incluir la cantidad de proteínas recomendadas (Europa Press)
Ser vegano no es sólo una elección alimentaria, es un estilo de vida cada vez más extendido en el mundo. Quienes llevan adelante una dieta basada en plantas, también centran su atención en el respeto por los derechos animales y el cuidado del planeta.
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Este movimiento global, especialmente popular entre los jóvenes, ha generado en los últimos años un mercado de productos que cada vez mueve cifras más impactantes. “Estamos viviendo un boom”, afirmó Estela María Díaz Carmona, profesora de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE), en España, y vegana. “Hay un crecimiento exponencial en casi todos los sectores, desde la venta de productos y restaurantes veganos a la cosmética, la moda y la investigación”.
Según el sitio Veganuary, una organización británica dedicada a la promoción del veganismo, el año pasado se movieron 14.880 millones de euros en el mercado de comida vegana en el mundo y para 2026 de estima que la cifra ascendería a 35.000 millones. En consonancia, ha venido cayendo el mercado de las carnes que en 2020 cayó un 3%.
Las razones por las cuales las personas se hacen veganas son diversas, pero en la mayoría de los casos es por una opción ética en favor de los animales y sus derechos, atenta contra la dignidad de esos seres vivos alimentarse, hacer ropa, etc., ya que se trata de individuos que sienten del mismo modo que las personas.
El periodista Javier Morales, autor del libro El día que dejé de comer animales, destacó la creciente sensibilidad social hacia los animales llamados de granja, como vacas, cerdos y pollos, que “viven en condiciones deplorables en campos de concentración donde apenas se pueden mover”.
Pero el movimiento vegano no sólo rechaza la comida de origen animal sino toda práctica que atente contra los animales, como los experimentos científicos, que generalmente utiliza roedores, los espectáculos de circo y, especialmente en España, las corridas de toros.
Además, dicen los adherentes a esta corriente llevar una dieta vegana ayuda a proteger el medio ambiente. “En un mundo con recursos finitos, reducir drásticamente el consumo de carne es una de las mejores herramientas para hacer frente a la crisis climática”, afirmó Javier Morales, informó el sitio Alternativas Económicas.
De acuerdo con estimaciones realizadas por la organización ecologista Greenpeace, la ganadería es responsable de la emisión del 15% de los gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento de la tierra, a un nivel similar que los automóviles, los barcos y los aviones.
Los 1.700 millones de animales que se crían para producir comida ocupan más de una cuarta parte de la superficie terrestre y los que viven en macrogranjas consumen un elevado porcentaje del agua disponible y de los cereales cultivados en el mundo. Las personas veganas resaltan la paradoja de alimentar animales que, a su vez, serán comida y argumentan que buena parte de los alimentos que se dan al ganado podrían servir para paliar el hambre y la malnutrición entre personas.
Según argumentan quienes adhieren al veganismo, otra razón para dejar de comer carne es que es bueno para la salud, ya que reduce el riesgo de cardiopatías, diabetes, cáncer y la obesidad y los problemas derivados de esta.
Pero para llevar una dieta vegana y a la vez mantener un buen estado de salud hay que tener más información, ya que puede generar una faltante de nutrientes que deterioren el organismo. Es imprescindible planificar la ingesta de todo lo necesario y será obligatorio complementar la dieta con suplementos de vitamina B12, que solo se encuentra en los productos lácteos, los huevos y el pescado.
En ese sentido, Díaz Carmona advirtió que “se puede ser vegano y pasarse el día comiendo porquerías”, ya que existe gran cantidad de productos vegetales ultraprocesados como galletas, papas fritas, hamburguesas, salchichas, entre otros que imitan los productos hechos a base de carne, pero no son saludables. La Organización Mundial de la Salud (OMS) viene alertando sobre ese peligro.
Las personas que optaron por eliminar de raíz o reducir la ingesta de carne tienen diversos comportamientos por lo que se dividen en distintas categorías.
Flexitarianos: consumen productos animales en forma esporádica, serían veganos a tiempo parcial.
Vegetarianos: los vegetarianos basan su dieta en productos de origen vegetal, pero también consumen productos derivados de los animales como leche, huevos y miel.
Veganos: son el grupo más consciente y militante de su postura. Llevan una dieta 100% vegetal.
