En Yo, Robot, Alex Proyas se imagina una Chicago en 2035 completamente automatizada con diferentes tipos de transportes urbanos. En ella aparecen autopistas de hasta 3 niveles, mezclándose con trenes bala y otros medios de transporte.
Una visión que, a día de hoy, es ciencia ficción —aunque el tren bala sí existe en China—.
María José Rallo, secretaria general de Transportes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, es más realista al dibujar cómo serán —y cómo le gustaría que fuesen— las ciudades en 2050.
“Me gustaría ver las ciudades principalmente más amables y eso implica que sean más limpias, más inclusivas, más equilibradas”, explica Rallo en una entrevista con Business Insider España.
Uno de los temas en los que la secretaria general de Transportes lleva insistiendo mucho tiempo es en que el ciudadano debe recuperar parte del espacio público. Una de las fórmulas para conseguirlo es fomentando el uso del transporte público en detrimento de los coches privados.
“El transporte público es uno de los elementos esenciales para la vida cotidiana de todos los ciudadanos. El transporte público es la forma masiva de transporte y, por tanto, la columna vertebral; por eso debe ser el centro de la movilidad urbana y metropolitana“, afirma María José Rallo.
Sin embargo, la secretaria general de Transportes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana cree que, para “recuperar espacio público para el ciudadano, no hay otra manera de hacerlo que con una caja de herramientas. O sea, no es una única medida, sino que en el fondo tenemos que implementar muchas medidas que puedan contribuir a ello“.
De entre todas las medidas de ordenación del espacio urbano, Rallo considera que las mejores para controlar el tráfico, “que en el fondo supone una reducción del espacio para que el coche vaya más despacio”, es “la creación de zonas de bajas emisiones y de carriles para las bicicletas o la ampliación de aceras”.
Unas medidas que, tal como afirma la secretaria general de Transportes en Business Insider España, “no tienen que ser muy complicadas“. Además, matiza que, “entre el conjunto de medidas que pueda implementar cada ayuntamiento, cada ciudad tiene que establecer las que considera más adaptadas a su realidad socioeconómica y sociocultural“.
La visión de María José Rallo es que el transporte público debe ser el eje principal de la movilidad en las ciudades, aunque eso no quiere decir que se destierre por completo el coche privado: “Tendrá que haber espacio para el vehículo, por supuesto, pero la ciudad no tiene que estar dedicada en un 70% u 80% al vehículo”.
Con la pandemia, los ciudadanos vieron que otra ciudad era posible y no quieren renunciar a ella. Recuperar el espacio que antes les pertenecía se ha convertido en una prioridad, independientemente de cuál sea el gobierno local. “Cosas que hace 10 años tenían un grandísimo rechazo social, hoy en día se admiten como normales”, recuerda Rallo.
“Estoy segura es que eso va a ser una exigencia social, porque ya lo está haciendo en todas las ciudades, cuanto menos europeas”, afirma Rallo. “OEs una tendencia porque la gente quiere una ciudad amable y que no sea agresiva“. Además, las tecnologías actuales, y sobre todo las que están por llegar, van a facilitar que estas ciudades sean más inclusivas y amables con los peatones.