El premio nobel de economía, Joseph Stiglitz advirtió sobre las constantes subidas en las tasas de interés llevadas a cabo por los bancos centrales en casi todo el mundo, las cuales están lideradas por la Fed y el BCE.
Stiglitz criticó, no solo la ineficiencia de esta política monetaria, sino también su fuerte “efecto secundario”; nada menos que una clara reducción en el crecimiento económico. Aunque esta opinión es compartida por varios economistas, Stiglitz se atrevió aún más y señaló que esta política contractiva incluso podría tener el efecto contrario, empeorando la inflación.
“Estamos en una situación muy difícil a nivel global. Las tasas de interés están subiendo en todo el mundo; lo cual va a provocar una desaceleración de las economías y no tendrá demasiado efecto sobre la inflación. Como siempre digo, tasas de interés más altas no implican más comida ni más energía; lo que sí significan es menos crecimiento.”
Stiglitz cuestionó la “lentitud” con la que los líderes mundiales respondieron frente al conflicto entre Rusia y Ucrania; fenómeno extensamente conocido por ser la principal causa de la crisis energética, y por consiguiente, del alza inflacionaria.
“Creo que los líderes mundiales han hecho cosas importantes, pero también creo que se movieron muy lentamente. De todas maneras hicieron cosas buenas; negociaron el envío de alimentos hacia Ucrania, y así pudieron romper con esta dinámica que tenía Rusia que era terrible. También intentaron poner un techo al petróleo. Además muchos países pusieron un impuesto a las ganancias extraordinarias para ayudar a la gente que estaba enfrentando a los precios elevados del petróleo y la energía.”
Stiglitz: Una subida de impuestos sería la solución al problema
Para Stiglitz, las guerras inevitablemente causan escasez y generan ganancias inesperadas para algunos a expensas de otros. Históricamente, los especuladores de la guerra generalmente han sido ejecutados. Pero hoy en día, incluyen a muchos productores y comerciantes de energía que, en lugar de ser llevados a la horca, deberían estar sujetos a un impuesto sobre las ganancias inesperadas.
El economista señala que la Unión Europea ya ha propuesto tal medida; pero que llegaría demasiado tarde, y es demasiado débil y limitada para el desafío actual. Del mismo modo, mientras que varios miembros del Congreso han presentado proyectos de ley para gravar las superganancias de Big Oil, la administración Biden hasta ahora no ha avanzado en el tema.
“Gravar las ganancias inesperadas y usar los ingresos para financiar los gastos de guerra necesarios y el apoyo a los afectados por los altos precios no es antiempresarial; es un gobierno responsable en tiempo de guerra.”
Según Stiglitz gravar las ganancias empresariales y utilizar las ganancias para “financiar los gastos de guerra necesarios” y el apoyo a los afectados por los altos precios no es antiempresarial; es un “gobierno responsable en tiempo de guerra”.
Este, según su persona es necesario para mantener el apoyo popular al esfuerzo bélico. El economista fue aún más lejos y afirmó que estos impuestos temporales “no dañan ni la inversión ni el empleo”, y que “no hay nada de injusto en gravar ganancias excepcionales que las empresas no hicieron nada para merecer”.
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