En agosto pasado se realizó un primer taller para evaluar los avances y retos del Paniat. El resultado de estas jornadas académicas apunta a elaborar una propuesta que sirva como base para fortalecer la política pública en seguridad alimentaria de la región, la cual podría tener como horizonte de desarrollo el año 2035.
Para la evaluación realizada en el segundo taller se tuvieron en cuenta las cuatro dimensiones de seguridad del Paniat: humana, ambiental, nutricional y alimentaria. La jornada contó con la participación de representantes de comunidades awá y afro, el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, la Gobernación de Nariño, el Instituto Departamental de Salud de Nariño y la academia, representada en la UNAL, entre otros actores.
Reunidos en el Auditorio de la Secretaría de la Mujer, Equidad y Género, de la Alcaldía de Tumaco, los asistentes al taller se dividieron en mesas de trabajo en las que se implementó la metodología de semaforización, en la cual rojo y amarillo indican alerta o percepción negativa, y verde que las cosas van bien. Para ello se analizaron los indicadores del Paniat desde su creación hasta hoy.
Una de las conclusiones principales es que el Paniat ha tenido poco avance en este tiempo en aspectos como la reducción de la mortalidad, la falta de centros de acopio, la sostenibilidad ambiental y el manejo del agua.
“La mortalidad por desnutrición forma parte de los problemas alimentarios que tienen raíces profundas en la inequidad y la pobreza. Tumaco tiene el doble de la mortalidad por desnutrición que la cifra departamental, y es muy alta por encima de la nacional”, afirma la profesora Sara del Castillo, coordinadora del OBSSAN.
Según la información de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN, 2015), el 54,2 % de los hogares colombianos padece de inseguridad alimentaria. En el litoral Pacífico esta cifra asciende al 74,5 %, lo que indica que 3 de cada 4 hogares de la región tienen dificultades para alimentarse.
En 2017 la tasa de mortalidad infantil asociada con la desnutrición aguda llegó a 7,2 en Tumaco, duplicando la cifra de Nariño (3,9) y siendo más alta que la nacional (5,82). Esto da cuenta de la urgencia de implementar acciones contundentes frente a esta problemática.
En su intervención, Javier Bisvicus, director del Centro Educativo Awá del Gran Sábalo, afirmó que “estamos reunidos aquí para hacer ajustes y para proyectar el futuro de este Plan; se está proponiendo la construcción de dos centros de acopio, uno en Llorente y otro en Tumaco, lo cual les permitiría a los pueblos indígenas y a las comunidades negras de la zona rural garantizar el acceso a los alimentos”.
La profesora María América Ibarbó menciona que después de revisar temas como medioambiente, agua y residuos sólidos, “hemos confirmado que si no se tiene en cuenta la justicia ambiental étnica –una forma de permitir el encuentro con la vida a partir de un legado ancestral que se diferencia sustancialmente con la justicia de corte occidental–, no vamos poder salvar el planeta”.
La profesora Amanda Lucía Mora Martínez, directora de la UNAL Sede Tumaco, manifestó que “la Universidad busca brindar un escenario en el que confluyan diferentes sectores y actores del territorio para acompañar la revisión y el ajuste del Paniat, con el propósito de seguir sumando esfuerzos para garantizar el derecho a la alimentación en Tumaco”.
La UNAL seguirá generando espacios para trabajar en la construcción política pública, un tema que les brinda la oportunidad a diferentes actores de reunirse, confluir y pensar en torno a una problemática o un reto que atraviesen las comunidades y buscar alternativas de solución.