Para muchas de las comunidades antiguas el principio de la creación está en la esperma. No es difícil encontrar relatos mitológicos relacionados con las cualidades divinas del semen que tiene, en estas historias, la capacidad antropomorfica de impregnarlo todo y fertilizar la naturaleza.
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En efecto, en el semen y sus compuestos convergen libremente los principios de la vida. Es casi tan importante como el oxígeno y a pesar de esto, se conoce muy poco sobre sus propiedades y la correlación que existe entre el diario vivir de un ser humano y su capacidad fértil. Aquí lo interesante es que el recuento de esperma masculino también se enferma y decae. Toda una tragedia para los asuntos del catre, pero también para la existencia de la humanidad.
Al respecto, un estudio realizado hace años por la Universidad de Harvard, relacionó el consumo de bebidas azucaradas con una pésima calidad del semen.
La investigación fue realizada en un grupo de 189 varones quienes respondieron un cuestionario detallado sobre sus hábitos de alimentación y consumo de bebidas azucaradas, tales como sodas o gaseosas y otras. Los voluntarios donaron también su esperma para realizar un espermiograma y tuvieron también una medición de la hormona masculina, conocida como testosterona.
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Los científicos lograron determinar que la movilidad de los espermatozoides, uno de los elementos más importantes para estimar la fertilidad de un hombre, disminuyó significativamente con un mayor consumo de bebidas azucaradas.
El consumo elevado de estos productos, causo la disminución inevitable en un 10 por ciento de la movilidad en los espermatozoides, lo que dejó bastante claro que existe un vínculo determinante entre la salud, el modo de vida y capacidad reproductiva de un hombre.
Está claro que la nutrición no es el único factor en la vida que afecta la calidad de la esperma. Los medicamentos, el consumo de tabaco, la alimentación y en últimas el ritmo de vida, marcan la prolongación de la vida y el bienestar del semen. Hace poco se publicó un estudio, que aseguraba que el recuento de esperma en el mundo había disminuido exponencialmente a nivel global, una situación que deja entrever no solo cómo la existencia de la humanidad está contenida -en parte- en esa pequeña semilla, sino también lo poco que entendemos sobre el impacto de los hábitos.
Estarán pensando algunos que el tema no toca a profundidad la acción de la planta baja, finalmente para disfrutar de un buen polvo no hay que tener un excelente conteo de esperma. Valdrá la pena decir que, en muchos casos, la salud sexual y reproductiva van de la mano. Hasta luego.
ESTHER BALAC
Para EL TIEMPO