El periodo comprendido entre julio de 2022 y octubre de 2023 ha sido designado por la UNESCO (Oficina de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) como el Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible.
Es una celebración que está estrechamente ligada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible es un programa ambicioso que los Estados miembros de las Naciones Unidas han suscrito para asegurar un desarrollo del planeta balanceado, sostenible e inclusivo.
La Agenda fue adoptada en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, como una visión integrada para el desarrollo sostenible de todas las poblaciones del mundo, y se articula en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hacia los cuales todos deberíamos trabajar colectivamente.
Varios de los ODS están explícitamente vinculados a los avances científicos: Salud y bienestar (ODS 3), Educación de calidad (ODS 4), Agua limpia y saneamiento (ODS 6), Energía limpia y asequible (ODS 7), Acción climática (ODS 13), Vida bajo el agua (ODS 14), y Vida sobre la Tierra (ODS 15). Pero, de hecho, todos los ODS requieren el aporte de la ciencia y la tecnología: Fin de la pobreza (ODS 1), Hambre cero (ODS 2), Equidad de género (ODS 5), Trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), Industria, innovación e infraestructura (ODS 9), Reducción de las desigualdades (ODS 10), Ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11), Producción y consumo responsables (ODS 12).
Las ciencias básicas son indispensables para el desarrollo sostenible. Para poder cumplir con los ODS así planteados, es esencial una comprensión básica de los fenómenos de la naturaleza y cómo interactuar con ellos, así como de aquellos generados por la imaginación y la organización humanas.
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Es aquí donde entran a jugar un papel fundamental las ciencias básicas, pues son ellas la base de los mayores avances tecnológicos que impulsan la innovación y a la vez son esenciales durante la preparación de futuros profesionales y en el desarrollo de capacidades por parte de la población para tomar decisiones que afectan su futuro.
Por esta razón, ha ganado cierta aceptación el concepto de “ciencia aplicable” como sinónimo de “ciencia básica”, pues tarde o temprano los descubrimientos realizados por los científicos con base en la curiosidad pueden llegar a convertirse en pilares de aportes tecnológicos importantes. Es claro que los aportes tecnológicos son fáciles de reconocer y todos nos asombramos con ellos, mientras que las contribuciones de las ciencias básicas no son suficientemente reconocidas.
Las Ciencias Básicas proporcionan los medios esenciales para afrontar retos cruciales como el acceso universal a la alimentación, la energía, la cobertura sanitaria y las tecnologías de la comunicación. Así mismo, permiten comprender el impacto de los más de 8.000 millones de habitantes actuales del planeta, por ejemplo, en el cambio climático, el agotamiento de los recursos naturales y la extinción de las especies vivas, y proveen las herramientas que permitan actuar para limitar y hasta reducir ese impacto.
El mejor y más reciente ejemplo de las contribuciones de las ciencias básicas a la solución de un problema de alcance mundial lo constituye la rapidez en la producción de las vacunas para controlar el virus del Covid-19. Sin los resultados de toda la investigación básica previa existente en numerosos laboratorios de diversos países, tal logro habría sido mucho más difícil.
Un aspecto colateral de estas importantes contribuciones fue el aumento en la financiación de la investigación básica en los países más desarrollados del mundo (cosa que tuvo muy poco o ningún impacto en nuestro medio).
En Colombia se encuentran muchos ejemplos de investigación en salud. Universidades y centros de investigación nacionales están dedicando grandes esfuerzos a estudiar enfermedades como el alzheimer, la chikungunya, el dengue y la leishmaniasis, por mencionar solo algunas.
No hay que olvidar también que nuestro país es uno de los más ricos en diversidad biológica, siendo reconocido como uno de los países megadiversos del mundo, y tampoco sobra recordar que Colombia cuenta con 2000 especies de aves, lo que nos convierte en el país más rico en ese grupo y que también se sitúa en los primeros lugares en número de especies de plantas, anfibios, mariposas, etc.
Tanta riqueza nos obliga a entender que tenemos que saber aprovecharla en forma sostenible para hacer realidad las iniciativas de la Misión Internacional de Sabios 2019, entre las que se destaca la bioeconomía.
Es así como el país debe, en primer lugar, recuperar los resultados de las numerosas investigaciones sobre productos naturales que se han desarrollado a través de los años en estrechas colaboraciones entre los departamentos de química, farmacia y biología de las universidades, con el fin de dar ese paso tan necesario y aún tan esquivo entre la producción de conocimiento y el traslado del mismo a la industria. Esa transferencia sigue siendo extraña para nosotros, pero que Alemania ha manejado por muchos años a través de los institutos Fraunhofer.
