De acuerdo a los últimos datos de 2020 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en España se han realizado 761.012 usos de animales para experimentar en laboratorios con fines científicos. De ellos, en 34.202 ocasiones (es decir, un 4,49%) los animales murieron al no recobrar la conciencia tras someterse a un procedimiento desarrollado en su totalidad con anestesia general.
Esta cifra supone una disminución con respecto al anterior, 2019, cuando el número de veces en las que los animales para experimentar en laboratorios murieron fue de 59.821 (el 7,32%).
“Se trata de intervenciones complejas, como por ejemplo sobre el corazón o el cerebro”, explica a Newtral.es Lluis Montoliu, investigador Científico del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC).
“Al finalizar la operación y el procedimiento, al animal se le aplica una eutanasia y muere, para evitarle el dolor o alteración que le causaría despertarse con las consecuencias de la operación”, prosigue.
“Evidentemente el procedimiento tiene que estar muy bien justificado para que el comité de ética correspondiente lo apruebe y la autoridad competente lo autorice”, explica Montoliu.
Además, durante el año 2020, concretamente en 74.220 usos, el 9,75%, los animales para experimentar en laboratorios sufrieron consecuencias severas. Es decir, un dolor, sufrimiento o angustia severa o moderada de larga duración por el tipo de pruebas que se les realizó. Este porcentaje sube hasta el 32,32% (o lo que es lo mismo, 245.898) donde sufrieron consecuencias leves. Esto es, un dolor, un sufrimiento o una angustia moderados de corta duración.
Durante los últimos años, “los datos indican una reducción de los procedimientos sin recuperación a la vez que denotan un incremento de los usos de severidad leve”, explica en un informe sobre animales para experimentación en laboratorios Angélica Horrillo, veterinaria designada del CIB Margarita Salas.
Del total de animales utilizados en 2020 para experimentación en laboratorios, prácticamente la totalidad, el 98%, fueron animales utilizados por primera vez en estos experimentos. Sin embargo, el 1,61% (12.282) eran animales reutilizados. Entre los animales que más se reutilizan destacan los gatos, vacunos, caprinos y perros.
La mitad de los animales se usan para “investigación básica”
Durante el año 2020, casi la mitad (el 47,84%) de los usos realizados con animales para experimentos en laboratorios corresponden con la “investigación básica”. Esto significa, estudios que tienen por objeto conocer la estructura, el funcionamiento y el comportamiento normales y anormales de los organismos, entre otros.
Más concretamente, la mayor cantidad de usos en 2020 en investigación básica han tenido como finalidad ampliar los conocimientos en el campo de la etología, el comportamiento de los animales y su biología, seguido de los usos ligados a estudios con animales de experimentación en laboratorios sobre el sistema nervioso o la oncología.
Después, el uso más frecuente tras la “investigación básica” es la “investigación traslacional y aplicada”, con un 27,16%. Esta línea de investigación pretende prevenir y diagnosticar o tratar enfermedades, mala salud u otras anomalías o sus efectos en los seres humanos, animales o plantas.
Este último apartado es el que incluye el desarrollo y la fabricación de productos farmacéuticos.
Uso de animales en experimentos según su especie
El número total de usos con animales de experimentación en laboratorios ha disminuido casi un 7% con respecto a 2019 y cerca del 9% con respecto a 2018, en línea con la disminución en el número de proyectos autorizados. Estos datos corresponden al año de la pandemia, que supuso una ralentización o incluso la paralización de algunos proyectos, y la reducción también de recursos económicos en determinadas líneas de investigación.
Por grupos de animales, el número de usos de animales mamíferos ha disminuido notablemente: casi el 18% con respecto a 2018. El que más se puede apreciar es el número de usos de cerdos (con una disminución de más del 30% con respecto a 2018 y del 12% con respecto a 2019). Pero también se puede ver en cuanto al uso de roedores y en menor medida, de conejos.
Transparencia sobre el uso de animales de experimentación
La Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) propuso en el año 2016 a la comunidad científica española firmar un acuerdo sobre el uso de animales de experimentación en laboratorios con fines científicos en España.
El objetivo era acercar a las sociedades el trabajo que se hace en los laboratorios con estos animales, y así comunicar mejor los beneficios que conlleva, pero también los perjuicios y limitaciones que implican.
Actualmente, se han adherido ya 153 instituciones a este acuerdo sobre animales de experimentación en laboratorios, convirtiéndose así en el convenio de transparencia sobre este tema que más instituciones aglutina de todos los que hay en Europa.
Los compromisos que adquieren los firmantes son: hablar con claridad sobre cuándo, cómo y por qué se usan animales en investigaciones, proporcionar información adecuada a los medios de comunicación y público en general y promover iniciativas para generar un mayor conocimiento sobre estas prácticas, entre otras.
Fuentes
Informe sobre usos de animales en experimentación y otros fines científicos, incluyendo la docencia en 2020 – Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas | CSIC
Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE)
Lluis Montoliu, investigador Cientifico del Centro Nacional de Biotecnologia (CNB-CSIC).