En el mes de la identidad, se llevó a cabo la inauguración de distintos espacios del Banco Nacional de Datos Genéticos, luego de terminada la obra que tuvo como finalidad la remodelación de la planta baja del organismo y la construcción de un nuevo Archivo Nacional de Datos Genéticos, que será nombrado en homenaje a Víctor Penchaszadeh.
Estuvieron presentes el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; las Abuelas Estela de Carlotto y Buscarita Roa; Taty Almeida, Madre de Plaza de Mayo; el Secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla; Eduardo Jozami; Abel Madariaga, Víctor Penchaszadeh; la presidenta del CONICET, Ana Franchi; Pablo Núñez, Subsecretario de Coordinación Institucional; Ana Castellani, Secretaria de Gestión y Empleo Público; Victoria Montenegro, legisladora porteña y nieta recuperada; funcionarios de otros organismos; nietos restituidos; directivos y trabajadores del BNDG. Además, estuvo presente la Ministra de Ciencia y Tecnología cubana, Elba Rosa Pérez Montoya, y su delegación.
El Archivo Nacional de Datos Genéticos contiene más de 35 años de historia. Es un espacio acondicionado que funciona bajo estrictos parámetros de conservación y confidencialidad, en donde cada día se miden los niveles de temperatura y humedad para asegurar la correcta conservación de las muestras y legajos que contiene. Será nombrado “Víctor Penchaszadeh”, en honor a su invaluable tarea de articulación de la Ciencia y los Derechos Humanos.
Cuando daba la bienvenida a los presentes, Mariana Herrera Piñero, Directora del BNDG, dijo: “Trabajamos durante 3 años con el Archivo Nacional de la Memoria, quienes vinieron para capacitarnos en la conservación del archivo en papel”. Luego agregó: “El Archivo fue nombrado en homenaje a Víctor porque desde el 2015, cuando empezamos el trabajo de traslado del Banco, él ha sido una compañía invalorable, ha sido un amigo. Yo lo admiro profundamente y le agradezco muchísimo por todo lo que ha hecho. Hoy brindamos por el momento en que se salvó, porque gracias a eso las Abuelas pudieron tener su Banco, que es un faro de la ciencia aplicada a los Derechos Humanos”
En su alocución, Estela de Carlotto expresó: “La historia nuestra es muy larga y no hay que olvidarla. Esta lucha tiene 45 años, hemos envejecido buscando y encontrando a nuestros nietos”. En relación a Penchaszadeh dijo: “Hay una amistad muy grande con Víctor. Esto ni siquiera se rompe con la muerte, porque hay algo que queda siempre. Este es un homenaje muy merecido, porque no nos olvidamos de que él dió el primer paso. Un abrazo a Víctor de las que estamos y de las que no estamos, para que hoy se sienta como lo que es: el hombre del siglo”.
Horacio Pietragalla, Secretario de Derechos Humanos de la Nación, expresó: “La lucha de las Abuelas fue acompañada por grandes personas, Víctor es una de ellas y pudo darles una luz en un momento de mucha incertidumbre”, y destacó, “cuando uno entra acá se encuentra con un lugar muy acogedor para recibir a una persona que viene con mucho temas en la cabeza. Estamos contentos de poder homenajear a Víctor en este lugar”.
Por su parte, el Ministro de Ciencia destacó “el trabajo de Madres y Abuelas que son las que nos enseñaron a transformar el amor en coraje. Ellas enfrentaron a la Dictadura en los momentos más difíciles; justamente el apelativo de ‘locas’ tenía que ver con que era imposible hacer lo que ellas estaban haciendo, y lo hicieron. Me tocó con Estela, también, presentar a las Abuelas para el Premio de la Paz en la UNESCO y lo que más valoró la UNESCO a la hora de otorgar el premio fue el aporte que realizaron con el Banco Nacional de Datos Genéticos y con la idea de derecho a la identidad que es un aporte no solo para la Argentina sino también para el mundo”.
Acerca de Víctor Penchaszadeh
Víctor Penchaszadeh es un médico especializado en pediatría, genética médica, salud pública y bioética. Conoció a las Abuelas en 1982, mientras ellas recorrían el mundo en busca de alguna metodología científica que permitiera probar el vínculo biológico con sus nietas y nietos. Es uno de los impulsores del trabajo científico que, junto a la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, culminó con la invención del Índice de Abuelidad y la posterior creación del Banco Nacional de Datos Genéticos. Al ser entrevistado, recordó: “La genética había tenido muy mal nombre a lo largo de todo el siglo XX, porque apoyó muchas de las violaciones a los Derechos Humanos. Pero las Abuelas me ayudaron a encontrarle el buen nombre a las genética, la que apoya a los Derechos Humanos”.