A ver quién es capaz de calcular cuántas veces ha estado Miguel Ángel Revilla en El Hormiguero. Imposible. Ni él lo sabe, ni en El Hormiguero lo saben. Dijo anoche que cree que unas 28 o 29 veces. Tela marinera. Miguel ángel Revilla es un fijo ya de El Hormiguero. Tan fijo que el próximo 23 de enero, que es su 80 cumpleaños, ya tiene plan. El invitado que tiene taza de oro, silla de oro y, el único que tiene exclusivos minutos promocionales cada vez que va, hizo una petición y, por supuesto, Pablo Motos se la concedió: quiere estar el día de su cumpleaños con su mujer, Aurora, en El Hormiguero. Lo que desees.
Y sí, hoy de nuevo, habrá críticas a que otra vez Miguel Ángel Revilla en El Hormiguero, a que otra vez con sus cosas, a que otra vez dando a diestro y siniestro… Pero es que en el Día de la Hispanidad, en el día del desfile de las Fuerzas Armadas, en el día de los corrillos, de los besamanos, de unos con otros y otros con unos, el político que se sentó en el programa más visto de la televisión -seguro que anoche con él otra vez-, y el único que va sin caretas y que cuenta lo que pasó, sin más, sin autocensura, es él, es Miguel Ángel Revilla.
Reportaje
Pero con el tema de los corrillos y el ambiente, como con el futuro de Pedro Sánchez, de la guerra de Ucrania, de Vladimir Putin, de las elecciones autonómicas, de los impuestos y de lo que le pongan. Le dijo Revilla a Pablo Motos que la gente cuando le ve por la calle le identifica con El Hormiguero y le reprocha que Pablo Motos no le deja hablar. Creo que Revilla dejó que Pablo Motos le hiciera cuatro o cinco preguntas de la hora que duró la entrevista. Ni hormigas, ni ciencia, ni nada de nada, cuando Revilla va a El Hormiguero, El Hormiguero se paraliza.
Revilla, la princesa prometida de El Hormiguero
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. Es decir, que tienes a uno de los asistentes al desfile y, encima, a uno que no calla nada, pues cuál iba a ser la primera de esas cuatro preguntas. Obvio, qué ha pasado que no se haya visto en la televisión. Al parecer, a Revilla, que le encanta ir al desfile porque “me considero muy español e hice la mili y llegue a sargento” -no llegó a alférez por un tema de altura-, no es muy de los corrillos. porque “son todos fingidos”. Según contó, siempre les dicen que hay que estar a las 10.30 horas, pero él llega a las 10:55 porque no quiere, hablando en plata, el ‘mamoneo’ previo. Llega a menos cinco, saluda con educación y cortesía, y se va con el presidente de Asturias, Adrián Barbón, con el que está “hermanado”.
Disfruta del desfile y después va al besamanos en el Palacio Real y pa’ casa. Y precisamente ha sido en el besamanos donde Miguel Ángel Revilla ha sido protagonista. Según ha contado el presidente de Cantabria, el Rey le ha dicho unas palabras y todo el mundo se ha pensado que le estaba recriminando las palabras que Revilla ha dirigido en los últimos meses a su padre. Pues no. “En la vida lo ha hecho. Y es muy inteligente para saber que no puede decirme nada porque es mi libertad de expresión. Y él sabe que no me meto con su padre sino con un jefe de Estado que no cumplió y evadió impuestos”.
¿Y entonces qué le dijo el Rey? Igual si es otro político el que está sentado en El Hormiguero la respuesta hubiera sido un silencio o una evasión o victoria, pero con Revilla, no. Revilla a Pablo Motos le entrega hasta su corazón: “La consigna en el besamanos es ‘no te pares a decirle qué barba tan larga te has dejado’ porque somos muchos. Yo ya le había saludado primero abajo. Me ha preguntado que si me pasaba algo. ‘Te veo mucho más delgado que la última vez’, me ha dicho. Y yo le he respondido que no me pasaba nada. Me ha debido ver peor que la última vez. Misterio resuelto.
De nuevo, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, Revilla cuenta la anécdota y a la vez le suelta un sopapo, otra vez, al Rey emérito. Pero el desfile seguía siendo el tema de interés. La segunda pregunta de Pablo Motos: “Sobre los abucheos… He oído tres versiones. Una es que es un acto de libertad, otra que es un gesto de mal gusto y también que es una tradición. ¿Tú que crees?”.
Pues si con el Rey no tiene pelos en la lengua con los abucheos mucho menos. Todos los años, los abucheos al presidente en el desfile son un fijo, como el carnero de la Legión. “Un clásico”, dijo Revilla. “La gente que va es la esencia pura de la bandera española. Y los pisos que hay detrás se ven que no son de protección oficial… Incluso he oído una frase que decía Revilla no le lleves anchoas a ese. Esas terrazas están llenas de gente que lleva los calzoncillos con la bandera de España y no perdonan que este gobernando con los catalanes y con Bildu. A Zapatero lo breaban durísimamente. Pero yo no recuerdo que cuando estaba gobernado Aznar y Rajoy se les pitara”. Pues dicho queda.
