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Eventos como la DevCon, tan llenos de actividades, gente y conferencias interesantes pueden drenar la energía del etherean más emocionado, en cuestión de un par de días. Sin embargo, cuando se llega al último día, parece que llega un impulso desde algún metaverso que va energizando todo el lugar.
La entrada en la mañana del 14 de octubre estuvo tranquila y parecía que la jornada en general mantendría este espíritu. Nada más alejado de la realidad. El centro de convenciones Ágora fue llenándose hasta llegar a la capacidad que mantuvo los primeros días de la DevCon VI.
El último día, a nivel periodístico, no estuvo más ligero. Tuve la oportunidad de entrevistar personalidades de la comunidad entusiasta de la web3. Entrevistas que esperamos presentarle a ustedes, nuestros lectores, tan pronto como sea posible.
Luego de las entrevistas y algunas conferencias que pudimos atender, aproveché la oportunidad de conocer de primera mano la «Ethereum Jungle».
Se trata de un salón dedicado al descanso. El espacio está ambientado con parafernalia de tema selvático y sonidos relajantes. Si no hubiese estado pendiente de mi teléfono y me hubiese recostado con los ojos cerrados, puede que aún estuviera allí.
Al salir del microdescanso que logré disfrutar, seguimos activos en nuestras labores periodísticas. Logré conversar con varios de los asistentes al evento, que vinieron de distintos rincones del mundo y con diferentes perspectivas y objetivos.
No obstante, en la mayoría de los casos, las reacciones de los asistentes sobre el desarrollo de la DevCon fueron positivas.
Solo uno de los asistentes comentó haber estado un tanto insatisfecho, pues, como desarrollador, esperaba aprender algo nuevo y no fue así. Los temas que se trataron él ya los manejaba bien.
A nivel de seguridad todo se desarrolló sin inconvenientes en el espacio donde se llevó a cabo el evento, según comentarios de miembros del equipo de logística.
El cierre de la DevCon se hizo por todo lo alto. Participaron grupos de baile y comparsas colombianas que encendieron el ambiente festivo de todos los asistentes desde los pisos superiores del Ágora.
La gente, entre bocadillos y tragos, se unió a la fiesta y se dejaron llenar del fuego latino que caracteriza a esta región sudamericana. Sin embargo, como dice la canción «todo tiene su final».
En este momento, el corazón se convierte en un coctel de satisfacción, cansancio y nostalgia, por lo mucho que se trabajó, los logros que se alcanzaron y el final de un evento tremendo que, mientras escribo esta nota, me hace tener que trancar las lágrimas en la solitaria sala de prensa de la DevCon VI.