Producción: Javier Lewkowicz
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Proyecciones óptimas
Por Gustavo Hani (*)
La industria del turismo en Argentina está en una etapa de crecimiento. Luego de la peor crisis de su historia, el sector logró reconstruirse y reactivar fuertemente el movimiento en todo el país. Fue un gran esfuerzo que hicimos desde el sector privado trabajando junto al sector público.
En la actualidad estamos cerrando un gran año para toda la actividad turística, en principio por la fuerte demanda de turismo interno que tuvimos a lo largo de 2022, con una temporada de verano que fue un éxito, un invierno con turismo a pleno y con los fines de semana largo que no paran de crecer. En comparación con la media mundial, el turismo en Argentina se ha recuperado muy aceleradamente.
Entendemos que esta salida de la pandemia fue posible con el impulso de programas como el PreViaje, una herramienta fundamental que incentivó la demanda de viajes, que dinamizó el consumo a nivel nacional reactivando este motor que es el turismo para la economía de cada una de las regiones de nuestro país.
El turismo está entre las principales actividades para muchas provincias porque inyecta importantes recursos y genera empleo genuino. Por eso tiene cada vez más preponderancia y está en la agenda de todas las autoridades de gobierno, tanto nacionales, como provinciales y municipales.
El turismo significa desarrollo para el país porque alcanza hasta las ciudades más alejadas de nuestro territorio, que no tendrían otros recursos si no fuese por las iniciativas que genera este sector. Esto hay que destacarlo, porque muchas veces la macroeconomía no nos permite ver el valor y el sentido de arraigo y pertenencia, y la proyección federal del impacto del turismo.
En este contexto, observamos que 2023 vamos a continuar creciendo. Según las proyecciones el turismo internacional se mantiene en ascenso. El incremento lo estamos viendo mes a mes con la llegada de turistas de la región fundamentalmente, pero también de Estados Unidos y Europa.
De acuerdo con los últimos reportes oficiales, octubre fue el mes con mayor afluencia de turistas en términos absolutos y de recuperación en comparación con la prepandemia, en lo que va del año. Ingresaron 410 mil turistas, lo que representa un 76 por ciento de recuperación en relación con 2019. En general, entre el 1 de enero y el 31 de octubre tuvimos unos 3 millones de turistas y 5.6 millones de visitantes del extranjero.
Para apuntalar esa tendencia de crecimiento del turismo receptivo estamos trabajando fuerte en la promoción de Argentina en el mundo junto al Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur) que integramos, participando en ferias internacionales de turismo en América Latina, Estados Unidos y Europa, organizando múltiples acciones y generando espacios como las rondas de negocios para incentivar la llegada de turistas a nuestro país.
Hoy las condiciones han mejorado para que el impacto del turismo internacional pueda verse reflejado en el ingreso de dólares por turismo. Esta medida, que fue muy acertada en el contexto actual se logró con el trabajo conjunto del Ministerio de Economía que encabeza Sergio Massa y de Turismo y Deportes, con Matías Lammens.
Hay que tener en cuenta que, por sus atractivos naturales y culturales, y por la calidad de servicios turísticos Argentina es líder en la región en la llegada de turismo internacional, con lo cual tenemos todo el potencial para seguir creciendo y generando los dólares que necesita nuestro país.
Estamos convencidos que 2023 va a ser el año del turismo. Las proyecciones para esta temporada de verano son óptimas. Sin duda también tenemos desafíos por delante ligados al desarrollo de la economía nacional, a la necesidad de aplacar la inflación para poder trabajar con previsibilidad, que es la clave de nuestra actividad; a potenciar el desarrollo de las pymes, ya que nuestro sector se encuentra integrado fundamentalmente por pymes; y a generar condiciones de negocios estables que nos permitan continuar por la senda del crecimiento.
(*) Presidente de la Cámara Argentina de Turismo.
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Oportunidades y desafíos
Por Marco Palacios (**)
El turismo es una actividad que va mucho más allá del ocio y la recreación. Eso es sólo la punta del iceberg, lo que se ve en la superficie. Debajo, es decir lo que no se ve o se ve muy poco, aparece una actividad económica arrolladora. La que más crece en el mundo hace décadas. También es la que más sufre cuando hay conflictos, depresiones económicas o pandemias.
Si bien hay cada vez más gente que comprende lo arriba citado, es necesario que esto se entienda cabalmente a nivel gubernamental, legislativo, dirigencia sectorial y de parte de la sociedad. Cuando todo esto confluya, según mi parecer, el turismo se convertirá en política de Estado.
El turismo nacional es un arma poderosa, ya que distribuye la riqueza (tema que se está discutiendo en el mundo actualmente y sobre todo después de la pandemia) como ninguna otra actividad y lo hace rápidamente, a lo largo y ancho de nuestra geografía.
El crecimiento económico, además, va acompañado de la generación de empleo (inmediato e igualitario) ya que los servicios no pueden ser reemplazados por máquinas. Las tendencias actuales nos muestran que se vacaciona más veces en periodos más cortos, lo que nos presenta una oportunidad única para las diversas promociones y fomento del viaje de los argentinos por la Patria. El tema precios es un factor importantísimo a la hora de decidir vacacionar en un destino.
Pese a la gran ayuda del gobierno colaborando con el pago de parte de los sueldos durante la pandemia, es indiscutible que nuestro sector sufrió como ningún otro, ya que, al no poder trasladarse, no hubo generación económica alguna en el sector.
Aún expuesto esto y con un corto periodo de recuperación, creo que hay una oportunidad en competir con precios ya que se compensaría con el deseo irrefrenable de la población de vacacionar luego de un encierro prolongado.
Por lo tanto, reitero que tenemos una oportunidad única de fidelizar clientes con el destino, haciendo promociones adecuadas y bien dirigidas más precios acordes con valor agregado y facilidades de pago.
Si hablamos del turismo extranjero (receptivo), mencionaremos que es el proveedor de las tan necesitadas divisas. Divisas para las cuales hay que desarrollar las herramientas necesarias para que los dólares/euros del pago de los servicios pre contratados y los que se cambian por pesos para los gastos en el país, se cambien oficialmente y entren al mercado oficial de cambio.
Con referencia al turismo receptivo, vale la pena recordar algunos datos clave: Cada 100 dólares que se pagan en el aéreo para venir, se gastan 300 dólares en el destino y es allí donde quedan los impuestos. Entonces para lograr cada vez más 300, tengo que generar cada vez más 100
Esto significa tener cada vez más asientos llegando a nuestro país. Por ello, el aumento de la conectividad aérea con el exterior es decisivo. He aquí el desafío mayor.
Y para finalizar, recordar siempre que el turismo es un camino de dos vías. Es decir que las aerolíneas calculan su negocio sumando los extranjeros que traen más los argentinos que salen; por lo tanto, cualquier impuesto que trabe la salida trabará la llegada de pasajeros ya que funcionan como vasos comunicantes. Si hay que crear impuestos, deben ser necesariamente inteligentes.
(**) Coautor de la Ley Nacional de Turismo de la Argentina.