La preocupación ante la crisis climática nos insta a buscar nuevas alternativas, entre ellas opciones de alimentación más sostenibles que impliquen un menor uso de recursos y emitan menos gases contaminantes. El número de personas que, ya sea por salud propia o por la del medio ambiente, siguen una dieta a base de alimentos de origen vegetal crece, y crece también la oferta de productos en el mercado: hamburguesas vegetales, salchichas, embutidos veganos… Lo que hace más fácil incorporarlos en nuestra dieta diaria. Pero ¿qué es la carne vegana y de qué está hecha?, ¿es realmente saludable?
Impactos del exceso de carne en la salud y el ambiente
La carne es fuente de proteínas de alto valor biológico; su consumo moderado aporta asimismo vitamina B12 o hierro, entre otros micronutrientes esenciales. Pero según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ingerimos más proteína animal de la necesaria. Los derivados cárnicos —las carnes (ultra)procesadas; es importante distinguir estas de las no procesadas— contienen grasas saturadas y sal, y su elaboración implica el uso de aditivos alimentarios como conservantes. Elementos que en cantidades elevadas y en función de los métodos de cocción (altas temperaturas) pueden ser perjudiciales para la salud.
Por otro lado, la ganadería industrial tiene un elevado impacto ecológico. Entre los efectos negativos que este sistema de producción intensivo genera en el medio podemos citar:
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La deforestación, para crear vastos espacios de cultivo con el que alimentar a las reses. Esto tiene graves consecuencias como, por ejemplo, la destrucción de la Amazonía, donde gran parte de la pérdida de masa forestal está relacionada con la plantación para la cría de ganado.
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Amenaza para la biodiversidad.
¿Qué es la carne vegana?
Llamamos carne vegana o carne vegetal al alimento que sustituye a la carne de origen animal. Se elabora a base de vegetales, legumbres y cereales, más concretamente a partir de ingredientes como los garbanzos, eltofu, seitáno lasoja texturizada. Una de las peculiaridades a destacar de este alimento es su similitud con la carne animal en lo referente a textura y sabor.
Se trata de alimentos aptos para personas que siguen una dieta vegana, vegetariana o cualquier otro patrón de alimentación que no incluya carne ni sus derivados. O que sin excluirlos del todo, sí limita su consumo priorizando el de alimentos vegetales (verduras, fruta, hortalizas, legumbres, frutos secos y cereales), tal como ocurre en la conocida como dieta «flexitariana» o vegetariana flexible.
¿Por qué consumir carne vegetal? Beneficios
Una dieta con poca carne ha de compensarse con otras fuentes proteicas. Y la carne vegana es una fuente de proteínas de origen vegetal. Estudios realizados por distintos organismos, como la Universidad de Standford, indican que reducir el consumo de carne y aumentar el de productos vegetales se traduce en una serie de efectos favorables para la salud; entre ellos:
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Un índice menor de obesidad, debido a un bajo aporte calórico.
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Una disminución de la probabilidad de padecer enfermedades crónicas como colesterol o gota.
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Un menor riesgo cardiovascular.
Al potenciar estos grupos de alimentos «verdes», la dieta resulta más rica en fibra, que favorece el tránsito intestinal; nutrientes esenciales, y antioxidantes naturales con efecto protector a nivel celular, previniendo ciertos trastornos degenerativos. Ahora bien, hay que tener en cuenta la calidad del producto en cuestión; al igual que las carnes de origen animal ultra procesadas, la carne vegana también puede incluir colorantes, edulcorantes, saborizantes (potenciadores del sabor) y otros aditivos de síntesis química potencialmente nocivos. La etiqueta «vegano» en unas albóndigas no implica que estas sean saludables.
Beneficios a nivel medioambiental
El modo en que nos alimentamos repercute en nuestra salud pero también en la de nuestro entorno. Una dieta más vegetal, que incluya también carne vegana (sin procesar, o de elaboración más casera);reducir la ingesta de carne ultra procesada, que podemos sustituir por carne de mayor calidad como la procedente de animales alimentados con pasto, y en general evitar el consumo habitual de procesados, supone un menor impacto medioambiental debido a:
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Apoyo a la ganadería extensiva. El pastoreo tiene un importante rol ecológico*: eliminación de biomasa evitando que se acumule materia muerta y favoreciendo el rebrote, prevención de incendios forestales, conservación de la biodiversidad de pastizales y polinizadores, dispersión de semillas a través de la ingestión y liberación en estiércol, así como de nutrientes.
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Menor índice de deforestación y destrucción de ecosistemas.
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Menor huella hídrica.
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Disminución de gases invernadero. La FAO propone distintas soluciones para enfrentar el cambio climático a través de una ganadería resiliente y baja en carbono**.
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Reducción de la contaminación por purines y lixiviados de las deyecciones.
Es sabido que existe una relación directa entre alimentación y salud, y por ello llevar una dieta sana es un tema de creciente interés para la población. Cada vez nos preocupamos más por lo que comemos. Bien sea por cuidarnos, bien por respeto animal, las tendencias de consumo parecen estar cambiando. Aumenta la conciencia hacia un estilo de vida saludable y más respetuoso con la naturaleza.
Lo anterior no significa que tengamos que eliminar por completo la proteína animal y pasarnos a opciones como la carne vegana, pero sí es conveniente —dicen los expertos— moderar su ingesta, consumir carne de mayor calidad y minimizar los procesados a la par que «vegetalizamos» un poco más nuestra dieta. En suma, progresar hacia patrones de alimentación más sostenibles y saludables.
Por Elisabeth Lahoz
- *FAO. (2018). Soluciones ganaderas para el cambio climático: https://www.fao.org/3/I8098ES/i8098es.pdf
- **Gerber, P. J., Steinfeld, H., Henderson, B., Mottet, A., Opio, C., Dijkman, J., … & Tempio, G. (2013). Enfrentando el cambio climático a través de la ganadería–Una evaluación global de las emisiones y oportunidades de mitigación. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Roma. https://www.fao.org/3/i3437s/i3437s.pdf