El malestar vecinal que la extensión de las terrazas de los bares y la ocupación del espacio público para acristalar y atrincherar veladores, dejando dentro incluso farolas y parterres, ha generado desde la pandemia en Tudela parece que está derivando en un enfrentamiento entre vecinos del Casco Antiguo y propietarios de bares.
Así se pudo comprobar ayer cuando los dos colectivos se concentraron ante la puerta del Ayuntamiento de Tudela, si bien los vecinos que denunciaban la “dejadez y laxitud” del Ayuntamiento (cuando no un claro “incumplimiento de las ordenanzas”) habían solicitado el permiso requerido y los propietarios de los bares plantearon la protesta ayer mismo.
Por parte de los vecinos del Casco Antiguo (una concentración convocada por Ecologistas en Acción y AAVV del Casco Antiguo), reclamaban recuperar el “espacio público” perdido desde 2020 y la retirada de la progresiva instalación de terrazas fijas con grandes montajes, y estuvieron presentes algo más de 70 personas. Su intención, según indicaron, es “luchar contra lo abusivo en general, contra las terrazas que se extralimitan, las que no dejan acceder a los vecinos a sus portales… Creemos que se está haciendo una interpretación de las ordenanzas muy laxa”. Además indicaron que sus protestas se dirigen contra el Ayuntamiento, no contra los bares.
Sin embargo, los propietarios de algunos bares se tomaron las quejas como un movimiento contra ellos por lo que bajo el lema “Apoya a los bares. Estamos sufriendo una caza de brujas desde la AAVV del Casco Antiguo que no representa a la gran mayoría de los habitantes de Tudela, ¡qué tristeza ver como Tudela se intenta apagar! ¡Viva Tudela! ¡Viva los bares!” alrededor de 30 se concentraron ayer frente a los vecinos, sin haber solicitado los permisos oportunos. Portaban carteles en los que se podía leer “Queremos terraza”, “Sin terraza no comen mis hijos”, “La AAVV no nos representa” o “si nos organizamos cabemos todos”.
El pleno
Al mismo tiempo que las concentraciones, se estaba celebrando también un pleno municipal en el que, entre otras cosas, se aprobó una ampliación presupuestaria para la Junta de Aguas de 1,9 millones de euros. El objetivo de la misma es la construcción de un nuevo depósito de agua en la Virgen de la Cabeza que se realizará con una aportación del Gobierno de Navarra a través del Plan de Infraestructuras Locales que aportará 1,658 millones de euros, mientras que el Ayuntamiento de Tudela pagará los 334.000 euros restantes. La concejala de Hacienda, Irene Royo, destacó la importancia del proyecto al tiempo que echó en cara del Ejecutivo (que aporta el 80%) que el FHL da dinero a Tudela “en peores condiciones que a otras ciudades” y que la financiación dada no es la “justa”, al tiempo que volvió a reclamar la carta de capitalidad. Desde I-E, Olga Risueño le recordó que ya no existe la figura de la Carta de Capitalidad y que “Tudela tiene la mejor financiación de su historia. Si prefieren los 5,6 millones de la carta de capitalidad antes que los más de 14 millones que recibe Tudela díganlo y devuelvan el dinero”. Por su parte, Ángel Sanz desde el PSN recordó a Navarra Suma que UPN votó hace años en contra de la Carta de Capitalidad, “no reconocen que Tudela tiene la mejor financiación, mucho mayor que cuando gobernaban ustedes en el Gobierno de Navarra”. El punto entró con carácter de urgencia ya que los trabajos deben comenzar en el próximo mes de marzo.
Por otra parte, Navarra Suma se negó a realizar en Tudela un debate sobre el Estado de la Ciudad tal y como solicitaron los dos grupos de la oposición. El equipo de gobierno se amparó en que “la transparencia y la participación se mide durante cada día, no una vez al año. Tenemos plenos, juntas de gobierno, comisiones… ahí es donde se debate”, dijo Carlos Aguado. Tanto Risueño como Sanz trataron de explicar que “una cosa es hablar de temas concretos y otra muy distinta de hacer un análisis sobre cómo está la ciudad. Buscamos un debate de cara al ciudadano y Tudela lo merece. Ustedes no apuestan por el consenso ni el diálogo, solo por la foto y la confrontación, entre vecinos y con el Gobierno de Navarra”.