En el mismo contexto de la riqueza natural de Colombia, vale la pena resaltar los resultados de una buena cantidad de estudios sobre plantas amazónicas de valor económico que ha realizado el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi. De igual forma, es adecuado insistir en las excelentes investigaciones sobre plantas nativas colombianas con principios anticancerígenos que se realizan en la Pontificia Universidad Javeriana.
A pesar de todo lo anterior, y de muchos avances en física, química, las ingenierías y otras áreas del conocimiento, el interés en el estudio de las ciencias es muy bajo entre los jóvenes colombianos, donde apenas el 1,7% de los estudiantes universitarios están dedicados a las ciencias básicas y las matemáticas. Esto tiene mucho que ver con las limitaciones en la calidad de la enseñanza de las ciencias y las matemáticas en los niveles de educación básica y media.
Es de la mayor urgencia hacer que la sociedad colombiana y sus gobernantes entiendan que el crecimiento del país y el impacto en su desarrollo van a depender siempre de una adecuada inversión en ciencia y en unos cambios profundos en el sistema educativo. No es difícil ver que los países que han alcanzado altos niveles de desarrollo, como Taiwán, Singapur, Corea del Sur y China, lo han hecho gracias a importantes inversiones en ciencia y educación.
Buscando, precisamente, un cambio de actitud en el país, el Gobierno Nacional creó la denominada Misión Internacional de Sabios 2019, a instancias de la comunidad científica liderada por la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y con participación de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia, el Colegio Máximo de las Academias y la Asociación Colombiana de Facultades de Ciencias.
Se identificaron ocho focos de profundización, que fueron los siguientes: Ciencias básicas y del espacio, Biotecnología, medio ambiente y bioeconomía, Océanos y recursos hidrobiológicos, Ciencias de la vida y de la salud, Industrias culturales y creativas, Tecnologías convergentes e industrias 4.0, Energía sostenible, y Ciencias sociales y desarrollo humano con equidad. Se concluyó muy rápidamente que la educación era un tema transversal a los ocho focos identificados originalmente.
La Misión propuso, entre otras cosas, la construcción de una hoja de ruta de largo plazo (20-25 años) basada en una visión profunda de la realidad mundial y nacional, la priorización de tecnologías propias, la inversión estatal apropiada que se requiere para el cumplimiento de decisiones políticas, la priorización de la investigación en las universidades, y una transformación cultural de la sociedad sustentada en grandes esfuerzos hacia la apropiación social de la ciencia para construir una sociedad del conocimiento.
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Las Ciencias Básicas en el escenario mundial
En respuesta a una solicitud de la Unión Internacional de Física Pura y Aplicada (IUPAP), la UNESCO y la ONU aprobaron a finales del año 2021 la realización del Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible 2022 (International Year of Basic Science for Sustainable Development 2022 – IYBSSD 2022).
Esta actividad se extenderá hasta octubre de 2023 y se constituye en un momento clave de movilización para convencer tanto a los líderes económicos y políticos como al público en general, de que las investigaciones basadas en la curiosidad, así como la investigación científica en general, son vitales para asegurar el buen desarrollo de todos los aspectos de la vida moderna y para atender las prioridades del mundo de hoy.
El año internacional se enfoca en los vínculos entre las ciencias básicas y los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030. Es una oportunidad única para informar a los tomadores de decisiones que a través del entendimiento básico de la naturaleza se pueden vislumbrar las acciones más efectivas que se deberán tomar para el bien común. Es también una oportunidad para pensar el potencial transformador del conocimiento.
El año 2022 se escogió, entre otras cosas, porque es intermedio entre la declaración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2015 y la fecha límite de la Agenda 2030. Además, en este año se han celebrado los 100 años de la International Union of Pure and Applied Physics (IUPAP) y la International Mathematical Union (IMU).
La Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales hace parte del Comité Asesor Internacional y es el Punto Focal para Colombia y, en algunos aspectos, para América Latina y el Caribe. En la organización a nivel nacional de las actividades relacionadas con esta importante celebración se cuenta con el apoyo de la Academia Joven, que es una comisión especial de la Academia, y de la Asociación Colombiana de Facultades de Ciencias.
