[ad_1]
Las fotos y videos mostrando el físico en las redes sociales, con temática fitness, reunidos por millones de personas bajo decenas de hashtags en Instagram (sobre todo, #fitspiration) pueden desencadenar un efecto contrario al imaginado.
En la búsqueda de la perfección, en esa mezcla de aspiración y frustración que sólo las redes sociales logran desencadenar, muchos usuarios pueden desarrollar ideales inalcanzables sobre su cuerpo e incluso, desequilibrio mental. Porque, al fin y al cabo, los ejercicios o actividades que vemos son sólo un telón de fondo: delante, siempre está el cuerpo del modelo o del influencer.
Este es el resultado de un estudio realizado por la Universidad de Malmö (Suecia), dirigido por el científico del deporte, Aurélien Daudi: ‘Fitspiration capta la esencia del lado problemático de las redes sociales’, explica el autor, que en esencia realizó un análisis filosófico y al mismo tiempo, psicoanalítico, con referencias a los conceptos de ‘El último hombre’ y ‘Superhombre de Nietzsche’, con respecto a los lados oscuros de la cultura del fitness en las redes sociales.
Son los temas del impacto en la salud mental, sobre todo de los más jóvenes o de numerosos modelos sociales muy extendidos, sobre los que el propio Instagram ha caído varias veces, aunque en contradicciones recurrentes.
En general, según el estudio, las plataformas sociales basadas en imágenes funcionan con una lógica que busca saber la verdad. No podemos representarnos completamente a nosotros mismos a través de una imagen, por lo que es imposible captar todo lo que uno es como persona a través de ella, explica Daudi, y añade: ‘En cambio, uno acaba inevitablemente reducido a signos identificables y comunicables. Dentro de esta cultura, se presta mucha atención al cuerpo bien entrenado, atractivo y sexy’.
[ad_2]
Source link