Argentina, junto a Inglaterra, fue la última selección en sumarse al nuevo hábito, recién en 2006. Por qué Uruguay muestra cuatro estrellas y los curiosos casos en los clubes de Argentina, Sudamérica y Europa.
Siempre en las alturas, durante mucho tiempo con el barrilete cósmico, Argentina habla ahora de las estrellas. Las camisetas que acaban de salir a la venta con las figuras vinculadas a las tres Copas del Mundo que ganó la selección en 1978, 1986 y 2022 hacen referencia a una palabra y a una simbología relativamente nuevas para las selecciones. El primer Mundial en el que Argentina jugó con (dos) estrellas en su camiseta no fue hace tanto, en Alemania 2006, recién veinte años después del que era su último título.
La historia empieza con Brasil, que en Alemania Federal 1974 mostró por primera vez las (tres) estrellas que aludían a sus títulos de Suecia 1958, Chile 1962 y México 1970. Esa Copa del Mundo también fue especial porque, por primera vez, algunos países mostraron la marca de su indumentaria, aunque no Brasil, vestido por Athleta: los tres signos inéditos fueron colocados por encima del escudo de la Confederación Brasileña de Fútbol.
Ya en México 86, una segunda selección sumó estrellas a su escudo cosido sobre la camiseta: Italia, con los tres títulos de Italia 1934, Francia 1938 y el entonces reciente de España 1982. El siguiente en incorporarse a la nueva tradición fue Alemania, pero recién 12 años después, en Francia 1998, cuando mostró sus tres estrellas (las de Suiza 1954, como local en 1974 e Italia 1990), una roja, otra negra y la tercera amarilla. Lógicamente Brasil ya tenía cuatro y le sumaría la quinta tras Corea del Sur-Japón 2002.
En esa edición, hace 20 años, Uruguay estrenó sus cuatro estrellas. El caso de los celestes es el más peculiar: aunque ganaron dos Copas del Mundo, las de 1930 y 1950, consideran que fueron cuatro veces mundiales, también en 1924 y 1928, cuando se consagraron campeones olímpicos, el máximo torneo organizado por la FIFA en ese momento. La federación presidida por Gianni Infantino les da la razón.
Ya en Alemania 2006 se sumaron las últimas dos selecciones, Argentina e Inglaterra. Como en Brasil 2014 España también mostraría por primera vez su flamante estrella, ganada en Sudáfrica 2010, la simbología ya está íntegramente incorporada a todos los campeones mundiales.
Cada país, sin embargo, tiene un criterio diferente para sus equipos. En Europa, el tema comenzó en Italia cuando la Juventus, en 1958, ganó su décima liga y decidió lucir una estrella en su indumentaria. Como desde entonces quedó establecido en el Calcio que cada figura equivale a una decena de títulos, hoy la Juve (con 34 vueltas olímpicas) lleva bordada tres estrellas, mientras el Inter (17) y el Milan (16) tienen una cada una. El Nápoli ganó dos títulos, los de Diego Maradona, así que le faltan ocho para bordarse la primera.
Los clubes alemanes también tienen sus propias reglas: con tres títulos se alcanza una estrella, con cinco se llega a dos, con diez Bundesligas se habilita la tercera, después de los veinte se cose la cuarta y, a partir de los 30, se suma la quinta. El Bayern Munich, con 31 ligas, tiene cinco. El Borussia Dortmund, que ganó 5 torneos, lleva dos. Y el Stuttgart, que fue tres veces campeón, exhibe una.
Mientras en España no hay estrellas (ni el Real Madrid ni el Barcelona las usan en la paradójicamente llamada “liga de las estrellas”), en Inglaterra depende de cada equipo, pero aún así un mismo club puede cambiar temporada tras temporada. El Manchester City mostró tres estrellas en 2012, cuando ganó su tercer título, aunque entonces aclaró que se trataba de una decisión decorativa. De hecho en la actual temporada, cuando ya tiene ocho Premier League en su historial, el City juega con una camiseta sin añadidos. El Manchester United ni el resto de los clubes tampoco lucen estrellas.
En Brasil cada equipo hace lo que quiere. El Gremio es el mejor ejemplo. Tiene tres: una dorada, que recuerda a un ex jugador, Everaldo, que fue campeón del mundo en 1970 y murió en un accidente de tránsito. Una de plata, por las Copas Libertadores de 1983, 1995 y 2017. Y otra de bronca, por los torneos brasileños.
En Argentina, el término “estrellita” se puso de moda hace 10 años, tanto en el argot de las tribunas como en las declaraciones de jugadores, dirigentes y técnicos, a partir de dos grandes motivos: la proliferación de competencias en juego, como Copa Argentina, Superfinal, Supercopa Argentina, Trofeo de Campeones y hasta la Suruga Bank, y el revisionismo de la historia en el que los títulos del amateurismo pasaron a tener el mismo valor que los del profesionalismo.
Sin ningún criterio oficial, esas estrellas se incorporaron a las camisetas de la mayoría de los clubes, independientemente de haber jugado o no en Primera División. Douglas Haig, por ejemplo, tiene las mismas estrellas que la selección argentina y que la Juventus: cuenta sus tres ascensos en los torneos de la AFA, es decir Regional de 1986, Argentino B de 2010 y Argentino A de 2012. Vélez y Estudiantes, al otro lado, presumen de una única estrella, la máxima posible para los clubes, la de la Copa Intercontinental (actual Mundial de Clubes).
Boca es el pionero en Argentina en usar estrellas dentro del escudo, desde 1932, luego incorporado a su camiseta. A partir de la década del 40 cada título implicaba el ingreso de una nueva estrella, pero en los últimos años el escudo se decidió inmodificable. En 1981, también Boca usó por primera vez estrellas en su camiseta, aunque no en función de los títulos sino como marco para las cuatro iniciales del club, CABJ. River y San Lorenzo nunca sumaron estrellas mientras que Racing lo hace desde hace un puñado de años (en 2015 llegó a mostrar 24, 17 nacionales y 7 internacionales) e Independiente se sumó hace pocos meses, cuando pasó a exhibir sus 18 vueltas olímpicas internacionales.
Entre tantos casos particulares, Huracán cuenta sus 13 estrellas de Primera División: ganó un título del profesionalismo, la Copa Argentina 2014 y la Supercopa de ese mismo año, cuatro ligas en el amateurismo, y las Copa Estímulo de 1920, las Copas Ibarguren de 1922 y de 1925, las Copas Adrián Escobar de 1942 y de 1943 y la Copa Competencia Británica de 1944. Quilmes, a su vez, tiene tres, el Metropolitano de 1978, la liga de 1912 y la Copa de Honor Municipalidad de Buenos Aires 1908. Gimnasia, por su parte, exhibe dos estrellas en su camiseta, la Copa Centenario de 1993 y la liga de 1930. Porque, en el país de los campeones del mundo, cada uno muestra las estrellas como quiere, aunque las más lindas sean las tres juntas sobre la celeste y blanca.
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