El Año Internacional busca movilizar la reflexión acerca de la importancia de construir desde la diferencia; las ciencias básicas pueden jugar un gran rol en la construcción de un país que confíe en la ciencia para tomar decisiones fundamentales acerca de su futuro como sociedad.
La iniciativa integra los diferentes ejes temáticos propuestos por la organización del IYBSSD 2022, y para lograrlo se están adelantando desde julio de 2022 cinco actividades transversales que están ocurriendo de manera simultánea y que se desarrollan en diferentes sesiones y modalidades. El enfoque integrado permite abordar los diferentes ejes temáticos, alcanzar diferentes audiencias y conectar con diferentes actores dentro y fuera de la comunidad académica en Colombia y en Latinoamérica.
Las cinco actividades transversales son:
- La piqueria científica femenina: a través de 10 conferencias discute el rol de la mujer en las ciencias básicas, sus aportes y contribuciones para sus disciplinas y para el desarrollo sostenible.
- El coloquio de buenas prácticas en investigación en ciencias básicas: crea seis espacios de intercambio donde los investigadores participantes comparten ejemplos de buenas prácticas en la enseñanza y aplicación de las ciencias básicas para aportar al desarrollo sostenible desde diferentes frentes.
- El seminario de ciencia abierta: destaca iniciativas exitosas de ciencias abierta. Los participantes en el seminario dedican un día entero a reflexionar y considerar su rol en la academia y sus posibilidades de aportar al ideal de la ciencia como bien público global.
- Ciencia sin fronteras: es un espacio quincenal de conferencias cortas con enfoque divulgativo sobre investigación en ciencias básicas cuyas aplicaciones puedan estar presentes en el contexto del desarrollo sostenible.
- Ciencias básicas y ciencias sociales: busca hacer cada vez más evidente la estrecha relación que debe existir entre ellas.
Específicamente, los siguientes son los criterios establecidos para el Año Internacional en Colombia en relación con los ODS:
ODS 4 (Educación de calidad): Las actividades abordan desde diferentes perspectivas aspectos de la enseñanza de las ciencias básicas, el acceso a esta y los procesos de capacitación en aspectos relevantes de las Ciencias Básicas en los diferentes niveles de formación.
ODS 5 (Equidad de género): Se promueven en todas las actividades la paridad de género, la presencia de roles femeninos en ciencias básicas y la posibilidad de entender la diversidad también en la investigación científica y la investigación promovida por la curiosidad.
ODS 6, 7, 8 (Agua limpia y saneamiento, Energía limpia y asequible, Trabajo decente y crecimiento económico): Estos objetivos son abordados en varias sesiones, buscando siempre resaltar la importancia de la ciencia básica para la formulación y creación de nuevas soluciones y estrategias para el cumplimiento de estos objetivos.
ODS 9 (Industria, innovación e infraestructura): Las aplicaciones de las ciencias básicas permiten reformular la infraestructura de los países. Se espera llegar a tomadores de decisiones que se comprometan con este proceso en la construcción de país.
ODS 10 (Reducción de las desigualdades): Una sociedad que reconozca la importancia de las ciencias básicas para su desarrollo y beneficio futuro, tiene más posibilidades de reducir brechas y luchar contra las desigualdades.
ODS 11, 12 (Ciudades y comunidades sostenibles, Producción y consumo responsables): Varias de las iniciativas que están siendo socializadas tienen un especial énfasis en la sostenibilidad y la producción responsable.
ODS 13, 14, 15 (Acción climática, Vida bajo el agua, Vida sobre la Tierra): Las ciencias básicas son un actor vital para la protección del planeta, los recursos naturales y la vida en todas sus formas. Las reflexiones que surjan de estos espacios fortalecerán la conversación social acerca de estos temas tan importantes.
ODS 16 (Paz, justicia e instituciones sólidas): En Colombia, construir un escenario para la construcción de paz es todo un reto, incluso una actividad de alto riesgo. Con las diversas actividades propuestas se pretende movilizar desde la Academia la reflexión acerca de la importancia de construir desde la diferencia. Las ciencias básicas pueden jugar un gran rol en la construcción de un país que confíe en la ciencia para tomar decisiones fundamentales acerca de su futuro como sociedad.
ODS 17 (Alianzas para lograr los objetivos): Este objetivo es transversal a todas las actividades; desde las etapas iniciales de planeación se han establecido alianzas y colaboraciones desde una perspectiva de la construcción y divulgación del conocimiento.
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