Rafa Nadal (Manacor, 36 años) atiende a AS poco antes de recibir por sexta vez el premio de este diario al mejor deportista del año. Relajado y contento, el ganador de 22 Grand Slams hace balance del año, habla del próximo con ilusión y esperanza, de su paternidad y también un poquito de otra de sus pasiones, el fútbol.
¿Cómo se encuentra? ¿Ha podido entrenarse?
Bueno, bien. Más o menos. Al final volví tarde de Latinoamérica, llegué el día 3 (de diciembre). Estuve casi una semana sin hacer nada, que es lo que tocaba. Bueno, entrenando un poquito de físico, y después empecé, o sea que bien. Yo creo que al final necesitaré días en Australia. Pero también me voy muy pronto, el 26, aunque llego muy justillo. Lo único malo es que los primeros dos partidos que jugaré en la United Cup son muy difíciles (Norrie y Kyrgios). El cuadro ha sido desfavorable en ese sentido, pero creo que la base es buena, con lo cual confío que este comienzo de temporada me sirva. Más allá de la competición, que vamos a hacer lo posible para intentar llegar lo más lejos que se pueda, lo importante es que llego muy pronto. El Open de Australia es el primer objetivo importante, pero también coger ritmo de entrenamientos con los mejores. Yo creo que el hecho de pasar dos semanas y media más el Open de Australia allí me puede servir de cara al futuro.
Si su carrera fuera una torre, y abajo estuvieran los años normales, y por encima los buenos, los muy buenos y los buenísimos. ¿El 2022 donde estaría?
Es difícil de valorar, porque a nivel tenístico mientras estuve bien, fue increíble. Esa es la realidad. Si solo valoramos el tema tenístico, ha sido espectacular. Lo que pasa es que también es difícil sacar del contexto tenístico todos los problemas que he ido teniendo. Hasta que me rompí la costilla, en Indian Wells, en las semifinales contra Carlos (Alcaraz) no había perdido ningún partido y después, con una preparación horrorosa para Roland Garros, se consiguió ganar. Y me queda una espina en el año que es Wimbledon. Yo creo que desde que gané en 2010, la última vez, jamás había estado en una posición tan buena. Tanto ésta como la del 2018 cuando jugué contra Djokovic las semifinales, son las dos que estaba mejor preparado, con mucha diferencia, y esta vez me rompí el abdominal. Me lo volví a romper en el US Open, pero bueno. Hay que poner todo en contexto. Después de 2021, con los últimos cinco meses sin poder jugar y 36 años, ganar dos Grand Slams y terminar dos del mundo, pues creo que al final hace una gran temporada.
Cuando piensa en lo que pasó en Australia, ¿qué sensaciones tiene?
Todo pasa muy rápido en esta vida. Pero bueno, todo el torneo fue muy, muy emocionante. Al final era mi primer gran torneo después de muchos meses sin poder competir. La verdad es que el público fue increíble desde el minuto uno que llegué allí. Se consiguió lo que se consiguió. Y aparte de la manera la que se hizo. Sin ninguna duda es una de las victorias más increíbles y emocionantes de mi carrera. La verdad es que sufrí, pero también lo disfruté muchísimo.
En este último año y medio, ¿en algún momento ha sentido que se le ha hecho de menos, que alguien le haya querido enterrar?
Sí, pero yo creo que al final es parte del del negocio. En el deporte, en la vida a día de hoy, las cosas van muy rápidas y estás en unos meses que parece que no existes. Pero también así es esta vida y uno tiene que entender el juego. Igual que por muchos momentos los halagos son desmesurados, pues también hay otros en los que eres más invisible. Pero yo, sinceramente, como no tengo un ego muy, muy grande, no me afecta mucho. Y creo que llevo bien siempre las dos cosas, a nivel personal. Después a nivel profesional quiero estar siempre bien, y cuando me lesiono no lo estoy. En cuanto al tema mediático, siempre lo he llevado bien en ese sentido. Solo me molesta cuando a mi juicio intervienen temas más personales que me parecen injustificados o no me parecen, de alguna manera, justos. Ahí puede ser que tú entiendas que no es correcto como te están analizando. A nivel deportivo, no me quejaría nunca de una crítica.
Por la salida de Francis Roig, ha tenido que hacer un cambio en su equipo e incorporar a Gustavo Marcaccio. ¿Busca mejorar con esta novedad?
