¿Sabías que la felicidad se puede entrenar? La clave para fortalecer nuestra ‘hapiness’ es entrenar cuerpo, mente y emociones, y ese es el lema de KO Urban Detox Center, ideado de forma integral para todo el mundo sin importar la edad, ni el género, ni el país, ni el momento de la vida. Su creadora, Ale Llosa, fundó en 2008 esta empresa con la finalidad de empoderar y de ofrecer un sistema de entrenamiento para la vida.
Como ocurre con tantas compañías de renombre, este negocio comenzó en un pequeño garaje. En el caso de Llosa, hablamos de uno situado en Lima, y ahora su negocio está presente por diferentes puntos del planeta… Incluyendo España, cómo no, donde cuenta con un imponente espacio en Chueca gracias al éxito de la plataforma digital lanzada durante la pandemia, en donde tuvo llegada a personas de 47 países; entre ellos España con uno de los mejores ratios de mejor ‘engagement’.
Ella es un claro ejemplo de que se pueden cambiar las cosas cuando no te gustan. “Reconozco que siempre tuve una buena vida, pero en mi trabajo en marketing me di cuenta de que estaba viviendo con muchas inseguridades y con demasiada dependencia de la opinión externa, lo que decía mi jefe, mi pareja… Tenía tanta dependencia del mundo exterior que no me reconocí de repente, porque estaba actuando según lo que esperaban de mí y no acorde a lo que mi corazón sentía. Me di cuenta de que el crecimiento profesional solo me estaba llevando a un desequilibrio y supe que necesitaba encontrar algo que me hiciera bien. Quería apostar por una forma diferente de hacer las cosas y decidí que esa salida sería el deporte, porque me ayudaba a despertar y a liberar estrés. El deporte era lo único que me estaba haciendo sentir y sacar una versión genuina de mí misma que me gustaba, una versión empoderada, calmada y ligera”, explica.
Su propósito era vivir con propósito, y encontró en el deporte la fórmula perfecta. Pese a no ser una gran deportista, se tomó un año sabático para estudiar y experimentar todas las disciplinas existentes. Se enamoró del boxeo, porque le gustó la idea de vivir ágil con capacidad veloz de respuesta, de las artes marciales, porque le ayudaron a encontrar su capacidad de enfoque y fuerza controlada; del entrenamiento militar, que le ayudó a retarse, a superar sus límites y a encontrar una versión de sí misma más empoderada y del yoga, con el que encontró una calma interior y una conexión. “Lo más importante que cambió en mí fue entender que el exterior no importa si el interior no está en armonía. Para buscarla, entre la fuerza y la liberación, cree KO, porque pensé en poner en servicio de la gente eso que me había transformado“, asegura con emoción.
Hablamos, por ende, de una auténtica emprendedora que ahora cuenta con su espacio en Madrid. Recientemente fue el Día de la Mujer Emprendedora, una fecha que nos recuerda que, lamentablemente, la falta de referentes, los estereotipos y las barreras de acceso a financiación son algunas de las trabas que se encuentran las mujeres al poner en marcha sus negocios. Por ello, una firma apuesta por redefinir la figura del emprendedor, por abrazar nuevos modelos empresariales y la confianza en la conciliación son algunos de los puntos necesarios para que la igualdad se haga con las oportunidades emprendedoras.
Francisco Polo, Alto Comisionado para España Nación Emprendedora, hizo un llamamiento en el encuentro Mujer en el emprendimiento: la asignatura pendiente, a “alinear todos los esfuerzos que sean necesarios para acabar con la brecha de género en el sector antes de que termine esta década”. ¿Se encontró Ale Llosa alguna traba a la hora de emprender?
“Me las he encontrado todas, pero la vida también está repleta de trabas. Hay un lema que dice que el mayor problema del ser humano es creer que no tiene que tener problemas, porque la vida está llena de situaciones a resolver. Mi primera traba fue que dejé mi trabajo para meterme en el ámbito del deporte, cuando hace 14 años el mundo no se movía en centros de ’boutique fitness‘. La segunda traba fue que planteaba una forma de trabajo físico relacionado con el boxeo y con el ‘bootcamp’, que entonces estaban relacionados con los hombres. Al comienzo venían señores que me miraban con desconfianza, porque veían a una mujer emprendedora que no sabía ni boxear, pero no quería un boxeo tradicional. Otra traba importante fue la de estar haciendo una carrera espectacular en la empresa más solicitada de Perú e irme de repente: la gente alucinaba”, asegura.
Ale también aplica la filosofía KO a las empresas. Diseña programas específicos que poder sumar a la cultura de cada compañía. “Los departamentos de recursos humanos tienen muchas buenas intenciones, pero para que alguien sea mejor trabajador, lo primero es conseguir que esté equilibrado en paz para sentir que su vida está en equilibrio. Armé un plan con el que le acompañamos con la filosofía KO inyectada en diferentes formas: a veces presencial, otras mediante nuestra plataforma digital, hacemos ‘talks’ mensuales, los acompañamos en temas del mes… Se trata de trabajar como ‘partners’ con la empresa. Analizamos problemas y creemos que si la gente está desmotivada, es porque dentro hay algo. Lo que hacemos es entregarles esta herramienta como una forma de hacer este trabajo de autoconocimiento para que sean las mejores personas en sus vidas personales y luego, en sus trabajos. Si estás bien, tu mundo va a estar mejor”, dice para finalizar.
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