Hace ya un ao del primer pinchazo en Espaa contra el Covid. Araceli Rosario Hidalgo, 96 aos, interna de la Residencia Los Olmos, recibi la vacuna contra la covid-19, una frmula basada en ARN mensajero desarrollada por Pfizer-BioNTech. La aprobacin por parte de las agencias reguladoras del medicamento de esa y otras vacunas covdicas permiti una campaa de inmunizaciones que ha cambiado el rumbo de la pandemia. Pero esas aprobaciones no se hubieran producido sin contar con el convencimiento de la seguridad de los productos que se inocularon a millones de personas; como con el resto de medicamentos, eso solo es posible gracias a los ensayos clnicos.
Unos meses antes de que las primeras vacunas contra el Covid llegaran con cuentagotas a la poblacin ms frgil ante el coronavirus SARS-CoV-2 -sobre todo ancianos como Araceli-, la Agencia Espaola de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) autorizaba el primer ensayo clnico en Espaa de otra vacuna para hacer frente a la covid-19. Se trataba de una candidata desarrollada por la farmacutica belga Janssen, (propiedad de Johnson & Johnson), y que utilizaba un vector adenoviral para introducir la informacin en el organismo que desencadena la respuesta inmunitaria. Esta vacuna tena un especial atractivo: solo requera una dosis.
Pero para demostrar su seguridad y eficacia, el paso por las diferentes fases de ensayo era obligado. La multinacional farmacutica recurri a tres centros espaoles para que participaran en la fase II de ensayo: los hospitales de La Princesa, La Paz (ambos en Madrid) y el Marqus de Valdecilla (Santander).
Este ensayo y el resto de los realizados con vacunas de Covid han sido radicalmente diferentes a cualquiera de los que se hacen habitualmente. El responsable de la Unidad de Ensayos Clnicos del Hospital Universitario de La Princesa (Uechup), Francisco Abad Santos, recuerda que, “para empezar, el ministro sali anuncindolo por televisin”.
Francisco Abad es el responsable de la Unidad de Ensayos Clnicos del Hospital Universitario de La Princesa (Uechup). La unidad, una de las ms antiguas de Espaa, cumple estos das 25 aos. Dirigida por Abad, tambin jefe de Servicio de Farmacologa Clnica, junto a Dolores Ochoa Mazarro (facultativa especialista en Farmacologa Clnica), y coordinada por Manuel Romn Martnez, en este cuarto de siglo ha crecido en diferentes niveles, y ha pasado a ser parte de la historia de cmo se luch contra una pandemia.
A la fase II del estudio de la vacuna de Janssen le sigui una fase III, donde en total se aportaron 2.000 personas en Espaa. La Princesa reclut a 460 voluntarios. Uno de ellos fue Pedro Rodrguez, que acudi voluntario en febrero de 2021 para recibir la vacuna, en un momento en que las vacunas solo estaban disponibles para la poblacin vulnerable y los profesionales sanitarios.
En realidad, repeta la experiencia, porque ya haba participado en un ensayo sobre la vacuna contra la gripe aviar, en 2005. En aquel amago pandmico, la investigacin clnica pas mucho ms desapercibida que con la covid-19.
El director de la Unidad, Francisco Abad, opina que “la difusin meditica de los estudios con las vacunas del Covid ha supuesto un cambio en la mentalidad de la sociedad que se ha dado cuenta de la importancia de la investigacin; en otras circunstancias, el entorno no relacionado con la sanidad no suele enterarse de la existencia de estos estudios, pero aqu ha sido el tema principal de las noticias”.
De hecho, los voluntarios que pertenecan al mbito sanitario fueron solo un 10% en el estudio que llev a cabo La Princesa.
“La sociedad en Espaa es altruista, como demuestra la donacin de rganos. Si no hay muchos voluntarios en los ensayos creo que es porque no se difunden demasiado; en cambio, en la pandemia, se ha visto una respuesta ejemplar por parte de la poblacin”.
Estudio para la gripe aviar
En el estudio de la gripe aviar, Pedro recibi la vacuna (se comparaba frente a una vacuna de gripe estacional), pero en el ensayo de la covid le toc suero fisiolgico. “No saba qu me estaban dando, pero pens que si era la vacuna estaba protegido y si no, estaba colaborando“.
A este voluntario, ajeno al mbito sanitario ms all de algunas amistades, los bulos y la intoxicacin informativa no le afectaron: “Hay gente que no distingue entre opinin e informacin cientfica, cualquier cosa es posible en el terreno de la interpretacin personal”, afirma, si bien reconoce que ayuda el hecho de tener una hija estudiando una carrera cientfica.
“S que en este tipo de estudios losriesgos son mnimos, prcticamente inexistentes, es ms la molestia de tener que venir y que te pinchen. Yo aprovechaba descansos en el trabajo, que est cerca del hospital, para hacerme la analtica. Es un peaje asumible: lo veo como una responsabilidad ciudadana, de la sociedad con la investigacin”, reflexiona.
Los resultados del ensayo en fase II y el anlisis intermedio del fase III permitieron la comercializacin de la vacuna, aunque, apunta Francisco Abad, finalmente se ha optado por las vacunas de dos dosis. No hay datos de comparacin entre ambos tipos, si bien los estudios sugieren que la vacuna de Janssen mantiene los niveles de anticuerpos durante ms tiempo. Lo cierto es que la situacin actual, con el cambio de cepas del virus hegemnicas, ha desplazado su uso.