Yo siempre intento mejorar, eso lo primero. Recurro a Gustavo porque Francis decidió tomar un camino diferente. No soy muy partidario de hacer grandes cambios. Francis toma una decisión, y ante todo lo quiero como amigo, prácticamente familia, y tengo máximo respeto y máximo agradecimiento por todo lo que hemos vivido juntos y todo lo que me ha ayudado. Él toma la decisión de buscar otras experiencias y se quedan en el equipo Carlos (Moyá) y Bullet (el mote de Marc López), dos padres de familia, y claro, pueden ocurrir cosas. Con lo cual necesito incorporar a alguien. Y analizando todas las opciones, las referencias de Gustavo son muy buenas, aparte de que hace un año que está en la Academia, con lo cual veo cómo trabaja cada día con los chicos, con Munar. Y le conozco de su época con Pico (Juan Mónaco). Me parece una persona adecuada a día de hoy y también alguien nuevo que produce estímulos nuevos. Algo que estimula al resto del equipo. Creo que él está muy ilusionado y yo también.
En Turín dijo que moriría por recuperar su mejor nivel. ¿Qué espera del próximo año y cómo lo ha planificado para alcanzar ese objetivo?
Voy a ser esforzarme al máximo para intentar rendir al máximo nivel el máximo tiempo posible. Es evidente que la gira de tierra está marcada de manera especial. Vamos a ver ahora cómo se empieza el año. Soy consciente de que llego un poquito justito, pero tengo la confianza de que pueda ir cogiendo el nivel que necesito para ser competitivo en Australia. Veremos lo que ocurre. Las cosas cambian muy rápido en el deporte. Pero yo tengo la ilusión de volver a hacer un buen año y volver a darme opciones de competir otra vez al más alto nivel. Después, soy consciente de que tengo la edad que tengo, y de que pasan cosas. Tendré que gestionarlo de la mejor manera posible e intentar esforzarme al máximo para para darme opciones reales.
¿Qué le parece el nombramiento de David Ferrer como capitán de la Copa Davis?
Lo primero de todo, agradecer a Sergi (Bruguera) todo lo que ha hecho por nosotros. Creo que ha sido un gran capitán y nos llevó a ganar la Copa Davis y a estar cerca otras veces y creo que ha hecho una gran labor. Y que entre David, me parece justo, aparte de ser un muy buen amigo, hemos compartido mucho, es alguien que ha hecho mucho por nuestro deporte. Y por su currículum, y también por su personalidad, creo que merece estar donde está, estoy feliz por él y le deseo lo mejor.
Él dice que usted no se descarta, pero que aún queda mucho. Aunque afirmó que no sabía si volvería a esta competición, ¿el hecho de que esté David ahora afecta a esa decisión?
Para defender a España o jugar por España, no me va a condicionar nunca que sea capitán uno u otro. Hay cosas que son mucho más importantes que eso. Yo no me descarto y en mi mundo ideal, me gustaría jugar una vez más con España. Lo que pasa es que el mundo real es otra cosa y veremos lo que sucede. Pero para nada me descarto. Faltan meses y si las circunstancias se dan de manera adecuada, pues ojalá.
Vamos a hablar de su paternidad. ¿Sufrió mucho en esos momentos de incertidumbre durante el embarazo de su esposa?
Se hizo duro más que la parte final, cuando se escribieron cosas que no eran sin tener la información y hubo los nervios normales, la fase más complicada y de mucha incertidumbre en verano, justo antes de salir hasta hacia Montreal y Cincinnati. Por suerte, tengo una mujer que es valiente y siempre me ha ayudado en todo lo que he podido y más, y siempre me ha animado a seguir. Con lo cual, en ese sentido me lo puso fácil. De hecho, fue ella la que me animó a irme hacia Estados Unidos. A mí me costaba más. Pero es que, además, me volví a romper el abdominal la semana previa del US Open. Si ya era difícil gestionarlo todo cuando pasó otra vez, ni te cuento. En aquel momento no lo dije, porque estaba cansado del tema desde Wimbledon. Ahí ya jugaba yo con lo que tenía. En aquellos momentos sí que no pude gestionarlo todo. Después todo salió bien. Volví. Pude estar con mi esposa, disfrutar y ver el nacimiento de mi hijo. Me afectó igual que le afectaría a cualquiera.
¿Ser padre es como se imaginaba?
