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Dentro de la diversidad de enfoques del gravel, hay quien opta por prescindir de característico manillar de carretera en favor de uno recto. Un tipo de manillar que cuenta con sus ventajas e inconvenientes respecto a los habituales curvos. Descubre cuál es la opción más interesantes a la hora de equipar tu bici gravel.
Cuando algunos describen qué es el gravel en muchas ocasiones se dice que es cómo el Mountain Bike de los años 90 pero con bicis modernas y más avanzadas, una similitud que sin duda que se acrecienta con la aparición de modelos equipados con manillar recto.
Una opción que rompe con la estética típica de la bici de gravel en la que el característico manillar curvo, estilo bici de carretera, ha sido una de las señas de identidad. La duda de quienes se plantean equipar su bici gravel con un manillar recto es saber en qué afectará esto al comportamiento de la bici. Vamos a analizar todas las implicaciones de utilizar un manillar recto.
Posición sobre la bici
Cuando nos agarramos a las manetas, la posición más habitual cuando utilizamos el habitual manillar curvo en realidad lo estamos haciendo por delante del eje que marca el manillar lo que, a efectos prácticos, aumenta el alcance efectivo de la bici. Esto se traduce en una posición del ciclista más estirada y agresiva.
Por su parte, el manillar recto es todo lo contrario, no sólo reduce el alcance hasta el marcado por la potencia sino que incluso se sitúa un poco por detrás de esta ya que la mayoría de los manillares cuentan con un ligero barrido hacia atrás. De esta forma, el ciclista va a llevar sobre la bici una postura más erguida y cómoda. De hecho, hace unos años no era raro encontrar en los catálogos de las marcas bicicletas de carretera con manillar recto buscando aportar al ciclista esa posición más relajada, un tipo de bici que aún mantienen algunas marcas bajo da denominación de híbridas o fitness.
En cualquier caso, este menor alcance, unido a la mayor anchura de los manillares rectos tiene también su efecto en el manejo de la bici haciendo la dirección más rápida, algo que las marcas que cuentan con modelos montados de serie con manillar recto suelen solventar instalando una horquilla de menor avance de forma que se aumente la cifra del trail de la dirección, apaciguando el manejo.
Agarre
Si bien el manillar recto proporciona una posición más relajada al ciclista, cuenta con el inconveniente de ofrecer una única posición donde asirse: en los extremos sujetando por los puños. Por otro lado, esta única posición hace que todo esté siempre en su sitio y al alcance de la mano, es decir, vamos a frenar siempre de la misma manera y alcanzar los mandos de cambio con el mismo gesto.
En el otro lado, el manillar de estilo bici de carretera dispone de tres puntos de agarre: el más habitual sobre las manetas; en la zona horizontal, utilizado para la escalada y pedalear de forma relajada; y en la curva del manillar, que se utiliza para lograr un agarre más firme en los descensos o para buscar una mejor aerodinámica cuando se pedalea rápido.
Esta variedad de posiciones hace que los controles se acciones de forma diferente. Por lo pronto, si vamos agarrados en la parte horizontal no podremos accionar de forma rápida ni los cambios ni los frenos que quedan fuera del alcance. En la parte superior queda todo a mano pero es necesario una mayor fuerza sobre los frenos para detener la bici y, si optamos por la curva del manillar, todo queda al alcance de la mano pero se trata de una posición más exigente para el ciclista.
Espacio en el manillar
En el gravel solemos necesitar más espacio para instalar accesorios en el manillar. Aparte del ciclocomputador, son habituales las bolsas de bikepacking, las luces cuando afrontamos los recorridos de larga distancia que suelen proponer las carreras o la cámara de vídeo con la que recogemos cada detalle de nuestros recorridos.
El manillar recto, con su mayor anchura y teniendo en cuenta que no se reserva espacio en su zona horizontal para agarrarse, deja mucho más espacio libre para instalar todos los accesorios que podamos requerir en nuestras rutas.
Estilo de gravel
La decisión entre utilizar un manillar recto o el habitual de estilo carretera dependerá también del tipo de gravel que practiquemos. Quienes hagan del gravel un enfoque más cercano a la bici de montaña, con recorridos por terreno complicado con senderos y zonas más o menos técnicas tendrán en el manillar recto un aliado que les aportará más estabilidad y un control más preciso de la bici.
Por el contrario, a aquellos que entiendan el gravel como una combinación de tramos de carretera y pistas, o tengan un enfoque más deportivo de la especialidad, el manillar curvo les proporcionará una posición más aerodinámica y efectiva, aparte de unas sensaciones mucho más cercanas a las de una veloz bicicleta de carretera.
Componentes independientes
Si en caso de caída o avería dañamos parte de una maneta de nuestro manillar curvo el tema nos puede salir bastante caro. En ellas todo está integrado por lo que lo más normal es que nos veamos a sustituirla completamente, con el desembolso que ello supone.
En el caso de los componentes de Mountain Bike que se montan sobre un manillar recto, manetas de freno y de cambio son elementos independientes por lo que tener una avería en uno de ellos únicamente limita el daño a ese elemento que costará menos sustituir que lo que tendríamos que invertir en el caso de un componente integrado.
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