- «¿Renunciamos entonces a que Westbrook vuelva a ser Westbrook? El MVP de Oklahoma quiero decir».
- «No, no, no. Pueden tirar un poco de épica, pero la verdad que lo veo mal para ellos (Lakers). No te puedo decir otra cosa».
Con este fragmento dábamos por concluido el tema de ‘qué va a pasar ahora con Los Ángeles Lakers’ en el último capítulo del podcast, ahora que en L.A. les toca afrontar a unas cuantas semanas (puede que meses… puede que la temporada entera) sin su jugador más en forma de los treinta últimos días, Anthony Davis, rindiendo como todo un MVP y principal argumento para que el equipo se reenganchase al tren del play-in.
Sin él y hasta su regreso, el vestuario angelino tratará de sumar las menos derrotas posibles y hacer de su lesión algo no tan crucial. Por ahora, un triunfo por los pelos (ante los Wizards) y dos derrotas con muy malas sensaciones (Suns y Kings) y en las que cayeron de paliza.
Diciembre – Enero
El calendario del próximo mes –en esta NBA cuesta localizar un rival asequible– es misericorde: Orlando, Charlotte (x2), Atlanta, Miami (x2), Dallas, Sacramento, Houston… son partidos que ‘los Lakers sin Davis’ pueden ganar, o al menos tienen herramientas para hacerlo.
Ante este panorama, se dibujan dos opciones.
La primera, la más conservadora y menos audaz, es tratar de capear el temporal, rezar por un retorno temprano de La Ceja y aguantar lo mejor que puedan aprentando los dientes hasta que ese día llegue, añadiendo unas cuantas victorias al casillero y llegar al parón del All-Star aún con opciones de terminar la regular season entre los diez primeros del Oeste.
La otra es abandonar el mundo de Pandora y aceptar que cualquier CGI de James Cameron es más realista que un futuro inmediato donde las victorias sean la tónica en los titulares de El Segundo. Para ello deberían coincidir varios milagros, entre ellos un Westbrook celestial, ya sea de titular o como sexto hombre. Una fórmula que puede funcionar en un partido, tal vez tres; más allá, cuesta imaginar el éxito de tal hipótesis si los Lakers optan por el inmovilismo.
¡A descolgar el teléfono!
Si desde primeros de octubre eran ya muchos los que pedían cambios y un Rob Pelinka carnicero y ágil en el mercado de invierno, la urgencia por fortalecer la plantilla debería emerger como única prioridad si no quieren que el único incentivo que le quede a LBJ de aquí al verano sea contar los partidos que le faltan para ver cuándo supera a Kareem Abdul Jabbar.
POS | JUGADOR | PUNTOS | MEDIA |
---|---|---|---|
1 | Kareem Abdul-Jabbar | 38.387 | 24,6 |
2 | LeBron James* | 37.686 | 27,1 |
3 | Karl Malone | 36.928 | 25 |
4 | Kobe Bryant | 33.643 | 25 |
5 | Michael Jordan | 32.292 | 30,1 |
No tienen demasiado margen de maniobra los Lakers como para asaltar la banca, y sus opciones pasan dos vías. En una mantienen a Russell Westbrook. En la otra no.
- Se quedan con Westbrook: en este caso no les queda otra que deshacerse de un par de expirings de contrato elevado como son Patrick Beverley (13M) y Kendrick Nunn (5,2) –dar salida a su tercer expiring de alto valor, Loonie Walker (6,4M), sería un error–, y obtener algunas piezas más afines a cambio de aligerar la masa salarial de otra franquicia necesitada de alejarse del impuesto de lujo.
¿Qué pedir a cambio? Tiradores con buena defensa. El combo favorito de LeBron y la vía por la que alcanzó su último anillo durante la burbuja.
- Transferir a Westbrook: el rey de los expirings. 47 millones de dólares.
Lo que recibe quien se lo quede es claro como el agua (clinc! clinc! clinc!). No sólo consiguen una flexibilidad para la 2023-24 con la que fichar a un jugador franquicia, sino que se hacen hasta final de temporada con un point guard todavía interesante que podría incluso, quién sabe, renovar a la baja. Centrado, Russ sigue siendo un jugador más que potable para casi cualquier entidad, y como le sucedió a Carmelo Anthony, una vez ha aceptado que ya no es una estrella, un primer espada, está haciendo de su tiempo en pista algo mucho más eficaz, sin abusar del usage y los tiros forzados.
En diciembre no intenta ni tres triples por partido (por lo que son sólo tres triples los que va a fallar); ha recuperado su capacidad reboteadora, asiste con la normalidad de siempre (8,7), y lanza por encima del 40% en tiros de campo. No vamos a descubrir ahora a Russ. Con lo bueno y lo malo.
¿Momento Bradley Beal?
