Basado en ciencia y con datos objetivos, Uruguay mostrará al mundo que su ganadería es sostenible, partiendo de la Huella Ambiental. Esta herramienta lanzada por el gobierno esta semana, incluye la medición de variables como agua, suelo, aire y biodiversidad, que, a su vez, están relacionadas con los compromisos internacionales que asumió el país en materia de protección ambiental. El presidente de la República, Luis Lacalle Pou y las más altas autoridades de gobierno, participaron el lanzamiento, remarcando el compromiso político con este tema.
La estrategia de Uruguay va más allá de la huella de carbono, que sólo mide emisiones directas o indirectas de los cinco gases que causan el denominado efecto invernadero (metano, óxido nitroso, vapor de agua, dióxido de carbono y ozono). Incorpora otros parámetros que conforman el sistema productivo, en una ganadería en donde el 80% se realiza sobre campo natural y pastizales nativos.
El ambiental es un tema sensible para los consumidores, especialmente para los que conforman los nichos de alto valor y están dispuestos a pagar más por ese producto que no contamina y agrega valor, ya no solo por lo ambiental, también por el respeto al bienestar animal, el social y otras prácticas habituales en la ganadería uruguaya.
Los temas ambientales son tan importantes para el mundo y los países que tienen una sólida base exportadora desde la pecuaria que la primera ministra neocelandesa, Jacinda Arden, anunció que para abordar el cambio climático, los productores de su país deberán pagar un impuesto a partir de 2025 por las emisiones de metanos emitidas por la acción ruminal de sus vacas (la descomposición del pasto en el estómago del bovino). Los que adopten buenas prácticas se beneficiarán pagos como incentivos.
En Uruguay, se incentivan las buenas prácticas a través de la concientización, buscando ganar mercados y generar valor, que a la larga genere mejores empleos y mayores ganancias.
VISIÓN OFICIAL. Para el Ministro de Ambiente, Adrián Peña, es importante demostrarle al mundo cómo produce Uruguay, porque el país tiene “muchísima cantidad y calidad de información, recabada durante años por los diferentes organismos públicos, pero también por la Academia”.
La meta es comunicar “de manera transparente, cómo produce el Uruguay para cumplir con los requerimientos de ese nuevo consumidor exigente, que pide determinados parámetros que Uruguay puede demostrar y puede estar a la altura de sus inquietudes”, destacó Peña.
Según su visión, la Huella Ambiental permitirá poner en valor al sistema productivo, pero “hay que demostrarlo de manera científica y sería”, a la vez de identificar oportunidades de mejora. “Uruguay debe avanzar en certificar procesos, productos y sobre eso conseguir determinados beneficios que empujen”, remarcó el ministro de Ambiente.
A su vez, el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, comparte esa visión y recordó que la ganadería en Uruguay “tiene 400 años y demostró que preserva el medio ambiente, pero el consumidor, muchas veces, tiene información parcial. El cambio climático es una realidad que afecta al mundo y los grandes generadores son los sectores industriales, los vinculados a la producción petrolera y las grandes economías que cargan de anhídrido carbónico la atmósfera.
Nuestro sistema productivo emite gases, pero también captura carbono”. Mattos destacó: “tenemos menos de 10% de emisiones con relación al mundo, pero se nos colocó muchas veces en el banquillo de los acusados”.
Privados. El sector productivo apoya la iniciativa de medir y certificar los procesos productivos.
“Es muy positiva la certificación de procesos productivos, si no genera más costos, si abre mercados o logra que se pague mejor por el producto. Para el productor, siempre es bueno que en estos procesos, reciba los beneficios como primer eslabón de la cadena, aunque muchas veces esos beneficios sean poder seguir produciendo”, afirmó Pablo Perdomo, presidente de Cooperativas Agrarias Federadas (CAF).
Sostuvo que hay que ver que “toda esta movida, desde el punto de vista productivo, tiene que ser lo más inteligente posible” y evitar que “en un futuro no se vuelva en contra del sector ganadero”. En ese sentido hizo alusión a la iniciativa impulsada en Nueva Zelanda.
Según su visión, las certificaciones de procesos “están muy bien, pero en las reglamentaciones tenemos que ser cuidadosos, porque el lobby ambientalista es desproporcionado, injusto y general, los que más contaminan son los que más fuerza tienen para hacer lobby y poder bendecir las cosas que hacen mal”.
