Con asuntos tan dispares y universales como la ciencia que subyace al sexo o las cenas familiares llenas de suegras metomentodo y cuñados listillos e inoportunos, arrancó este viernes la octava edición del Congreso del Bienestar y el Amor, organizado por Cadena SER, que se prolongará hasta mañana domingo.
Este año el tema al que se dirigen las siete ponencias previstas es el de la pervivencia de los estereotipos en el amor y en las relaciones de pareja, y ayer, durante la primera mesa y la primera charla celebrada sobre las tablas del Marín, quedó de manifiesto que para bien o para mal continúan existiendo.
En la primera intervención, en torno a 370 congresistas, autoridades incluidas, el lechaguino Luis Alegre moderó un divertido debate en el que participaron el actor y director de cine Paco León, la actriz y presentadora Pastora Vega y la escritora y documentalista Valeria Vegas, biógrafa de La Veneno. Los tres invitados fueron a degüello a desenmascarar los prejuicios sexistas que siguen perviviendo en las relaciones familiares, pero tuvieron que admitir que se mantienen en pie por méritos propios.
Paco León explicó, entre otras cosas, que tiene que hablar por teléfono cada diez minutos con su madre para que esta no se preocupe, y que en la relación de esta con sus dos nueras, suele tomar partido por ellas por el mérito que supone aguantar a sus hijos. Pero también documentó casos de suegras inaguantables, suegros que se resisten a perder su papel preponderante de macho alfa en un contexto patriarcal y cuñados que, instalados en la ambigüedad jerárquica, se dedican sencillamente a meter la pata y dar mal. Tanto es así que León opina que en campo de la comedia, y de eso sabe un rato, “las relaciones familiares entre hijas, suegras, cuñados y maridos son un filón inagotable”.
Pastora Vega
Pastora Vega también habló de sus experiencias con suegros propios y ajenos, y aseguró que ha conseguido con cierto éxito llevarse bien con toda su familia, pese a que “casi nunca” ha pensado igual que ellos, “porque a los amigos los eliges pero la familia te toca, y no puedes hacer otra cosa que llevarte bien con ella”.
Para algunos la fórmula para conseguirlo es toda una piedra filosofal, pero Valeria Vegas lo tiene clarísimo: “La clave es el respeto, y si sabes que tienes desavenencias con alguien por cuestiones políticas, o de mentalidad, o de cualquier tipo, por los toros, el fútbol, por comer carne o no… lo que tiene sentido es no hablar sobre ello y centrarte, con cada persona, en lo que tienes en común”. Sin embargo la escritora asume que “el ser humano tiene una cosa que, por alguna razón, le impulsa a buscar el conflicto, pero con la familia hay líneas rojas que no se pueden cruzar porque en ocasiones se puede romper un vínculo que no se recupera”.
El respeto, aunque tiene que ser mutuo para que lo sea de verdad, es de veras el principio básico que tiene que regir la vida. En las intervenciones del público lo dejó diáfanamente claro Sagrario Belenguer, una turolense que explicó que nunca se ha inmiscuido en la vida de las parejas de su familia, ni cuando las cosas no eran como a ella no le gustaban, y gracias a eso ganó en su día el premio a la Mejor Suegra de Teruel.
En la segunda conferencia de la primera jornada del congreso, el periodista y divulgador Pere Estupinyà desveló las implicaciones científicas y fisiológicas que subyacen al sexo. Con su habitual sentido del humor desgranó la emoción que sintió cuando averiguó que el tíovivo hormonal y físico que desencadena el sexo y el orgasmo tiene que ver con la relación entre el sistema nervioso parasimpático, encargado de los procesos que suponen un ahorro energético, y el simpático, que se ocupa de aquellos que son necesarios para responder con velocidad a una estimulación externa que requiere una actuación urgente.
Lejos de hacer que pierda su magia, Estupinyà explicó ayer que conocer nuestro cuerpo y sus procesos internos permiten disfrutar más de él, en el sexo o fuera de él.