Dar a Russ, por otra parte, conlleva la obligación de equiparar salarios, por lo que aquí se abren, nuevamente, dos vías: varios jugadores cumplidores de rol (3 and D) o una gran estrella con una nómina equivalente.
Y aquí emerge Bradley Beal. De casi un cambio de cromos por Westbrook, en The Athletic empiezan a hablar como una opción seria. Aunque también se ha escrito sobre una posible vuelta de Kyle Kuzma al Crypto.com, así que vete tú a saber.
Pero lo de Beal y los Lakers, un rumor que llevamos alimentando durante años hasta alcanzar la obesidad mórbida, tiene más sentido que nunca aunque su reciente renovación nos invite, de primeras, a pensar lo contrario.
- Su cláusula de no traspaso. Fue una exigencia extra de Beal en su acuerdo por 5 años y 251 millones de dólares el pasado julio. Cuesta enumerar las veces que Beal ha insinuado lo mucho que le gustaría vestir de oro y púrpura. Jugar junto a LeBron y Davis y la opción por fin de pelear por algo grande. La cláusula no sería un problema.
- Wizards, en barrena. El torniquete ante los Suns no fue sino un apósito tras diez partidos sin frenar la sangría. A un inicio de campaña ilusionante le ha sucedido un desplome al vacío del que ya va a ser imposible que se repongan. Porzingis está firmando su mejor baloncesto en ataque desde los Knicks y aún así no les alcanza. Beal se ha perdido 12 partidos de 33 (muchísimos). Aún así, cuando ha estado, los Wizards presentan un balance de 8 victorias y 13 derrotas. Ni con él les da, y eso que está lanzando a canasta mejor que nunca en su carrera (52,2% en tiros de campo) a pesar de no coger el ritmo en el lanzamiento de tres (32,3%).
En 2025 (año en el que finalizan los contratos de Kuzma y Porzignis), los Wizards podrían reiniciar el proyecto desde los cimientos y resetear las bases por completo.
- Encaje en los Lakers. Sin ser la mejor opción, sería una gran opción (más lógica que la de DeRozan, al menos). Es un escolta con la capacidad de producir sin amasar demasiado balón. Posee la habilidad de crearse sus propios tiros de manera eficiente. Es un buen tirador de tres en catch&shoot. Ha sido tres veces All-Star (2018, 2019 y 2021).
¿En cuanto a su defensa? Recordemos estas declaraciones suyas de octubre de 2021 sobre algunos de sus objetivos para los años próximos:
«Luchas por ganar el MVP, intentar entrar en el primer Quinteto Defensivo o al menos estar en la terna. Esas son mis metas».
El año pasado ya Wes Unseld explicó que con el talento ofensivo que habían adquirido los Wizards, buscaba liberar a Beal de algunas de sus responsabilidades en ataque para que guardase sus energías en defender más y mejor. Tuvo un éxito relativo; Beal, es cierto, mejoró su ratio de faltas en ataque sacadas al rival y encadenó varias actuaciones de mérito donde se le vió comprometido en la marca y en los cambios de asignación. Pero el net rating era el que era y es el que es: los Wizards atacan mejor y defiende peor cuando él pisa el parquet.
- Proyecto. Ir a por Beal implica un sacrificio y una apuesta enorme a medio-plazo. Los Lakers se atarían de pies y manos por varios años, por lo que deberían estar convencidos de que éste es el movimiento que los devolverá a la élite mientras todavía dura el prime cuasieterno de LeBron James y siempre que las visitas de Anthony Davis a la enfermería se reduzcan.
John Hollinger, cuyos rumores no suelen limitarse al envoltorio, afirma que el trueque entre Westbrook y Beal comienza a ser una opción muy real. Para que terminara de darse, los Lakers deberían incluir una futura primera ronda del draft. Puede que dos (2027 y 2029). A estos rumores se ha unido Zach Lowe, insider de ESPN.
El acuerdo Russ-Beal
De darse, los Lakers tendrían nuevos motivos para la esperanza y romperían un Big Three que jamás pasó de Big Joke.
A sus 29 años, a Beal le queda gas en el mechero para seguir desplegando mucho su mejor baloncesto los cuatro años y medio que le restarían de contrato por el máximo. En Washington, mientras, cerrarían un libro que lleva demasiado tiempo abierto. No puede decirse que no lo intentaran hasta el final con la dupla Wall-Beal y luego insistieron una vez más con los dos protagonistas de este post, Russ-Beal, funcionando juntos por momentos.
El 9 de febrero de 2023 cierra definitivamente el mercado de traspasos para la actual temporada. Ahí todos los equipos deberán haber decidido qué quieren ser. Los Warriors tienen un papelón similar con la baja de Stephen Curry y ya están planeando contramedidas. En el caso de los Lakers, si cola de león o tête de sourisnyama.
(Fotografía de portada de Patrick Smith/Getty Images)