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La extenista Carla Suárez tuvo un linfoma de Hodking, un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático. Hoy, ha venido a la redacción de ELLE para contarnos de primera mano cómo vivió esta enfermedad.
¿Qué es lo primero que sentiste cuando te dijeron que tenía cáncer?
La verdad es que son palabras que nunca quieres escuchar. En el momento que te lo dicen te derrumbas un poquito, pero luego ya con muchas ganas de intentar recuperarte lo antes posible. Intenté tomármelo con la mayor normalidad posible. Aunque también, me entró un poquito de tristeza porque justo ese año, yo había decidido que iba a ser mi último año como tenista profesional y ya no iba a poder despedirme.
¿Tuviste miedo cuando te lo dijeron?
Al final no es miedo. Es un poco de respeto a lo que te vas a encontrar. A lo que vas a sentir. Yo creo que el descanso o la libertad vendría si te dijeran que te vas a curar. Si el mismo día que te comunican que tienes la enfermedad, te dicen que no te preocupes, que te vas a curar.
Evidentemente eso no se sabe hasta que no empieces el tratamiento, hasta que tu cuerpo va viendo como reacciona a los medicamentos. Yo tuve mucha suerte. Pude hablar con gente que había tenido la misma enfermedad que yo.
¿A quién se lo contaste primero?
Cuando a mí me lo comunicaron, estaba en el hospital sola, era la época de covid, de pandemia, eran momentos de incertidumbre. Decidí llamar a mi hermano porque consideraba que darle una noticia así a mis padres por teléfono no era nada agradable. Evidentemente a mi hermano tampoco, pero quizá él en esos momentos iba a ser un poco más fuerte que mis padres.
¿Y públicamente?
Decidí hacerlo público por lo que te decía, que el 2020 iba a ser mi último año tenístico y primero la pandemia, luego la enfermedad. A final de año venían dos torneos muy importantes, la gente iba a ver que yo me los perdía y tenía que darles un motivo.
También quise hacerlo público porque creo es muy importante darle visibilidad. Muchas personas te tienen como ejemplo y hay que darles la oportunidad de tener esperanza y saber que se pueden curar. Me parece muy bonito. Pero sobre todo, para hacer eco de estas enfermedades que son muy complicadas y por desgracia se llevan la vida de muchas personas.
¿Necesitaste ayuda psicológica?
En mi caso no. Soy una persona muy tranquila y me lo tomé con normalidad. Los médicos me dieron muchísima confianza y esperanza. Hablar con otros pacientes también me ayudó.
Sin embargo, entiendo que se pasan momentos complicados. Sobre todo cuando el tratamiento no da resultado. Y ya no solo a las personas enfermas, sino a los familiares. Yo creo que hay que tener ese apoyo psicológico que es muy importante, es muy necesario. No hay que esconderse, hay que hablarlo abiertamente, porque yo creo que expresar los sentimientos sirve de mucho.
¿Qué es lo que más te dolió?
Lo que más te duele es la parte emocional. Creo que tus familiares lo pasan un poco peor que tú y eso es lo que te duele, ¿no? Ver que ellos te quieren ayudar y muchas veces no saber cómo hacerlo. Lo ves en su cara y en los gestos. Es lo que más me dolía internamente.
¿Y lo que más te duele ahora?
Ahora lo que me duele es que desgraciadamente siga habiendo personas enfermas y que no haya una cura. Todo va muy lento y se cobra la vida de muchas personas. Hay que hacer un inciso y apostar por la investigación para que puedan tener todos los medios necesarios. Entiendo que es algo difícil pero entre todos, tenemos que intentar que vaya desapareciendo porque no es justo que las personas enfermen y mueran por ello.
Un mensaje de aliento
Sobre todo les diría que no perdieran la esperanza. A veces es complicado por un tema de cansancio físico o incluso el dolor psicológico de ver que estás luchando y no da resultado. Pero no la pierdan porque a pesar de tener esta enfermedad, la vida sigue valiendo la pena y ojalá, puedan curarse al 100% para poder disfrutarla.
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