A nadie le gusta tener pesadillas. Para muchas personas, sobre todo para aquellas que viven estrés postraumáticos, son un denominador común. Las pesadillas implican imágenes y pensamientos de agresión, conflicto interpersonal y fracaso, y emociones como el miedo, la ira y la tristeza. Y pueden ser idiopáticas (sin signos clínicos de ninguna otra psicopatología) o asociadas con otras enfermedades, incluido el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Asimismo, las pesadillas postraumáticas suelen ser réplicas recurrentes del evento que impulsó un trauma. Mientras que las idiopáticas pueden tener una variedad de temas oníricos. Independientemente de su origen subyacente, cuando son frecuentes y causan una angustia significativa o un deterioro social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, ya toman el cariz del llamado trastorno de la pesadilla.
En medio de distintas terapias que existen para tratarlas, apareció Nightware, una aplicación habilitada para Apple Watch que ayuda a interrumpir las pesadillas.
El sistema accede a los biorritmos nocturno, incluidos los ritmos cardíacos, respiración y movimientos. Usando un algoritmo, determina cuándo esas métricas aumentan lo suficiente como para indicar una pesadilla. Luego, el reloj zumba en su muñeca, sacándola del sueño sin necesariamente despertarla. Muchos de los que lo usaron, a la mañana siguiente, pensaron que no habían tenido una pesadilla. No se habían despertado durante la noche y sentía que finalmente había dormido una buena cantidad de tiempo sin interrupciones.
“Miré el informe y me di cuenta de que tuve 12 intervenciones esa noche”, dijo Jacquie Baker, ex ingeniera de la Fuerza Aérea, quien ha tenido pesadillas cuatro o cinco noches a la semana durante casi una década. “Tenía que cambiar mis sábanas varias veces por noche”.
“Empecé a tener problemas en la piel porque dormía constantemente con mi propio sudor”, agregó esta mujer quien luego de luchar durante esas noches, tenía que pedirse la mañana o el día de trabajo. Le diagnosticaron trastorno de estrés postraumático derivado de su tiempo en el ejército, así como ansiedad y depresión. Pero ningún medicamento o intervención la ayudó con sus pesadillas hasta que comenzó a usar esta app que ayuda a interrumpir las pesadillas.
Sam Schultz, un veterano que sirvió en Afganistán y que también usa Nightware después de haber sido diagnosticado con PTSD, ve resultados igualmente altos cuando está estresado. “Una noche sonó 56 veces en ocho horas”, dijo. “Pero muy rara vez recuerdo haberme despertado. En cambio, me despierto descansado y sintiendo que realmente puedo hacer cosas ese día”.
El dispositivo no es un tratamiento o una cura para las pesadillas en el sentido de que puede eliminarlas, pero interrumpe el proceso para que el durmiente no tenga las consecuencias estresantes, emocionalmente difíciles y traumáticas de los sueños. Es un primer paso importante. En un estudio de octubre de 2022 en el que participaron 65 veteranos con pesadillas relacionadas con el TEPT, el dispositivo mejoró el sueño entre los usuarios más obedientes.
Si bien Nightware no aborda la causa raíz de los trastornos de pesadilla, interrumpir el sueño estresante tiene un gran valor y podría allanar el camino para reducir y eventualmente neutralizar las pesadillas. Aún no hay suficientes datos para evaluar el impacto a largo plazo de Nightware, pero los especialistas en sueño están ansiosos por ver qué revelan los datos en los próximos años.
“No estoy seguro de que sepamos si todo el funcionamiento del cerebro cambia mucho durante el sueño o no debido al dispositivo”, dijo el doctor Timothy Morgenthaler, profesor de medicina y director del Centro para el Sueño de Mayo Clinic. Medicina.
El trastorno de pesadilla es una entrada relativamente nueva en la lista de trastornos psiquiátricos incluidos en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.
En las últimas pautas de la Sociedad Estadounidense de Medicina del Sueño, los especialistas en sueño recomiendan que los médicos traten el trastorno de las pesadillas con diversas formas de terapia cognitiva o conductual. Esto puede incluir técnicas como la terapia de repetición de imágenes, en la que se pide a los pacientes que escriban las pesadillas que experimentan con el mayor detalle posible, incluidos los olores, los sonidos y las sensaciones que experimentan.
Luego se les pide que reescriban el guión de estas pesadillas y redirijan sus mentes a un escenario menos amenazante, con el objetivo de entrenar el cerebro para redirigir los pensamientos de una experiencia traumática a una más benigna. Los estudios de imágenes que utilizan este enfoque sugieren que la estrategia puede alterar qué partes del cerebro se activan durante el sueño.
La terapia cognitiva conductual profundiza en los desencadenantes y las causas de las pesadillas. Estas formas de terapia tienen desventajas. Muchas personas que sufren pesadillas no tienen acceso adecuado a los profesionales de la salud mental para trabajar con ellos o el tiempo necesario para superar gradualmente su trauma.
También existe la posibilidad de que la interrupción constante de las pesadillas pueda eventualmente borrarlas, o al menos el trauma emocional que las acompaña, con el tiempo. “¿Pueden detenerse las pesadillas? No tenemos la investigación para demostrar eso”, dijo el doctor Brian Robertson, director médico de Nightware. “Pero sabemos que el dispositivo ciertamente interrumpe las pesadillas, y conozco algunos pacientes que han dejado de tenerlas”.
