La banca española ha manifestado este martes su disposición a minimizar el impacto de la subida del euríbor y aliviar la carga hipotecaria de las familias que lo necesiten, a la espera de que culmine la negociación entre el Gobierno y el sector, pendiente de los “últimos flecos”.
Así lo han explicado los primeras espadas de las principales entidades del país y de la patronal AEB en el marco del XXIX Encuentro del Sector Financiero organizado por Deloitte, ABC y Sociedad de Tasación, al que también ha acudido Isabel Díaz Ayuso. El encuentro tenía la vista puesta en el Consejo de Ministros que ha aprobado medidas de alivio hipotecarias a las que podrán acceder más de un millón de familias.
Durante su intervención, la presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, ha calificado el asunto de “complejo” y ha defendido que el tema se trate “en un marco de regulación y supervisión muy exigente”, siempre “preservando las bondades y fortalezas del mercado hipotecario en España”.
En declaraciones a los medios, Kindelán ha insistido en que la situación actual, marcada por la incertidumbre y el escenario inflacionista, “es distinta al pasado”, por lo que las medidas tienen que “estar más adecuadas” con un panorama en el que, sobre todo, “va a haber problemas de liquidez en muchas familias”.
En este sentido, ha destacado la labor de las últimas semanas, en las que la banca ha trabajado “muy de la mano del Ministerio (de Asuntos Económicos)”, proponiendo medidas e ideas, muchas de las cuales “están recogidas en el acuerdo discutido en el Consejo (de Ministros)”.
“Tenemos que ver la última versión que ha salido y hacer una valoración”, ha dicho Kindelán, que, no obstante, ha tildado de “buenísimo” el trabajo desplegado en común “para ayudar a estas personas que puedan tener dificultades”.
Objetivo: que la crisis afecte lo menos posible al cliente
Ya por entidades, el consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez, ha avanzado que la intención de la entidad es adherirse al pacto si sale adelante y “trabajar para que el mercado hipotecario sea sano y sólido”, aunque ha aclarado que aún están pendientes de que “se acaben las discusiones”.
Desde su punto de vista, las entidades están haciendo un ejercicio de previsión ante un escenario “que puede venir”, aunque “ahora mismo el porcentaje de hipotecados que han tenido un incremento en el precio de sus hipotecas es realmente todavía muy bajo”.
Más escueto ha sido el consejero delegado del BBVA, Onur Genç, que ha asegurado que en estos momentos “están trabajando” y no ha querido entrar en detalles sobre el posible texto.
Por su parte, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha dicho que de momento se está estudiando el acuerdo y ha dejado claro que el sector -y el propio banco- están en buena situación para ayudar a los consumidores más desfavorecidos.
A falta de un texto cerrado, el consejero delegado de Unicaja Banco, Manuel Menéndez, ha asegurado que lo estudiarán “con la mejor predisposición y buscando las soluciones más positivas”.
“Lo que nos ocupa es que (el acuerdo) responda a los objetivos que perseguimos, que son que la crisis afecte lo menos posible a las familias, que todos ayudemos a que vayan hacia adelante y que los créditos lleguen a buen fin de la mejor manera posible”, ha apuntado.
Pendientes de los “últimos flecos”
En tanto que el consejero delegado del Banco Sabadell, César González-Bueno, ha adelantado que se sumarán al acuerdo si se confirma, pues “en principio” su visión es positiva, pero ha precisado que están pendientes de los “últimos flecos” del texto.
“Las entidades financieras lo último que queremos es que los hipotecados salgan perjudicados” y además a ningún banco le interesa quedarse con una casa y tampoco que sus clientes no puedan hacer frente a sus pagos, ha afirmado.
En este contexto, considera que la iniciativa podría ser muy positiva y tener una adhesión generalizada de las entidades, pero hay que lograr un equilibrio que evite que la ayuda sea inferior al incremento de la morosidad que pueda provocar, con el consiguiente aumento de las provisiones y el perjuicio a los balances del sector.
Por lo pronto, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha puesto de ejemplo a CaixaBank, participada por el propio Estado, que ya ha dicho que se acogerá a estas medidas.