edición 53 de la reunión de una semana en los Alpes atrajo a personalidades destacadas como la primera dama ucraniana Olena Zelenska, la activista climática Greta Thunberg y el actor Idris Elba, además de cientos de presidentes, primeros ministros, directores generales de empresas y otros responsables de la toma de decisiones, quienes negociaron acuerdos y expresaron exigencias sobre todos los temas, desde el comercio hasta los tanques para Ucrania.
La reunión siempre genera críticas de que es un centro de traficantes de poder y avaros que intentan controlar al mundo, y este año no fue la excepción. Bill Browder, que asiste desde hace mucho tiempo y es crítico del Kremlin, lanzó una diatriba sobre no asistir este año porque el foro buscaba triplicar el costo de su participación a 250.000 dólares.
Algunos ejecutivos adinerados pagan más de 1 millón de dólares al año para ser miembros del club del FEM.
Nadie sabe si un evento que genera compromisos, promesas y asociaciones para ayudar a hacer realidad la ambición del Foro de mejorar el mundo traerá consigo algún progreso concreto.
A continuación presentamos un vistazo a algunas de las principales conclusiones de este año en Davos:
PRESIÓN DE UCRANIA PARA RECIBIR MÁS AYUDA
Una delegación ucraniana se encaminó a las montañas suizas para presionar por fondos, armas y otra ayuda —iniciativa coronada por una participación del presidente Volodymyr Zelenskyy vía video— para el país devastado por la guerra en un momento en que se acerca el primer aniversario de que Rusia lo invadió.
La primera dama Zelenska instó a las élites poderosas en Davos a que incrementen su apoyo, y el martes dijo en un discurso que “hay algo que los separa a ustedes, y es que no todos ustedes usan esta influencia, o a veces la usan de una manera que los separa aún más”.
En un discurso de apertura, Zelenskyy exhortó a sus aliados a acelerar la entrega de armas más avanzadas, y luego criticó veladamente a destacados partidarios suyos como Alemania y Estados Unidos, que han titubeado acerca de enviar tanques.
“Hay momentos en los que no deberíamos titubear o no deberíamos comparar cuando alguien dice: ‘Daré tanques si alguien más también comparte sus tanques’”, dijo Zelenskyy, quien reiteró su petición el viernes mientras los aliados occidentales se reunían en la Base Aérea Ramstein, en Alemania.
El canciller alemán Olaf Scholz —el único líder del Grupo de los Siete países con las economías más grandes que acudió a Davos—, ha enfrentado creciente presión para proporcionar tanques a Ucrania, pero evitó responder directamente a la pregunta el miércoles.
Alemania seguirá siendo uno de los principales proveedores de armas a Ucrania, dijo, y “nunca estamos haciendo algo solos, sino junto con otros, especialmente Estados Unidos”.
EL CAMBIO CLIMÁTICO OCUPA UN LUGAR CENTRAL
Las sesiones del panel abarcaron temas que iban desde la inversión verde hasta la ecoimpostura —en la que algunas empresas aparentan ser respetuosas con el medio ambiente, sin serlo_, pero ello fue insuficiente para Thunberg, Vanessa Nakate y otros jóvenes activistas climáticos, que enfrentaron ardientemente a los dirigentes corporativos y a los gobernantes que asistieron a las conversaciones.
Los activistas criticaron a los pesos pesados de Davos por darle prioridad a las ganancias a corto plazo a partir de combustibles fósiles por encima de las personas afectadas por la crisis climática. Durante una mesa redonda con el director de la Agencia Internacional de Energía, a la activista ugandesa Nakate se le quebró la voz, y dijo que “los líderes están jugando” con el futuro de las personas.
Ella y Thunberg culminaron la semana con una pequeña protesta climática el viernes en la que los activistas sostenían carteles que decían: “No hay planeta B”, y corearon: “Los combustibles fósiles tienen que desaparecer”. Hubo una protesta final: Docenas de activistas climáticos —algunos con maquillaje de payaso— desafiaron una nevada para manifestarse el domingo.
Incluso los ánimos de los líderes financieros mundiales se caldearon al hablar del clima.
