Juan Pablo Olivares
Marcela Cáceres Gutiérrez (21), cursa el cuarto año de la carrera profesional de Educación Física y también es aspirante a árbitra de fútbol. La joven estudiante asegura que tiene aptitudes para este oficio, que le servirá para complementar su profesión universitaria y además, ganar algo de dinero.
Aunque está motivada para vivir la aventura de convertirse en réferi, Marcela, no cree que este oficio sea —al menos en la categoría amateur—, el que le asegure una estabilidad económica, ya que la remuneración en este trabajo no es la mejor.
“El tema económico juega en contra para cumplir mis objetivos. Además, durante el tiempo que nos preparamos (1 año), son más de 4000 soles que gastamos”, dice con algo de resignación.
A la gran mayoría de los aficionados al fútbol, la posibilidad de entrar al mundo del arbitraje nunca se les ocurriría, sin embargo, para muchos otros, el referato es su principal objetivo. Es el caso de Imanol Quenayata Chambi, un joven de 23 años que también aspira a ser árbitro.
A diferencia de Marcela, Imanol, busca ser árbitro porque le apasiona el fútbol y porque el ímpetu por el arbitraje lo heredó de su padre, quien también fue réferi. No le importa los riesgos que conlleva este oficio y claro está, para él el tema económico es lo menos importante.
“También quiero ser árbitro, porque me gusta hacer respetar las reglas de juego e impartir justicia y para ello, considero ser disciplinado y responsable”, asegura.
¿Cuánto gana un árbitro?
El réferi comienza una larga carrera laboral que tiene sus inicios en las categorías más ‘humildes’, pero que no tiene un destino asegurado ni un pago alto. Cada árbitro se inicia en la tercera categoría, de ser promovidos, pasan a la segunda división y posteriormente a la primera división.
A partir de ahí, es donde comienzan la llamada “carrera de árbitro”, en la cual el réferi buscará llegar a la categoría profesional o nacional y luego convertirse en árbitro FIFA (categoría máxima del arbitraje que les permite participar en partidos internacionales de selecciones o clubes).
Como cualquier otro oficio o trabajo, la escala de categorías va acompañada de un pago económico y de un aumento paulatino, según vaya ascendiendo de nivel. Los árbitros de tercera división, reciben un pago de 120 soles por partido, los de segunda división un monto de 130 soles y los de primera división 145 soles.
Vladimir Pinedo, presidente de la Comisión de Árbitros de Arequipa, explica que el pago en las categorías mencionadas se reparte entre el árbitro principal y los dos árbitros asistentes. “No es rentable ser árbitro si no llegas a la profesional (donde se gana entre 2000 y 3000 soles por partido)”, concluye Pinedo.
¿Qué se necesita para ser árbitro?
El camino para convertirse en árbitro, lejos de ser sencillo, brinda muchas complicaciones y es de largo aliento. Para empezar, el aspirante debe tener una buena condición física para la práctica del deporte, poseer un estado de salud óptimo y tener una edad de 17 años o más.
Otro de los requisitos indispensables es acreditar estudios técnicos o universitarios. La estatura también es importante, en el caso de las mujeres, la talla mínima es de 165 cm y para los varones es de 170 cm. Superados estos requisitos, se da paso al curso que tiene una duración de un año y que consta de materias de estudio como: reglas de juego, trabajo de campo, liderazgo, nutrición y psicología deportiva.
Además, en el aspecto físico, los aspirantes deben aprobar exigentes pruebas de campo estandarizadas por la FIFA. Por ejemplo, para ser árbitro de tercera, deben correr 40 metros por debajo de los 6.20 segundos. Otra prueba es la de correr 75 metros por debajo de los 15 segundos.
Con el título en la mano, cada dos años, los réferis deberán pasar un nuevo proceso de evaluación, para mantener y ascender de categoría. “Para ser árbitro, se tiene que ser un atleta, dotado y preparado físicamente, y tener un cuidado nutricional y personal adecuado”, afirma Vladimir Pinedo.
El arbitraje, pese a sus riesgos, es una actividad que fascina a quienes optan por esta profesión, un oficio que obedece a una vocación que, en muchos casos, con el trascurrir del tiempo se convierte en una carrera prioritaria.
EL DATO
Arequipa solo cuenta con 100 árbitros, entre aspirantes y titulados. Lo ideal es tener 250 réferis para cubrir todas las ligas de la región.