La calidad alimenticia de los argentinos se ve dificultada debido al incremento de los precios de productos esenciales para la salud como, por ejemplo, las frutas y verduras. Esto se ve reflejado en el consumo, ya que muchos salen a recorrer varios locales antes de comprar, en búsqueda del mejor precio, o se vuelcan hacia otro tipo de alimentos más económicos que puedan suplir esos nutrientes necesarios.
Luisina Capone, licenciada en Nutrición, dio detalles de los efectos que esta situación genera en la rutina alimenticia: “En las consultas nutricionales, además de contemplar objetivos, horarios y preferencias alimentarias; un punto central a considerar es justamente la economía”.
“Muchos consultantes refieren que no pueden comprar semanalmente ciertos alimentos por el costo de los mismos. Es el caso de la palta, el kiwi, los lácteos, el atún y algunos cortes de carnes, entre otros. Quizás, en otro momento, sólo la minoría de las personas comentaban el tema de la economía. Pero hoy en día es un tema que afecta a casi todos los asistentes al consultorio, ya sea en mayor o menor medida”, agregó.
La profesional se refirió sobre las alternativas que se plantean en las consultas para poder enfrentarse a estos obstáculos y que el bolsillo no salga tan afectado: “Al momento de planificar el esquema alimentario buscamos reemplazos, es decir, en qué otros alimentos encontramos ese nutriente. Para no aumentar el nivel de angustia ante la dificultad de conseguir ciertas opciones, se analizan otras alternativas que aporten ese nutriente. Un mensaje que siempre sostengo es que existen nutrientes esenciales, no alimentos indispensables”.
Es por eso que, ante la imposibilidad o complicación económica de conseguir determinados alimentos, sugieren reemplazarlos por aquellos que cuentan con propiedades similares. “Por ejemplo, el kiwi tiene propiedades similares a la naranja y otros cítricos, pero en esta época la naranja no es de estación. La recomendación que se da en cuanto a frutas y verduras es que, ante la ausencia de una, se amplíe a la inclusión de otras sumando diferentes colores. Cada color de frutas y verduras aporta una vitamina diferente. Si hablamos de alimentos cárnicos o lácteos o grasas, si tienen reemplazos más puntuales que las frutas y verduras”, puntualizó Luisina.
En el caso de las frutas, recomiendan volcarse a aquellas de estación que pueden encontrarse a un mejor precio y sugieren ingerirlas enteras, no en forma de jugos, y seleccionarlas de distintos colores ya que se amplía el aporte nutricional. “Si falta la inclusión de alguna fruta y verduras, no es tan grave si se incluyen al menos 5 porciones de frutas y verduras diferentes a lo largo del día. Por ejemplo, si a mí económicamente me cuesta comprar un ananá, algo poco común, no hay inconvenientes ya que, si bien cada una tiene sus propiedades, agregar al menos 5 porciones variadas, nos asegura el aporte nutricional, cubierto por frutas y verduras“, indicó.
En verano, de acuerdo a la estación aumenta la producción de zapallo, calabaza, rabanito, tomate, espárrago, morrón, cebolla, chauchas, pepino, acelga, berenjena, choclo, frambuesa, mora, manzana, sandía, uva, limón, pelón, pera, arándanos, frutilla, higo, mamón, melón, naranja, ananá, ciruela, cereza, damasco y durazno.