El seguimiento contina hasta marzo
No obstante, el estudio continuar con el seguimiento de los voluntarios hasta marzo, “con la idea de obtener resultados sobre los anticuerpos a largo plazo”, afirma el farmaclogo, quien reconoce que “ser complicado analizarlos”. En el ensayo hay personas que recibieron placebo y luego se vacunaron con el frmaco de Pfizer o Moderna; otros que solo recibieron la de Janssen, y los que tras esa dosis, se vacunaron con otra de vacuna ARNm. No obstante, el que sea un amplio ensayo, con unos 30.000 sujetos a nivel mundial, “puede ayudar a que se obtengan datos suficientes para extraer conclusiones”.
El estudio con esta vacuna ha visibilizado la Unidad de cara a la poblacin, pero en el mbito sanitario, su grupo de profesionales ya contaba con gran prestigio. En este cuarto de siglo, ha pasado de cuatro personas a tiempo parcial a los 18 profesionales a tiempo completo que componen ahora la plantilla, un equipo multidisciplinar con farmaclogos clnicos, mdicos, enfermeras, tcnicos de laboratorio, coordinadores de estudios, calidad y auxiliares administrativos.
En la Unidad han realizado 300 ensayos clnicos con voluntarios sanos, cinco de ellos de primera administracin en humanos; ms de diez con vacunas; dos con alimentos nutricionales, y 283 ensayos clnicos de bioequivalencia. En estos estudios se analiza si el medicamento se tolera bien, si la dosis puede producir algn efecto, y en el caso de la bioequivalencia se coteja el genrico con el producto de marca.
El perfil de voluntarios sanos es de 18 a 55 aos sin patologas. Es el caso de Raquel Saiz, enfermera y voluntaria. “Me enter por una amiga que haba participado en un estudio y me anim. Al principio suena un poco raro, pero cuando te lo explican, entiendes que es seguro”. Raquel ha participado en un estudio de bioequivalencia con un frmaco para el colesterol y en la vacuna frente al virus respiratorio sincitial (VRS).
Ingresos hospitalarios
Si el estudio exige ingresos hospitalarios o pruebas ms especficas suele haber una compensacin de unos cientos de euros. Eso, unido al tiempo que debe invertirse en horarios a menudo incompatibles con el trabajo, explica que muchos de los voluntarios sean estudiantes, sobre todo del mbito de la salud.
“A mi familia no le pareci mal, aunque comprendo que puede verse raro desde fuera, pero lo cierto es que muchos voluntarios repiten”, comenta. “Me gustara seguir participando en otros estudios, pero ahora que estoy trabajando es ms difcil por los turnos. Y s animara a otras personas a participar. Los ensayos son seguros y se realizan en un entorno hospitalario”.
A lo largo de estos aos, la Unidad de La Princesa solo ha tenido que referir “algn susto”, afirma Francisco Abad en alusin a mareos en las extracciones -“e incluso antes del pinchazo”- o a alguna reaccin alrgica. No obstante, “siempre estamos preparados”, afirma. “Sobre todo, en los estudios con frmacos de primera administracin en humanos (first-in-human). Los realizamos con voluntarios de dos en dos y siempre empezamos con dosis diez veces inferiores a la mnima que produce algn efecto en animales y se aumenta paulatinamente con una vigilancia exhaustiva”.
Ms del 60% de la inversin en I+D de las compaas farmacuticas en 2021 se destin a ensayos clnicos, segn datos de Farmaindustria. El grueso de esa inversin est en los estudios en fase avanzada, si bien, en opinin de Francisco Abad, “las fases tempranas (I y II) han crecido en los ltimos aos. Generalmente, los laboratorios tienen sus casas madre fuera de Espaa y es all donde hacen los estudios en fases tempranas, pero ltimamente estn empezando a realizarlos tambin en Espaa, atrados por nuestra capacidad de reclutamiento y una buena cobertura sanitaria. Adems, tambin trabajamos con empresas que salen del entorno acadmico para desarrollar una molcula”.
Equilibrio entre evaluacin y disponibilidad
Junto a los ensayos en fases iniciales, la unidad est colaborando con ms de 53 ensayos clnicos de diferentes servicios como Cardiologa, Dermatologa, Digestivo, Endocrinologa, Hematologa, Infecciosas, Neurologa, Oncologa y Oncologa Radioterpica.
Suele cuestionarse el largo tiempo de desarrollo de un frmaco, al margen de sus grandes costes, pero para el farmaclogo estos tiempos estn justificados, teniendo en cuenta que muchas molculas se caen por el camino de la investigacin clnica.
“Acortar los periodos de ensayo podra suponer tener a pacientes expuestos a frmacos que no estn bien evaluados. Lo que ocurri con la pandemia fue excepcional, porque la situacin lo justific y porque al haber mucha gente implicada en el proceso se pudieron acortar los plazos, pero siempre hay que mantener un equilibrio entre la adecuada evaluacin del medicamento y el poder disponer del frmaco lo antes posible”.
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