El titular de CAF sostuvo que a Uruguay se le ve “trabajando muy bien en los temas ambientales, que tienen que ir acollarados con los productivos”.
En 400 años de historia la ganadería uruguaya creció sin deforestar áreas.
Conciencia. Para el presidente de la Federación Rural, Martín Uría, Uruguay produce con conciencia y cuidando los temas ambientales.
“Lo que tenemos que evitar es que nos dirija un discurso político europeo que lo que trata es marcarle al mundo por dónde deben ir las cosas”, destacó.
“Los productores uruguayos hacemos muy bien las cosas y si pasando por fuera de las instituciones logramos mostrarle al mundo la forma en que producimos, es claro que los consumidores entenderán que en Uruguay se produce cuidando el medio ambiente”, reconoció el presidente de la Federación Rural.
A su vez, para el presidente de la Asociación Rural, Gonzalo Valdés, que en su discurso de clausura de la Expo Prado remarcó la importancia de atender y profundizar en los temas ambientales, consideró que “el valor agregado ambiental abre una oportunidad” para la ganadería uruguaya.
“Por naturaleza, Uruguay y su producción es amigable con el medio ambiente, sin perjuicio de lo cual se trabaja para poder profundizar la información, la certificación y la medición de los efectos del cambio climático”, afirmó Valdésganadería, medio ambiente, certificación ambiental
El otro equipo celeste que generó la jugada de gol
El equipo interinstitucional de técnicos que se puso la celeste y diseñó el documento de la Huella Ambiental, está conformado por
integrantes del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, Instituto Nacional de la Leche, Instituto Nacional de Carnes. Se sumaron miembros de los equipos técnicos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y el Ministerio de Ambiente (MA). A su vez, fueron convocados a título individual la Universidad de la República (Udelar) y la Mesa de Ganadería sobre Campo Natural. El trabajo se subdividió en tres áreas: biodiversidad, aire y suelo y agua, para trabajar en la selección de los indicadores de la huella ambiental ganadera. Se incluyen indicadores parciales de ovinos y se excluyen aves y cerdos.
La experiencia del sector privado con carne carbono neutro
La Huella Ambiental permitirá medir, en base a ciencia, el impacto sobre suelo, agua y aire de la ganadería uruguaya, incluyendo la fase de producción primaria y la industrial en tres niveles de determinación: nacional, local y de producto.
Los datos generados por un equipo de 50 técnicos, permitirán mostrar que Uruguay cumple con los acuerdos internacionales en materia de cambio climático, pero también para brindarle al consumidor las máximas garantías sobre el producto que consume y lograr valorizarlo.
Entre los primeros pasos que dio el sector privado estuvo la medición de la huella del carbono en carne, donde hay cuatro empresas certificadas por LSQA. Los avances incluyeron la colocación de cortes carbono neutro en el mercado internacional, mostrando que se puede y que vale la pena por la valorización lograda. La empresa Mosaica fue la primera en exportar cortes carbono neutro a la Unión Europea.
“Nuestro mercado continúa siendo Suiza, pero se fueron sumando otros secundarios y en el abasto local nos han pedido algunos cortes, así que también vamos a vender en el abasto”, contó a El País Sebastián Olaso, Gerente General de Mosaica S.A. En este caso son cortes Angus de altísima calidad, producidos en establecimientos con ciclo cerrado.
Hay un interés creciente por la carne certificada carbono neutro y la empresa está en el camino de dar otros pasos en la certificación de atributos que sumen valor al producto.
La buena noticia es que esa certificación para demostrar en base a datos que el producto cumple con las exigencias de los consumidores, no obligó a cambiar el sistema productivo.
“Todo esto que está haciendo el gobierno es muy meritorio, tiene un equipo técnico detrás que es impresionante, pero son trabajos a largo plazo y requieren mucha dedicación”, reconoció Olaso en referencia a la iniciativa de la Huella Ambiental. Olaso reconoció que “cualquier efecto de diferenciación y sobre todo en el tema ambiental en su contexto general, implica un desafío nuevo”.
El Gerente General de Mosaica S.A. insistió en que la certificación de producto “es fundamental para darle transparencia a la exportación. Que una empresa internacional como LSQA certifique es lo que da la validez y respaldo a ese producto”, remarcó.
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