Sin llegar aún al potencial de 30 millones de votos, la comunidad latina de Estados Unidos demostró de nuevo su creciente fuerza política e influencia, determinante en el resultado de la reñida e histórica elección de medio término, el mes pasado.
A pesar de un abstencionismo superior al 60%, los latinos, cuyo crecimiento es 3 veces mayor al resto de la población de esta superpotencia, contuvieron la anunciada “marea roja,” en la que los republicanos esperaban arrebatar más de 40 curules y 8 escaños a los demócratas y la redujeron a sólo 9, que si bien les dio un apretado control de la Cámara Baja, no tuvo éxito en el Senado, que les era vital para aprobar sus iniciativas.
Clarissa Martinez De Castro, vicepresidenta del programa de Iniciativa del Voto de UnidosUS, considera que “los votantes latinos reafirmaron su papel crítico en la formación del panorama político de Estados Unidos, como votantes y candidatos, lo que resultó en una mayor presencia de esta comunidad, tanto en el Congreso, como en legislaturas estatales y locales, lo que permitirá la solución de las prioridades tanto para la comunidad, como para el país”.
Casi invisibles y cada vez más omnipresentes, los latinos son tal vez la mejor definición de “swing voters” o votantes cambiantes, que, en esta elección, reclamaron a los demócratas un mayor compromiso y firme convicción de continuar trabajando en la solución de los problemas que les afectan, a cambio de su voto.
Y a los republicanos, demostrar auténtico interés y convicción de cambiar su plataforma de asedio y ataques infundados, mentiras y ataques, por la atención de asuntos que consideran prioritarios, como la solución al tema del aborto, violencia con armas de fuego, salud, mejores oportunidades económicas e inmigración, en lugar de la “inclusión temporal” de nominados al Congreso, que hasta la fecha ha favorecido más a los inmigrantes cubanos de la Florida.
Con su participación electoral, similar a la de 2018, los Latinos prácticamente rompieron el viejo esquema, en que el partido en el poder perdía un promedio de 28 curules que le costaban el control de la Cámara Baja y al menos 4 escaños del Senado, como había ocurrido en 22 elecciones de medio termino, desde 1934.
Eso significa también un rechazo al circo que preparaban los republicanos, así como el repudio al gasto millonario de “nuevas investigaciones” a la familia del presidente Joe Biden y su hijo Hunter, así como audiencias de “supervisión” del Congreso, exigiendo documentos, comparecencias y testimonio de integrantes del Gabinete y agencias federales, como el Departamento de Justicia, FBI, Departamento de Impuestos y otros.
Y, por supuesto, el desmantelamiento del Comité Bipartidista de la Cámara Baja que investigó exitosamente y desnudó paso a paso los múltiples intentos de golpe de Estado y la fallida insurrección armada, instigada por Trump, para revocar el resultado electoral, incluyendo el violento asalto al Capitolio, que puso en peligro la vida del entonces vicepresidente Mike Pence y a los 535 legisladores de las dos Cámaras del Congreso.
Hay que recordar que el intenso trabajo del Comité, facilitó al Departamento de Justicia la consignación de Stewart Rhodes, fundador del grupo extremista “Oath Keepers” quien enfrenta una sentencia hasta de 60 años en prisión, así como de 5 de sus lugartenientes, entre ellos Kelly Meggs, bajo cargos del violento complot, para impedir la certificación de la victoria del presidente Joe Biden en el Congreso, así como de conspiración y sedición, que resultó en el asalto al Capitolio, el 6 de enero de 2021.
Ahora la investigación del Departamento de Justicia continuará con quienes son considerados organizadores de la conspiración, entre los que claramente está el expresidente Trump, su familia y cercanos colaboradores.
En ese sentido, los latinos también han una importante aportación, para la preservación de la Democracia más grande del mundo.
Los latinos consolidan su impresionante fuerza electoral, mientras continúan transformando la cultura popular, fuentes de empleo, política y economía de Estados Unidos, con un poder de compra estimado en mil 500 billones de dólares (1.5 trillones en EU) que crece 100 millones de dólares cada año.
De acuerdo a los más recientes análisis, los latinos, que, a la actual tasa de crecimiento, constituirán el 25% de la población total de este país en 2025 y un tercio de la población en 2050, también jugaron un papel determinante en la derrota de candidatos extremistas impuestos por Donald Trump, que habrían tenido en sus manos el manejo de la elección presidencial de 2024 y que Trump esperaba, pudieran actuar a su favor, en el caso de otra derrota.
A pesar de “nuevas estrategias” del Partido Republicano para cambiar su política de intensos ataques contra los inmigrantes, exacerbada con la llegada de Trump en 2016, para “reclutarlos el resultado no fue lo que esperaban.
La postulación de mujeres latinas, muchas sugeridas por los evangélicos, como el caso de Myrna Flores, quien, tras ganar una elección especial, se convirtió en la primera Congresista nacida en México, no logró reelegirse.
Los latinos externaron, a través de diferentes encuestas, su demanda de acciones inmediatas, tanto en el control de la inflación, precios de gasolina y costos de la salud, como la protección de los Dreamers, una legislación que asegure que todos los americanos elegibles puedan votar sin barreras y la elección de funcionarios que no tengan acuerdos con nacionalistas blancos, supremacistas y extremistas que promueven el odio.
La fuerza electoral latina fue determinante para impulsar el triunfo de candidatos demócratas al Congreso, secretarias de estado y gobernadores, que tendrán en sus manos el manejo de la elección presidencial de 2024, en estados con un gran número de votos del colegio electoral, como Arizona, Pensilvania, Massachussets, Wisconsin, Colorado, Michigan, Kansas, Maine, New York, Oregon, Illinois, Minnesota, Maryland, Maine, Rhode Island, amén del control de numerosas legislaturas estatales.
Tristemente, ahora dividida y sin liderazgo visible y fuerte, desde el retiro de Eliseo Medina, la comunidad latina enfrenta una dramática falta de programas de información electoral, registro de votantes y otro tipo de apoyo, que le permita el despertar al gigante electoral que representa, para tener un éxito más contundente con una justa representación en el Congreso, donde ahora, a pesar de constituir el 17% de la población, solo tiene una representación del 11%, igual que en otros órganos de gobierno y sectores de la economía y educación.