De acuerdo con la consultora Lantern, citada por la misma publicación, el movimiento vegano, al menos en España, está integrado mayoritariamente por mujeres, quienes representan más de los dos tercios del total en ese país. “Las mujeres hemos sufrido dominación durante siglos y tenemos mayor afinidad con la naturaleza y una actitud más consciente ante la comida. Entre los hombres, en cambio, están más arraigadas costumbres como comer carne, beber alcohol y disfrutar del fútbol. Seguimos reproduciendo pensamientos adquiridos, como que la ensalada es una comida femenina”, dijo Díaz Carmona.
Pero el sector social que más impulsa este movimiento es el de los jóvenes. De acuerdo con VegWorld Magazine, en el Reino Unido el 35% de la llamada generación Z, es decir personas nacidas en los años anteriores y posteriores al 2000, tienen como meta dejar de comer carne.
El perfil de este grupo incluye que son activos en las redes sociales, que es uno de los espacios en que el que se expresa el veganismo. Por otra parte, hay figuras de la élite del deporte que se han presentado públicamente como veganos, como es el caso del corredor de F1 Lewis Hamilton y la tenista Serena Williams. También cantantes como Ariana Grande y Billie Eilish y actores como Benedict Cumberbatch y Natalie Portman.
En 2017, Lantern estimó que el 7,8% de la población de España era vegana y se dividían así: el 0,2% veganas, el 1,3% vegetarianas y el 6,3% flexitarianas. Cinco años después, el número de veggies creció en 5,2 puntos porcentuales, hasta alcanzar el 13% de la población: el 0,8% de personas veganas, el 1,4% vegetarianas y el 10,8% flexitarianas.
En ese país europeo, para 2021 la cifra se elevó al 1,5% de veganos, según otra consultora, Stratista, en tanto que el cálculo que había hecho en 2019 era de 0,8%. De esta forma, aún aparece pequeño el número de personas que forman parte del movimiento, al menos en España.
En cambio, en otros países, como el Reino Unido, según VegWorld Magazine, los veganos y vegetarianos son casi el 13% de la población, mientras un 21% se declara “flexitariano”. Esto implica que casi un tercio de la población británica ha reducido o eliminado la carne de su dieta. En tanto, los datos de Statista indican que los veganos (exclusivamente) pasaron de ser el 2% al 3,2% de 2019 a 2021.
En una encuesta de Gallup de los Estados Unidos de 2018, el 5% de los adultos estadounidenses se identificó como vegetarianos y el 2% como veganos. En una encuesta más amplia de 2018 de Ipsos Mori, que abarcó 28 países, el 5% de los encuestados se identificó como vegetariano, el 3% como vegano y otro 3% como pescetariano. Sin embargo, esta encuesta mostró resultados muy diferentes para algunos países. Por ejemplo, una de cada cinco personas en India se identificó como vegetariana.
De acuerdo con Statista, en India en 2019 el 4,2% de la población se definía como vegana y en 2021 esa cifra se elevó a 13,4%. En China descendió en esos dos años, ya que pasó del 6,6% en 2019 al 4,8% en 2021. En Estados Unidos el aumento fue importante ya que en 2019, eran 1,1% de la población y en 2021 el 4% eran veganos.
En América Latina los números de la misma consultora indican que en México eran veganos en 2019 el 0,7% de la población y dos años más tarde el 2%, mientras en Brasil se mantuvieron en aproximadamente el 1,5%.
La cuna del movimiento vegano es Inglaterra, donde se fundó la Vegan Society en 1944, encabezada por Donald Watson. Si bien este pionero no definió por escrito el término veganismo, fue su inventor.
El señor Donald Watson ha manifestado que los veganos defienden la idea de que, si queremos ser verdaderos libertadores de los animales, debemos renunciar absolutamente a nuestra tradicional y egoísta actitud de creer que tenemos derecho a utilizarlos para nuestras necesidades”, indica una transcripción de una ponencia de Watson.
Por tratarse España del país más carnívoro de la Unión Europea, los veganos de ese país sienten que es difícil nutrir su dieta. “Mientras comamos en casa, todo es fácil, la cosa se complica cuando salimos”, admitió Morales.
“Lo ideal sería que cualquier restaurante pudiera ofrecer platos sin carne ni pescado”. De todas formas, cada vez hay más restaurantes especializados. Otro problema con el que se encuentran es que los médicos no suelen estar familiarizados con la dieta vegana. “En general, el personal está poco preparado y todavía hay muchos prejuicios”, afirmó Morales.
“Antes no éramos interesantes para las multinacionales y ahora quieren aprovechar el nicho de mercado para aumentar sus beneficios”, dijo Díaz Carmona. “Ello no tiene por qué ser necesariamente malo, puede ser positivo si contribuye a llevar el veganismo a nuevos segmentos de la población”.
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