Supongo que como para todo el mundo. Creo que los sentimientos y la responsabilidad, el sufrir… para todos es muy similar. Estoy disfrutando de esta nueva etapa. Viviendo el día a día. Es un cambio en esta vida muy importante para bien, pero para seguir con mi vida profesional, necesito organización, más que antes, y en eso estoy. Poco a poco las cosas se van organizando. Se va terminando de gestionar un poquito el orden que necesito para que pueda entrenar con normalidad, para que cuando esté en pista no tenga otras preocupaciones. Y yo creo que poco a poco se va a ir gestionando y con el tiempo se va ir llevando mucho mejor.
Ahora que no está compitiendo, ¿le ha tocado levantarse de la cama alguna que otra noche o hacer cosas?
Pues sí, de vez en cuando me toca. Solo faltaría. Pero bueno, es cierto que dependo de mi físico y cuando me entreno, al día siguiente se ocupa mayoritariamente mi mujer.
¿En la final del Mundial con quién iba, con Francia o con Argentina? ¿Qué le pareció el resultado.
Iba con el espectáculo, porque desgraciadamente España se fue en octavos. Fue una final espectacular. Lo siento por muchos amigos franceses que tengo y por todo lo que significan París y Francia para mí. Pero también tengo muchísimos amigos argentinos y en ese sentido, como amante y nostálgico del deporte, que Messi levantara la Copa del Mundo a mí me hizo feliz. Que alguien tan grande culmine con un título que le faltaba, de este calibre, con todo lo que significa para Argentina, me pareció justo, lo disfruté y me emocioné. Sin ir con Argentina, cuando Messi marcó el tercer gol se me saltaron las lágrimas. Pero por la emoción de ver a alguien tan grande lograr lo que le faltaba esto y que había sufrido tanto para conseguirlo. Disfruté mucho de la final, sobre todo a partir del minuto 70 hacia adelante, que fue espectacular. Antes parecía que todo estaba muy fácil, controlado para Argentina.
Dos cosas sobre su Real Madrid: ¿Como ve la temporada y si perdonaría a Mbappé para ficharlo?
Yo a Mbappé no le tengo que perdonar nada y como aficionado del Madrid, si pudiera, que viniera mañana. Al final en el deporte ocurren cosas y supongo que a un chico tan joven le abrumó una presión tan tremenda de todos los ángulos que al final… Yo creo que él quería venir al Madrid, pero por muchos factores se le complicó todo mucho. Ojalá que le pueda ver en el Madrid en el futuro. A mí me gustaría que Kylian estuviera este año, pero aun así, el Madrid está en una posición de privilegio en todas las competiciones, jugando un fútbol para mí fantástico. Y hasta los últimos tres partidos antes del parón iba todo sobre ruedas. Creo que el Madrid tiene un equipazo, con un entrenador que sabe gestionar todo de la mejor manera posible. Y estoy feliz de ver al Madrid como está, con muchos jugadores jóvenes combinados, con jugadores veteranos. Es un equipo que ilusiona.
¿Otro momento álgido suyo fue el de la retirada de Federer. ¿Ha vuelto a hablar con él después de aquello?
Está feliz, disfrutando de la vida, encantado. Hablamos habitualmente. Tenemos una muy buena relación y él está haciendo cosas. Estuvo en Tokio y en otros lugares. He hablado con él habitualmente y bien, la verdad, solo tiene que arreglar la rodilla.
Qué momentazo aquel con esa imagen de los dos llorando que dio la vuelta al mundo…
El momento fue el suyo. Se iba uno de los grandes iconos de la historia del deporte en general. Y yo lo sentí mucho, me emocioné mucho, porque al final lo he vivido como rival, como compañero y también como aficionado. Yo soy deportista profesional, pero soy un gran apasionado del deporte y lo valoro mucho, porque me ha gustado mucho desde pequeño. Si se va alguien como Federer, es difícil no emocionarse. Feliz por él, porque al menos se pudo retirar jugando. Es algo que parecía que no podría ser y lo consiguió. Creo que para él fue una despedida muy bonita.
La última. ¿Apostamos por usted para Roland Garros?
No lo sé. Yo nunca he apostado por mí, pero veremos. Faltan muchos meses. Yo lo que espero es llegar ahí y tener mis opciones, llegar lo suficientemente bien preparado y sano como para tener opciones de competir. Y después veremos lo que pasa.