Si existiera un diccionario del fútbol moderno, al lado del “falso nueve” o del “analista táctico” debería figurar también el “hooligan ilustrado”. “Dícese del hincha capaz de sublimar su desaforada pasión por un equipo en un relato literario”, se leería en un manual imaginario junto a la foto de Emilio Sánchez Mediavilla, editor de Libros del KO. Él fue quien descubrió la especie que lleva el nombre de una colección de libros surgida en 2012 con un propósito inédito: contar a partir de un relato personal de fidelidad a unos colores todo lo que cabe en la vida –el amor, la amistad, la fe, la infancia–. 10 años y una treintena de títulos después, los hooligans ilustrados son ya, como la ruleta de Zidane o la elástica de Ronaldinho, patrimonio de un deporte al que han aportado otra mirada, más elevada, donde las memorias de la afición dan significado a las implicaciones sociales, culturales, políticas, incluso éticas o morales, de sentirse parte de un club.
El proyecto nació cuando Mediavilla, a los treinta y pocos, pidió que le echaran de la revista donde trabajaba de redactor. Fue una decisión valiente tomada, en teoría, en el peor momento: entre 2008 y 2012 llegaron a cerrar en España cerca de 200 medios y el paro en el sector se multiplicó por diez. Para muchos no había futuro en la profesión, pero él lo vio en esas grandes historias contadas en un formato más extenso y a la manera de un Tom Wolfe o un John Hershey. Mediavilla convenció entonces a dos colegas de redacciones madrileñas y de frustraciones y anhelos compartidos, Álvaro Llorca y Guillermo López, para fundar juntos la primera editorial española dedicada al periodismo narrativo con un catálogo donde cabrían la crónica negra, los viajes, los perfiles minuciosos sobre personajes y también, por supuesto, el fútbol.
La intención desde el comienzo era apostar por nuevas voces. Sin embargo, los tres editores creyeron que, para empezar fuerte, para darse a conocer, necesitaban un fichaje estrella. Con el finiquito de su anterior empleo, Mediavilla se pagó un viaje a Jerusalén con la misión de citarse con el entonces corresponsal de EL PAÍS en Israel, Enric González. Estuvo dos horas hablando con él en un bar, simulando una entrevista que jamás llegó a publicarse, y llegado el postre, al fin, le reveló sus intenciones. “Rechazó hacer un libro de memorias, pero le gustó la idea de escribir sobre su equipo, el Espanyol, y que además fuera en un formato breve, de unas 20 páginas de Word. Tenerlo a él, que ya era muy conocido, nos facilitó conseguir al resto”, detalla.
Una cuestión de fe, de Enric González, fue el primero de una serie de libritos de 110 x 150 milímetros con vocación de ser “como una colección de cromos”, explica el editor. El texto, en parte un tratado sobre las dificultades del RCD Espanyol de Barcelona para construirse una identidad a la sombra de su vecino azulgrana, apareció al mismo tiempo que otras obras empapadas de un discurso profundo y a la vez sentimental sobre otros clubes de LaLiga Santander como el FC Barcelona, el Real Madrid, el Real Betis o el Atlético de Madrid.
Con esas entregas iniciales, firmadas por significados periodistas como Manuel Jabois y Ramón Lobo o músicos de la talla de Antonio Luque (Sr. Chinarro), Mediavilla consiguió recrear ese fútbol que mamó de adolescente y se jugaba en EL PAÍS, cuando los escritores Manuel Vázquez Montalbán y Javier Marías se citaban en las páginas del periódico en calidad de representantes y casi ideólogos de Barça y Madrid, respectivamente. Libros del KO había vuelto a revivir ese estilo que hacía del balón un pretexto o una metáfora para dirimir cualquier tipo de asunto.
Más tarde, el sello se convertiría casi en una cantera de escritores. Ocurrió en sus otras colecciones –logrando que Fariña, un tema local y de un periodista joven como Nacho Carretero, se convirtiera en un éxito de ventas– y también con ‘Hooligans Ilustrados’. Lo ejemplifican José Lobo, al que Mediavilla descubrió en un blog y que casi no se lo podía creer cuando le propusieron escribir un libro sobre el Sevilla FC, y especialmente Enrique Ballester, al que conoció –aunque no fichó– en un bar a altas horas de la madrugada.
