Todo empezó cuando unos inversionistas compraron un departamento en París, en una mansión privada que ocupó André Malraux. Su idea era transformarlo en una suite de mini hotel, de acuerdo con el concepto de Aribnb que habían desarrollado: ofrecer todo lo que puede ofrecer un hotel y, además, una experiencia de diseño que atraiga a los viajeros aficionados de espacios únicos. “La superficie es de 24 metros cuadrados, que no es mucho… Aceptamos el reto con un plan que consistía en dos partes”, dicen las arquitectas Rebecca Benichou y Florence Jallet, del estudio Batiik. La mesa del comedor aporta un ambiente suave y acogedor… y la madera también le da personalidad con sus vetas de nogal.
El banco entre el salón y la cocina
Este es el departamento de una pareja que vive allí desde que eran estudiante. En aquel entonces había vivido ahí compañeros de departamento, y ahora tienen un hijo que mayor que ya se independizó. Ubicado en un edificio de los años 70 en París, este departamento de 70 metros cuadrados ofrece una vista impresionante de todo París. Les costó mucho abandonarla, así que la compraron”, explica la arquitecta Marie Deroudilhe, a quien la pareja confió la renovación del lugar. La sala tiene una estructura abierta, con la cocina, el comedor y el salón en el mismo espacio. “Nos encontramos en un gran espacio rectangular donde hemos instalado la cocina y un banco pegado a la pared para fomentar la convivencia…” La idea era mantener la cocina abierta para darle a la sala un papel protagónico, para lo cual el arquitecto diseñó una cocina pequeña y compacta calculada al milímetro. El asiento hace la transición entre la sala y el comedor, al tiempo que ahorra espacio al evitar la circulación alrededor de la mesa y las sillas que devoran el espacio.
Artículo publicado originalmente en AD Francia.
Traducción y adaptación de Camila Colina.