Cuando se le preguntó a Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, qué cosa cambiaría para acelerar la transición al cero neto de emisiones de gases de efecto invernadero, dijo que encerraría a Estados Unidos, China, India y la Unión Europea en una habitación.
“Déjenlos salir después de que firmen con sangre un compromiso para trabajar juntos con el fin de salvar al planeta”, declaró entre aplausos.
CARRERA DE INVERSIÓN VERDE
Una ley de energía limpia de Estados Unidos que beneficia productos fabricados en ese país, como los vehículos eléctricos, ocupó un tiempo amplio en las conversaciones. A algunos les preocupa que las empresas europeas queden excluidas del mercado estadounidense y se les niegue poder invertir en tecnologías verdes.
Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, presentó un amplio plan industrial de tecnologías limpias para allanar el camino a los subsidios a la industria verde y agrupar proyectos en toda la Unión Europea que se impulsan con una amplia financiación.
Algunos líderes consideraron que la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos es un catalizador. El líder opositor británico Keir Starmer dice que dicha legislación es “la oportunidad más grande que nos han dado en mucho tiempo para hacer la transición, para tomar los trabajos y las oportunidades del futuro”.
El primer ministro holandés Mark Rutte dijo en la misma sesión el jueves que el mundo debería estar feliz después de años de decirle a Washington que “‘aumente (sus acciones) sobre el cambio climático’. Ahora lo están haciendo”.
El vicepresidente ejecutivo de la Comisión de la Unión Europea, Valdis Dombrovskis, dice que un grupo de trabajo de Estados Unidos y la Unión Europea tiene una solución sobre los créditos fiscales para los vehículos eléctricos, pero se deben abordar “muchas otras áreas”.
La ley no pretende perjudicar a los aliados de Washington, sino lograr que las tecnologías limpias aumenten rápidamente, dijo el senador demócrata Joe Manchin.
Para apaciguar los disturbios geopolíticos y ayudar al medio ambiente, “más vale que puedas hacerlo más rápido y mejor que en cualquier lugar del mundo, y después lo compartas con tus amigos. Eso es lo que vamos a hacer”, señaló Manchin.
¿LA ECONOMÍA GLOBAL EVITARÁ CONVERTIRSE EN UN DESASTRE?
Muchos destacados personajes dijeron que las expectativas económicas están mejorando luego de que se temía un desastre en medio de la alta inflación y la desaceleración del crecimiento.
Georgieva, del FMI, dijo que la inflación está disminuyendo y las perspectivas para la economía global son “menos malas de lo que temíamos hace un par de meses”. Asimismo, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, señaló: “No es un año brillante, pero es mucho mejor de lo que temíamos”.
En un panel el viernes, ambas se refirieron a un repunte previsto de China, que Lagarde consideró que “probablemente será algo positivo para el resto del mundo”, pero podría impulsar la inflación, ya que la segunda economía más grande del mundo consume más energía.
Después de que China relajó las restricciones por el COVID-19, Liu He, el viceprimer ministro chino, dijo que el país prevé ver un incremento notable en las importaciones, más inversiones por parte de las empresas, y el retorno a los hábitos de consumo regulares en los próximos meses.
“Si trabajamos lo suficientemente duro, confiamos en que en 2023 el crecimiento de China casi seguramente volverá a su tendencia normal”, manifestó el martes en un discurso en Davos.
Muchos economistas habían pronosticado una recesión en las principales economías como Estados Unidos y Europa al arrancar el 2023, ya que la inflación dolorosamente alta azuzada por la guerra en Ucrania llevó a los bancos centrales a aumentar las tasas de interés, que ralentizan la economía. Eso podría no materializarse, pues algunos pronósticos indican un crecimiento del 0,5% este año en Estados Unidos y Europa, aunque los que enfrentan precios altos pudieran no percatarse de ello.
En declaraciones a The Associated Press en Davos, Jamie Dimon, director general de JPMorgan Chase, ofreció algunos consejos: “Lo importante es lo que está sucediendo en la geopolítica en todo el mundo, no si se tiene una recesión leve o una recesión más fuerte, etc.”