Este periodista pasaría de estrenarse en 2014 con Infrafútbol, la literaturización de una vida dedicada a seguir al CD Castellón, a publicar tres libros de columnas y colaborar en As, El Día Después o El Periódico. Hace unas semanas, editor y autor hicieron juntos (y bastante alucinados) el último y más inesperado salto de su carrera: entrar en la primera convocatoria de La Cervantina, la selección de escritores españoles que disputó un partido contra sus colegas alemanes con motivo de la feria de Fráncfort. “Perdimos 3-1, pero estamos mirando ya de organizar la revancha”, cuenta el editor entre risas y aún con agujetas por las carreras en la banda izquierda que se había pegado unos días antes.
La serie de libros dedicada a clubes de fútbol, nacida casi al mismo tiempo que las revistas Panenka y Líbero o la editorial Contra, volvió a tomar vuelo en 2021. Ocho de la treintena de títulos publicados hasta la fecha se convirtieron en episodios de un podcast que, a su vez, se convirtió en la primera producción propia de la nueva división del sello, Producciones del KO, en colaboración con AS Audio y Podium.
Producciones del KO es el fruto de la alianza entre los socios del KO –a los que se acabarían sumando Alberto Sáez y Javier Lafuente– con el equipo del productor Frank Beleyu, que venía de hacer reportajes en medio mundo con la productora 93 metros. Empezaron a trabajar juntos en 2020 para adaptar los textos de la editorial, por los que a menudo recibían ofertas de compra de los derechos, pero también con el objetivo de pensar en nuevas historias en audio o vídeo. Y ahí es cuando de nuevo surge el gran tema, el fútbol. En concreto, la vida de los expresidentes de varios clubes de LaLiga.
Beleyu empezó a descolgar teléfonos y, sin demasiadas dificultades, logró el compromiso de Joan Gaspart (FC Barcelona), Augusto César Lendoiro (RC Deportivo), José María Del Nido (Sevilla FC) y José María Caneda (SD Compostela) de hablar sin tapujos sobre su pasado. Le faltaba lo que entre ellos llamaban “la joya de la corona”, el exdirigente del Real Betis Manuel Ruiz de Lopera. Beleyu intentó convencerlo durante un año a través de su secretaria y de algunos familiares. Pero no hubo manera hasta que el sevillista Del Nido desbloqueó la gestión con una llamada al sobrino del bético. Un poco in extremis, Don Manuel, como le solían llamar en su época, les abrió las puertas de su casa y les allanó, en parte, el camino hacia un éxito que el productor no se imaginaba.
La liga de los hombres extraordinarios, realizada junto a Producciones del Barrio, la productora de Jordi Évole y Ramón Lara, se estrenó el pasado septiembre en Movistar Plus+ y generó una riada de reacciones y comentarios en prensa y en redes sociales. Algunos sintieron nostalgia por el fútbol de su infancia, y por el carisma y la autenticidad de unos personajes que en su tiempo fueron idolatrados; otros, por contra, se quedaron con los excesos de sus gestiones. En todo caso, a Lopera le gustó porque su sobrino llamó a Beleyu pidiéndole un lápiz USB con el documental. “Me dijo que se la ponía a todas horas”.
Con todo, la mayoría estuvo de acuerdo en señalar que sus testimonios habían servido para articular una certera radiografía de la España de los noventa, más allá del deporte, e ilustrar la evolución hasta hoy en relación a asuntos como la homofobia o el racismo. Además del agrado de Lopera, Beleyu se quedará con la llamada de una maestra que le dijo que le pondría el documental a sus alumnos para abordar el tema del machismo en clase. De nuevo, como dicta el sello de la casa, el fútbol fue la excusa para hablar de otra cosa. El fútbol como instrumento para contar la vida.
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