“Hijo puta..”, añadió por lo bajini Pablo Motos. “Eso era el estribillo, pero no lo digo en horario infantil”. Ya ha dicho bastante. Y a otra cosa mariposa, pero la cosa que quiera Revilla porque, aunque Pablo Motos, intenta siempre por todos los medios llevar una estructura y un guion, con Revilla es imposible. Tocaba el tema de los impuestos, pero Revilla se sale por la tangente. Pablo Motos lo intenta, repregunta, vuelve a insistir, pero aquí es Revilla el que lleva la voz cantante. Que hay que hablar de impuestos, de elecciones autonómicas, de que los políticos se acerca la fecha y se vuelven locos, pues claro. Revilla lo dice y no se corta ni medio pelo, como con nada. Que puede gustar más o menos lo que dice, para gustos los colores. Que puede parecer un pesado… Cuando estás día sí y día también en todos los programas, lo raro sería que no se le calificara de pesado. Con eso ya cuenta. ¿Pero y lo que consigue estando en todos los programas?
“A mis alumnos de la universidad yo les decía que lo fundamental de un país es la unidad de mercado. Lo que no se puede tolerar de un país es que unos cobren una cantidad y otros otra. No he bajado todavía los impuestos, pero a gente de menos 30.000 euros si lo vamos a hacer”. ¡Hombre, por favor, que estamos casi en año electoral!
“¿Si no hubiese elecciones autonómicas en mayo habríais bajado los impuestos?”, preguntó Pablo Motos. Y llegó la berrea. “No. Ahora hay un periodo que la gente va a los montes para escuchar la berrea. Se ponen en celo los venados. Y los políticos entra en berrea cuando hay elecciones, incluso yo”. Sí, pesado, pero sincero como Revilla pocos nos vamos a encontrar. ¿Ahora entiendes porque ha ido 28 o 29 veces a El Hormiguero? Eso, y las audiencias, por supuesto. La gente dice estar cansado de ver Revilla día sí y día también, pero va a El Hormiguero y marca una audiencia que… que tela. ¡Un 17,4% de cuota de pantalla!
Revilla, “más fuerte que el semen de Ortega Cano”
Dice que hasta que no pase la revisión médica el próximo día 17 no sabe si se va a presentar a las elecciones autonómicas del próximo mes de mayo. Lo dice por poner un poco de intriga porque él mismo es quien a la vez asegura que quién mejor que él para presentarse. 80 años que va a cumplir y está “más fuerte que el semen de Ortega Cano”. ¿Quién mejor que Revilla para seguir vendiendo su tierra? Pero si cada vez que va a El Hormiguero lleva una lista de más de 200 peticiones para que haga promoción. Anoche tocaron los sobaos, San Tiburcio, un colegio, un coro… Se presente él o se presente otro, Revilla seguirá yendo a El Hormiguero hasta el final de sus días.
Y seguirá dando titulares y seguirá soltando por su boca todo lo que le venga a la cabeza. Es un quid pro quo. Pablo Motos le deja hablar de lo que quiera, le deja hacer promoción, le regala minutos, paraliza El Hormiguero… Y, a cambio, Revilla le da audiencia y le suelta su verdad.
Como con la guerra en Ucrania. Ya la lio hace unos meses con unas palabras sobre la guerra que no gustaron ni un ápice. Pues, anoche, aunque más comedido, aunque más cañero con Putin volvió a decir lo mismo, que hay que negociar con “este dictador” porque si hay que darle al botón de la bomba nuclear, él lo va a hacer.
“Tal y como está montado el mundo las guerras forman parte del sistema como imprescindibles. Todo lo que vemos aquí tiene una caducidad. Todo tiene un ciclo. La industria más importante del planeta que es la industria del armamento, imagina si no hay guerras. Necesitan un sitio donde no haya muchos muertos pero caiga mucha munición (…). Esta guerra la pagan dos, la paga Ucrania que la van a dejar laminada en esa parte. Y el otro, Europa. EEUU ha vuelto a ser la gallina que cuida de los polluelos. ¿Y sabes quién nos va a vender la armas? Había que decirlo”. Pues, otra vez, dicho queda.
“Una vez que las empresas de armas ya están contentas hay que empezar a negociar, que esto conduce a una hecatombe. Las guerras no traen nada bueno. Y en esto habrá que ceder algo porque Putin tiene la bomba atómica y éste la tira”. Y, ahora, con el miedo en el cuerpo, a Revilla le volveremos a ver en El Hormiguero el próximo 23 de enero. Cómo desees…
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