El dibujante zaragozano Eduardo Pelegrín Martínez de Pisón, conocido en el mundo del cómic como ‘Calpurnio Pisón’, ha fallecido este jueves, tras una larga enfermedad, a los 63 años. Creador de ‘El bueno de Cuttlas’, estaba entre los historietistas más valorados en España, publicando en las mejores revistas de cómic del panorama nacional como El Víbora y el Makoki desde las que logró formar parte de revistas de otros países como ‘Morning’ (Japón) y ‘Animal’ (Brasil).
A lo largo de su trayectoria profesional, también ha sido colaborador en periódicos como Heraldo de Aragón, El País o 20 Minutos. Con el muñeco minimalista Cuttlas, de trazos extremadamente simples y estilo naïf, Calpurnio relataba las inquietudes y aventuras de un vaquero que, ubicado en la época actual, alterna los duelos a muerte y las historietas de aventuras y acción con sus meditaciones sobre la existencia, las relaciones humanas, la ciencia y el arte.
Un personaje inmortal
En una entrevista con RTVE.es, Calpurnio señalaba: “El secreto de Cuttlas es que me permite abordar cualquier tema”. ¿Qué cambió para que de repente Cuttlas se fuese a fiestas en el desierto con los Cherokees pinchando y bailando música electrónica, se convirtiese en el mayor fan del grupo Kraftwerk y estuviese a la última en tecnología? Todo se complica a partir de su primera muerte. Sí, Cuttlas, al igual que los grandes personajes del comic ha tenido sus muertes y resurrecciones. El luctuoso suceso tuvo lugar en 1989, en una emboscada a manos de sus enemigos en el Desfiladero de la Muerte.
Calpurnio volvió a traerlo a la vida en 1994. Entonces descubrimos que no se trataba de un vaquero de verdad sino que era un actor de Hollywood que interpretaba ese personaje. Cuttlas mantuvo su estatus de millonaria estrella del cine durante una temporada en las páginas de El País. Poco después, una de sus películas fue un fracaso, el actor se arruinó, y pasó otro período de tiempo viviendo como un sin techo, en un banco de un parque.
Es en esta etapa del personaje cuando el autor introdujo un personaje esencial para el desarrollo posterior del protagonista, el extraterrestre 37, que se lo llevó en un viaje interplanetario despertando su interés por la tecnología y por el grupo alemán Kraftwerk, los padres (“abuelos” sería más apropiado) del Techno.
Y en 1996, nos sorprendía la segunda muerte de Cuttlas a bordo de la sonda espacial Galileo, estrellándose contra Júpiter. En 1998 regresó al semanario El País de las Tentaciones gracias a la ciencia, que reconstruyó su ADN a partir de un pelo encontrado en su sombrero. Así hasta 2001. Y finalmente, el personaje encontró su sitio en 20 minutos, donde se mantuvo en una burbuja espaciotemporal con infinitas posibilidades.
En 2005, logró el Premio Ciutat de Palma 2015 con Mundo Plasma, una tira puede presumir de tener algunos de los personajes más disparatados de la historia del cómic. “En cierto sentido –explicaba en otra entrevista con RTVE.es- es una historia de corte clásico, del estilo de Asesinato en el Orient Express o tantas otras, un “whodonit” (who has done it?). Pero como los personajes son muy absurdos, las relaciones entre ellos (en esta situación extrema) provocan situaciones totalmente inesperadas y alucinantes”.
Calpurnio, que recibió el Gran premio del Cómic Aragonés en el año 2016, era también el autor del cartel de la XXI edición del Salón del Cómic de Zaragoza que, precisamente, se inaugura mañana en la Sala Multiusos de la capital aragonesa.