Hasta la fecha, unos 400 médicos han recetado Nightware a los miembros del servicio, según la compañía. A medida que el dispositivo continúa mostrando beneficios se planea expandirse esto también a otras poblaciones afectadas, incluidos los socorristas y las víctimas de trauma sexual.
En un estudio que se publicado en la revista Current Biology, científicos suizos señalaron que las pesadillas pueden prevenirse mediante terapia de sonido. Según los especialistas del Departamento de Neurociencias Básicas de la Facultad de Medicina en la Universidad de Ginebra, estos escenarios aterradores, que van desde ser perseguido, encontrarse con monstruos y demonios, hasta ver que algo trágico le sucede a un ser querido, pueden llegar a revertirse.
La falta de sueño, o su mala calidad, puede también estar relacionada con una serie de enfermedades graves, como la demencia, las enfermedades cardíacas y el cáncer. En terapia se entrena a los soñadores para que ensayen versiones positivas de sus vivencias imaginarias más frecuentes y aterradoras. Sin embargo las malas experiencias pueden convertirse en sucesos regulares, visitando a los soñadores muchas veces a la semana y afectando la calidad de vida.
Los científicos han ido un paso más allá al reproducir un sonido relacionado con una experiencia diurna gratificante. Según indicaron, emitieron este sonido a través de una diadema inalámbrica mientras los participantes dormían. El resultado, logaron reducir la frecuencia de las pesadillas.
“Existe una relación entre los tipos de emociones experimentadas en los sueños y nuestro bienestar emocional. Basándonos en esta observación, tuvimos la idea de que podíamos ayudar a las personas manipulando las emociones en sus sueños”, explicó el autor principal del trabajo, Lampros Perogamvros, psiquiatra del Laboratorio del Sueño de los Hospitales Universitarios de Ginebra.
Perogamvros y sus colegas reclutaron a 36 pacientes y los dividieron en dos grupos, la mitad de los cuales también recibieron la exposición al sonido. Tuvieron que crear una asociación entre una versión positiva de su pesadilla y un ruido durante un ejercicio de imaginación, que practicaban a diario.
El casquete que les colocaron en su cabeza envió los tonos durante el sueño REM durante 2 semanas, la etapa en la que ocurren la mayoría de las pesadillas. A diferencia de quienes experimentaron los sonidos, quienes solo recibieron la terapia de ensayo con imágenes enfrentaron peores momentos.
Todos los voluntarios, sin importar la técnica aplicada, experimentaron una disminución de las pesadillas cada semana. Sin embargo, los que recibieron la terapia de sonido tuvieron menos durante, al menos, 3 meses. En contraposición, vivenciaron más alegría durante sus sueños, según relataron los autores del estudio.
Las recurrentes pesadillas podrían ser un signo temprano de la enfermedad de Parkinson, según una nueva investigación en hombres mayores. Los sueños angustiosos se han asociado durante mucho tiempo con la enfermedad neurológica, especialmente entre los hombres, pero este es el primer estudio que investiga si estos síntomas son una advertencia de la enfermedad de Parkinson o un subproducto de la enfermedad.
El Parkinson (EP) es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común y el trastorno neurológico de más rápido crecimiento en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Como condición crónica y progresiva, con una duración que puede abarcar décadas, esta enfermedad a menudo conduce a una discapacidad significativa para las personas afectadas y tiene un impacto negativo en la calidad de vida. Incluso, tiene un efecto profundo en los cuidadores, así como una alta carga económica total.
Esta investigación suma, a esta gama de antecedentes de riesgo, el hecho de experimentar pesadillas, cuestión que podría ser una señal de advertencia temprana de la enfermedad de Parkinson en adultos, según indican científicos de la Universidad de Birmingham en un documento publicado en eClinicalMedicine, publicación especializada integrada a The Lancet. Los especialistas sugieren que los malos sueños y las pesadillas relacionados con el Parkinson comienzan unos años antes de que los rasgos característicos de temblores, rigidez y lentitud de movimiento se hagan presentes. Esta es una afección en la que partes del cerebro se dañan progresivamente durante muchos años.
Al rastrear la salud de 3.818 hombres mayores con un funcionamiento cerebral típico durante 12 años, los investigadores encontraron que aquellos que experimentaban pesadillas frecuentes tenían el doble de probabilidades de desarrollar Parkinson. La mayoría de los diagnósticos ocurrieron dentro de los primeros cinco años del estudio. Los resultados sugieren que los adultos mayores podrían ser examinados para detectar la enfermedad de Parkinson preguntándoles sobre el contenido de sus sueños. Luego, se podrían emplear intervenciones tempranas para ayudar a detener la posible aparición de síntomas físicos, como temblores, rigidez y lentitud.
Uno de los mayores desafíos con la enfermedad de Parkinson es el diagnóstico temprano. Cuando la mayoría de las personas descubren que tienen la enfermedad, ya han perdido entre el 60 y el 80 por ciento de las neuronas liberadoras de dopamina en parte de su tronco cerebral.
Además, un estudio anterior realizado por el mismo investigador encontró que los pacientes con sueños angustiosos tienen cinco veces más probabilidades de mostrar una progresión rápida de la enfermedad.
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