Sin lugar a dudas, las conferencias Mañaneras constituyen el mayor escaparate para el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien ha hecho de ellas una plataforma exclusiva e indispensable para su interés de imponer agenda desde temprano cada día. Y dicha actividad no tendría mayor objeción sino fuese porque el espacio es cubierto con un promedio de casi 100 mentiras diarias, según ha dado a conocer recientemente la consultora SPIN, la cual ha contabilizado más de 94 mil mentiras proferidas por el mandatario tabasqueño en las poco más de 1,000 conferencias que van desde que arrancó el actual sexenio.
En días pasados AMLO alcanzó la cifra récord de un mil conferencias Mañaneras desde que asumió como presidente de la República, y para nadie es un secreto que con la ayuda de pseudo periodistas que le hacen preguntas a modo o leen comentarios que les circula el jefe de prensa, Jesús Ramírez, (para que el presidente fije su tema o haga algún posicionamiento), logran en no pocas ocasiones poner el tema en las primeras planas de los periódicos del día posterior.
Sin embargo, las Mañaneras y López han perdido ya desde hace tiempo la atención de los mexicanos, según refiere el propio Director de la consultora SPIN, Luis Estrada, quien ha destacado que poco después de cumplir cuatro años de Mañaneras, se vive el momento más crítico:
“El presidente AMLO encuentra en este último año su momento más crítico, no solo en términos de audiencia, puesto que cada vez menos personas se interesan en verlo, sino en el contenido ya que ha incrementado, dramáticamente, los ataques a sus adversarios, reales e imaginarios, en vez de resaltar logros y avances de su gobierno.
Desde un inicio, el propio presidente AMLO y funcionarios de su gobierno afirmaron que millones de personas veían las conferencias de prensa diarias, aunque a la fecha no han mostrado ratings, share o cualquier otra medición que sustente lo dicho. Es difícil pensar que, en la hora más ocupada de la mañana, de 7 a. m. a 9 a. m., las personas detendrían sus actividades para, tranquilamente, junto a una taza de té o café, observar un programa de política, por definición aburrido, que además es poco noticioso por repetitivo. Al día de hoy, ninguna estación de radio en AM o en FM, incluyendo las de radio pública, transmiten las conferencias de prensa del presidente AMLO en vivo, pues se comprende que las audiencias de radio tiendan a escoger programas que los acompañen de forma más placentera en sus actividades matutinas”.
Estrada afirma que el promedio de vistas ha ido ostensiblemente a la baja y pareciere que ya no van dirigidas a ‘su base’ sino a sus ‘adversarios’.
“De hecho, dado el incremento durante el último año de los ataques a sus adversarios, y las múltiples referencias al pasado, utilizadas para justificar el incumplimiento de las altas expectativas autoimpuestas a estas alturas de su gobierno, tal parecería que las conferencias de prensa van dirigidas a sus opositores, a quienes ataca cada mañana, a quienes no están de acuerdo con sus acciones de gobierno, y a quienes lo monitorean de cerca. Las afirmaciones con las que ataca cada mañana a los medios de comunicación serios, con audiencia y patrocinadores, son resultado de una réplica por no controlar la agenda, por ir detrás de las noticias, no delante”.
Hay que decir que aunque pareciere que cada acción del actual régimen responde a ocurrencias, es inobjetable que se ciñen a manuales puestos en marcha en otras latitudes. Por ejemplo, se ataca sistemáticamente atendiendo un “librito” que la Cuarta Transformación lleva bajo el brazo y ha derivado en un ejercicio para denostar a periodistas y medios de comunicación, quienes han entrado involuntariamente al juego denominado “¿Quién es Quién en las mentiras?” (de la semana); espacio que constituye uno de los más gratos pasatiempos del presidente López Obrador para ridiculizar al Cuarto Poder aún cuando dicho mecanismo resulte altamente cuestionable, sin rigor periodístico, mal dirigido, y carente de pruebas.
Lo irónico es que Andrés Manuel, a quien se le contabilizan más de 94 mil mentiras en sus conferencias mañaneras, pretende catapultarse como dueño de la verdad, algo así como “Pinocho acusando de mentiroso a Pepe Grillo”, o “El burro hablando de orejas”.
Entre las más recientes mentiras, hay una que Andrés Manuel ha venido repitiendo desde su campaña y que el pasado martes 27 de diciembre volvió a pronunciar: “El año próximo, a más tardar a finales ya tendremos un sistema de salud pública como el de Dinamarca, y puede ser que mejor, donde la atención médica, los medicamentos son gratuitos. En Dinamarca tienen políticas que eran completamente inalcanzables en México, porque no hay corrupción, como lo que había en México”, expuso durante su conferencia matutina en Palacio Nacional.
Ya nadie le cree. Sus simpatizantes; obradoristas, amloístas, amlovers, chairos, pejistas, o como quiera que se les llame, cada vez pasan más dificultades para intentar desviar la atención de sus falacias, engaños y falsas verdades.
Todos sabemos que el presidente no tolera la crítica, y los medios y las redes le han reprochado el fracaso frente a la pandemia, los alrededor de 800 mil muertos por su fallida estrategia, la falta de apoyos a la micro y mediana empresa y emprendedores, los millones de empleos perdidos, el decrecimiento económico, la destrucción de instituciones, la militarización en el país, el desabasto de medicamentos, las muertes de niños y mujeres por falta de quimioterapias, los récords históricos en homicidios dolosos, su complacencia al narco, sus obras faraónicas, su apoyo ilimitado al barril sin fondo que es Pemex, los feminicidios, la inseguridad, la violencia, el retroceso en sus políticas públicas, la corrupción dentro de su gabinete, la impunidad y un largo etcétera. Ante ello, ha respondido con furia, con enojo, con sarcasmo y hasta con canciones. Su venganza es exhibir a comunicadores y medios como mentirosos a fin de debilitarlos frente a la opinión pública.
En eso han derivado las Mañaneras, quizá por esa razón, es que a través de la plataforma change.org, una ciudadana lanzó una petición denominada “No más mañaneras AMLO, es una constante propaganda de su persona y partido”, la cual en dos semanas acumulaba más de 55 mil firmas.
“El hecho de que el presidente de la República salga diariamente en la televisión únicamente fomenta el culto a su personalidad, su partido, y sus ideas, las cuales están dañando profundamente a la sociedad mexicana, pues arremete contra sectores de la población que no comulgan con su ideología; polarizando a la sociedad mexicana”, se lee en los argumentos de la petición.
Casi 100 mil mentiras en apenas mil emisiones; realmente todo un récord. Lástima que sus marcas sigan siendo únicamente en el plano negativo.
Opinión.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1
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