Pelota vasca, surf, sokatira, bolos, dardos, raquelbol, korfball, twirling, patinaje, bike trial, beach tenis, fútbol australiano, fútbol sala, fútbol gaélico… Los caminos hacia la independencia son inescrutables, y los partidos nacionalistas han encontrado en el deporte una veta.
El Gobierno ha abierto la puerta a que los equipos pelota vasca y surf puedan participar bajo la ikurriña y contra España, o en vez de España, en competiciones internacionales, pero lo cierto es que hace más de una década que ese choque se produce en múltiples competiciones internacionales deportivas.
En cuanto a lo de la oficialidad de las mismas, hay para todos los gustos, la selección catalana femenina de fútbol sala se encuentra en estos momentos en Colombia disputando un Campeonato del Mundo al margen de la FIFA, pero lo cierto es que la FIFA dejó de organizarlos en 2015.
El fútbol sala ha dado grandes alegrías al nacionalismo catalán, especialmente cuando en 2007, durante el campeonato del mundo amateur celebrado en Rusia, la selección catalana venció por cinco goles a tres a la española.
Para evitar precisamente ese enfrentamiento, la selección española de bolos sub-23 se retiró en 2008 del Campeonato del Mundo que se celebraba en Orlando (Florida, EEUU). Cuando se presentó la Federación Catalana, la Española recurrió al Tribunal de Arbitraje Deportivo, pero éste acabó dándole la razón a la Catalana, cuyas jugadoras, con pasaporte español, pudieron competir bajo la senyera y con un rival menos.
El deporte es una de las principales vías de promoción internacional de la identidad de cualquier nación, de ahí el interés de los partidos nacionalistas. La Federación Catalana de Bolos es una de las más de una veintena de federaciones deportivas de otros tantos deportes que Cataluña tiene reconocidas internacionalmente.
En esto Cataluña lleva al resto de autonomías una ventaja sideral. Muchas veces logró el reconocimiento gracias a que las federaciones internacionales deportivas no están integradas por Estados sino por federaciones, y cada una establece las normas de admisión que le parece. Otras porque se trata de deportes minoritarios, o en los que España carece de Federación, o de simple interés por acudir a una competición internacional, ya sea por falta de deportistas o de medios económicos, de ahí el papel fundamental de las subvenciones deportivas en el ámbito autonómico.
Entre los deportes que reconocen a Cataluña se encuentran algunos tan desconocidos como el twirling, que es el baile de las majorettes, el fistball, que es una variación del voleibol, o el korftball, que tiene algo de baloncesto.
Ninguno en los JJOO
Ninguno de los deportes en los que Cataluña, País Vasco o Galicia participan separados de España está en los Juegos Olímpicos, aunque algunas federaciones, como la de bolos, la de raquetball y la de korfball son reconocidas por el COI o han acudido a los juegos como deporte de exhibición.
A veces el espectáculo de ver a España competir contra una de sus autonomías no llega al terreno de juego porque se juega en los despachos. En 2011 la Federación Catalana de Dardos logró su reconocimiento como miembro de la World Dards Federation tras conseguir 18 votos a favor, ocho abstenciones y solo dos votos en contra, uno el de España.
En ocasiones se dan situaciones tan surrealistas como la del pasado Campeonato Europeo de selecciones de Fútbol Gaélico, en el que participaba la selección gallega, una de las más potentes del mundo. En categoría femenina también participaba una selección que recibía en nombre de Ibérica, que estaba formada por jugadoras españolas, muchas de las cuales también eran gallegas.
Aunque la Federación de Pelota Vasca, la de Montaña y la de Surf ya tiene el reconocimiento internacional, la joya de la corona del deporte vasco a nivel internacional es la sokatira. El tira y afloja de toda la vida, que consiste en tirar de una cuerda en grupo hasta arrastrar al otro.
En 2014 el Basque Country pudo participar en el Campeonato del Mundo después de que la Federación Vasca de Herri Kirolak (deportes rurales) fuera reconocida como miembro de pleno derecho por la Federación Internacional de Sokatira (TWIF) . Era la nación sin estado número 50 que reconocían.
Objetivo: Halterofilia
Antes, en 2001, un equipo de la comarca navarra de Sakana arrasó en este deporte durante los Juegos Mundiales No Olímpicos celebrados en Japón, en los que se competía en cosas como el paracaidismo, el billar y la sokatira. Los navarros arrasaron pero al recoger la medalla salieron con una ikurriña. Y cuando empezó a sonar el himno de España se bajaron del cajón y se fueron.
El Gobierno vasco tiene desde hace un año entre ceja y ceja que también se reconozca internacionalmente a su Federación de Halterofilia. Les salió mal al primer intento pero el año pasado contrataron a una asesoría para mejorar su propuesta.
El PNV no es el primer partido que le viene al Gobierno de Sánchez con el tema de las selecciones nacionales. En febrero de 2021 el BNG registró una iniciativa en el Congreso con la que instaba directamente al reconocimiento oficial de las selecciones gallegas “para poder participar en competiciones de carácter internacional”. Su diputado Néstor Rego lo justificó conque “otras naciones sin estado lo están haciendo” y citó a Escocia, Gales y Gibraltar.
La semana pasada la plataforma Vía Galega presentó ante el Parlamento gallego 6.644 firmas en apoyo a una Iniciativa Legislativa Popular para que “todas las disciplinas” deportivas contaran con una selección gallega y que éstas pudieran competir oficialmente y a nivel internacional. Su objetivo, explican, es que cuando Ana Peleteiro suba a lo alto del podio suene el himno gallego, y que una selección compuesta por Iago Aspas, Hugo Mallo, Lucas Vázquez, Brais Méndez, Borja Iglesias y Denis Suárez juegue la Eurocopa.
Las selecciones de fútbol siguen siendo el gran objetivo de todas las autonomías. El País Vasco recurrió a la UEFA y a la FIFA pero en agosto del año pasado rechazaron reconocer a la selección vasca por no ser “un Estado independiente reconocido por la comunidad internacional”. Antes ya lo había intentado Cataluña, pero usó como argumento que su selección aportaría “calidad” a los campeonatos. Ambas ya han anunciado que lo seguirán intentando.
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