Marcelo Sherman fue vendedor de multienda por casi dos décadas. Partió joven en esa profesión, y le iba bastante bien gracias a la sonrisa y simpatía que tiene a flor de piel. El 2010, debido a una reestructuración fue despedido.
“Y ahí estaba sin trabajo y con una familia”, recuerda. Y en los momentos complicados que comenzó a vivir “fue fundamental el apoyo de la familia”, recalca. Y menciona con mucha emoción que fue su suegro “quien me dijo que emprendiera, que fuera mi propio jefe y que tomara las decisiones de mi futuro”.
Lo primero que hizo fue fotografía en los jardines infantiles de Villa Alemana. En uno de los establecimientos una parvularia “me dijo que con el feeling que tenía con los niños y niñas por qué no me dedicaba a animar cumpleaños”, relata en la conversación con Esfuerzo Pyme y Publimetro.
Apoyo Familiar
El comentario, reconoce, lo tomó por sorpresa: “Estaba bien dudoso y con el apoyo de mi familia, porque sin ella no me hubiera atrevido, repito eso y reafirmo eso, me arriesgué a hacerlo”. Fue así como hizo uno carteles, y le salió un cumpleaños.
“Cobré 40 lucas”, rememora. En esa animación la ayudaron un sobrino y su polola junto a sus dos hijas que le colaboraron como animadoras de juego. “Esa vez compré un parlante, más el gasto en bencina y de otros utensilios, y el pago a quienes me acompañaron, obviamente, no me gané nada monetariamente, pero valió la pena. Lo que sí gané y valoro fue emprender, el primer paso que es el más difícil. Ahí se inició lo que hoy es @showtiomarcelo”, comenta.
Ahora, cuando ya han pasado 13 años y rememora por qué se lanzó con este emprendimiento infantil, sólo tiene una respuesta: “Lo pensé y lo hice. No hubo más. Soy una persona que cuando tiene algo en mente lo trata de concretar y sino resulta, trato de hacerlo de nuevo hasta estoy convencido que ya no se puede conseguir, pero agoto todas las oportunidades”.
Alcanzar sueños
El Tío Marcelo ya tiene bastantes más recursos técnicos, juegos inflables y un buen teatro de títeres. “He invertido, sí, pero con paciencia. Cuando emprendes hay que ser ordenado, saber cuándo y cuánto invertir. Yo me inicié con cero pesos, pero fui creciendo e invirtiendo con calma y sabiendo que no es invertir y ganar altiro”, recomienda.
– ¿Qué característica crees que te hizo poder ser un emprendedor?
– La perseverancia, insistir, escuchar las críticas; también, creer en lo que haces y, finalmente, el apoyo familiar es fundamental. Sin eso no habría llegado a ninguna parte.
– Explícame eso de “creen en lo que haces”.
– A todo tienes que ponerle corazón y ganas y te soy franco, espectáculo tras espectáculo quien más goza con este emprendimiento soy yo. Cuando eso deje ser pasar, mejor no sigo.
Y eso parece que está lejos de suceder ya que además de las animaciones en cumpleaños también ha incursionado en las redes sociales, espectáculos virtuales “y ahora estoy analizando oportunidades para llevar mi marca al extranjero”, dice orgulloso, pero a la vez cauteloso.
– Se te nota un emprendedor orgulloso y feliz, ¿recomiendas a la gente emprender?
– ¿Vale la pena emprender?, ¡por supuesto! Es una opción que tiene toda la gente, una oportunidad abierta que todos pueden tomar, pero hay que ser perseverantes y creer en lo que haces. Creo que quienes tienen esa oportunidad de hacerlo ya sea por sueños o temas económicos, deben tomarla. Lo recomiendo ciento por ciento. Es más, mi hija también tiene un emprendimiento igual al mío, y le va muy bien.
– ¿Qué sentiste cuando te dijo que iba a emprender igual que tú?
– Me sentí orgulloso, y la apoyé igual como lo hicieron conmigo. Somos una familia de emprendedores. Mi señora, con su peluquería; mi hija, Javiera Paz Lagarini, con su emprendimiento de uñas y mi hija Javiera Paz Sherman, con sus servicios de animación y decoración infantil. Somos una familia de los míos, los tuyos y los nuestros, al que se agrega nuestro pequeño de 16 años, que terminó de unir esta familia llena de sueños y al que le repito una y otra vez: “Mientras tengas sueños, no importa la edad, si puedes y quieres los puedes cumplir”.