Que nadie es profeta en su tierra lo tiene claro Javier Roca, ex futbolista chileno, quien actualmente comienza su carrera de entrenador en la liga de Indonesia. A inicios de la década del 2000, abandonó la competencia de Primera B y por más de una década jugó en el país asiático. Hoy, el ex volante afronta la segunda temporada de su nueva etapa como DT. Lo hace en el Arema FC, uno de los clubes grandes del fútbol indonesio y que trágicamente se hizo conocido a raíz de los disturbios en un partido del torneo local que concluyeron con más de 100 personas fallecidas, en la ciudad de Malang.
“Está difícil la situación, estamos parados sin hacer algo. Casi todos los equipos dieron libre a sus jugadores casi por 10 días. El 18 de octubre llegará una delegación de la FIFA para ayudar en el tema de la regulación de los estadios y todo eso. Lamentablemente sigue muriendo gente, murió una niña de 16 años por problemas respiratorios, seguramente por la asfixia que sufrió en el estadio. Con los jugadores, nosotros seguimos visitando a los familiares de los fallecidos. Está para largo acá, la situación es muy triste y complicada”, manifiesta Roca a AS Chile.
– ¿El ambiente es de mucho pesar todavía?
– Sí, hemos participado en varios homenajes a las víctimas. Acá la religión es muy fuerte, se realizan rezos a distintas horas y horarios por las personas fallecidas. Por ejemplo a los siete días de lo que pasó, también a las siete noches. Acá la religión es muy fuerte, sobre todo la islámica.
– ¿Cómo está usted?
– No ha sido fácil todo esto, de a poco estamos intentando superar lo sucedido. En mi rol de entrenador, estoy tratando de darles el mayor apoyo posible a los jugadores. La idea, por ahora, es juntarnos el próximo lunes y partir con sesiones de psicólogo y todo eso. También vamos a tener que empezar a entrenar, porque llega un momento en que no puedes dejar de hacerlo. No sabemos cuándo va a empezar el campeonato.
Llegada a un grande
Más allá de la tragedia vivida, la historia de Roca es llamativa en Indonesia: “El año pasado estuve en Persik Kediri, que estaba bien abajo en la tabla y con riesgo de descender. Asumí, nos salvamos del descenso y terminamos como en la posición 10 ó 9 más o menos. Seguí en ese equipo, lo estuve dirigiendo en las primeras fechas y se nos complicó el panorama. Tuvimos unos empates como visita y perdimos de local. Entonces, entre ambas partes decidimos ponerle fin al contrato”.
“Pasaron unos días y me llamó la gente de Arema FC, que es uno de los equipos grandes de acá en Indonesia. Ellos habían salido campeones de una copa que se juega antes del torneo. Pasó que a los hinchas no les gustaba la forma de jugar del equipo. En el cuadro que yo estuve antes, nos caracterizamos por ser un equipo agresivo, que tomaba la iniciativa, con pressing alto. Entonces me llamaron y me contaron que estaban interesados en mí por cómo había jugado el equipo”, agrega el entrenador chileno.
– Una gran oportunidad entonces.
– No lo pensé dos veces. Que acá te llame un equipo como Arema FC es para asumir el desafío al tiro. Además, el plantel tiene buenos jugadores, es un equipo que está bien económicamente, con jugadores de nivel y de selección. El proyecto apunta a devolverle al equipo el protagonismo que tenía en las ligas anteriores. El equipo está en una ciudad que se llama Malang en la isla de Java. Estamos a una hora y media en avión de la capital Jakarta.
– ¿Qué había hecho antes de iniciar su etapa como DT en la liga profesional de Indonesia?
– Me vine de Chile a finales del 2018 y en 2019 empecé a trabajar en una academia que es española, se llama La Liga. Estuve a cargo de un par de categorías y el dueño de la academia me propuso ir a Persik Kediri. Ellos tomaron las riendas de ese equipo durante el año pasado.
– ¿Qué tal la competencia?
– El fútbol acá volvió el año pasado luego de que estuvo parado por la pandemia. Se empezó a jugar sin público y solo en algunas ciudades. Se juntaban los equipos y jugaban por un tiempo en una isla, por ejemplo. Hoy volvió el público y ya se juega de local y visita.
– ¿Estudio para dirigir allá en Indonesia?
– No, lo hice allá en el INAF, en Santiago. Fueron tres años de clases, me titulé de técnico y al año siguiente estuve de profesor ayudante. Terminé mi carrera de jugador acá y regresé a Chile a estudiar, pero siempre con la idea regresar posteriormente a Indonesia.
– ¿Cambia mucho el tipo de conducción? ¿Es muy distinto a la idea que tenemos acá?
– No tanto. Más que todo por el nivel futbolístico, por la capacidad táctica de los jugadores. Sobre todo la diferencia está en que acá no es un fútbol muy desarrollado, los tiempos son más cortos y si pierdes dos o tres partidos, ya te están echando. Se marca esa diferencia al no ser un torneo tan adelantado futbolísticamente, respetan muy poco los tiempos.
– Es un panorama complejo por lo que dice…
– Por eso a mí me pareció raro que mi actual club se identificara con la forma de jugar que tuvo mi equipo el año pasado. Acá, no se da mucho eso. Ganaste y eres bueno, perdiste y eres malo. Esto último me da la impresión de que se está avanzando un poco, de que hay cierto gusto futbolístico.
– ¿Cómo está conformado su cuerpo técnico? ¿Trabaja con otro chileno?
– En este momento, tengo un preparador físico que es portugués, un brasileño que es preparador de arqueros y el resto del staff es toda gente local. Yo tengo gente que me asesora en la parte física a distancia. Alfonso Coronado es profesor del INAF y de una carrera importante en Chile. Por asunto de tiempo y trabajo, él no se ha podido venir. Siempre estamos en contacto y estoy trabajando con él. Pasa lo mismo con Ángelo Romo, es el analista que tenemos. Trabajamos a distancia y el tema del video análisis está un poco atrasado acá. Le mando los videos, él los analiza y los edita, y me los va mandando. Es como un cuerpo técnico chileno a distancia.
– Usted dice que allá solo importa ganar, ¿pero hay cierto margen para concretar algún proyecto en un club?
– Mira, yo armé un proyecto para Arema FC, se lo presenté a la gente de acá y lo vamos a poner en marcha. Sin embargo, todo va a depender de los resultados. Hay hartos entrenadores extranjeros, muchos portugueses, hay un español, un alemán. Pero como te digo, se los lleva esta corriente de ganar y ganar no más. Es poco lo que pueden hacer, además no hay fútbol formativo acá, solo la Sub 18 y la Sub 16 están en competencia. Desde ahí hacia abajo no hay nada.
– ¿Cómo es dirigir a jugadores indonesios?
– Aquí cada club de Primera División puede contratar a cuatro extranjeros y de esos cuatro uno tiene que ser de Asia. El resto son todos locales, pero como yo hablo bien el idioma y como los conozco también, en ese aspecto se me han abierto muchas puertas. Por el trato que uno también tiene con ellos. Yo dejé de jugar acá el 2013, pero desde el 2010 estaba como en una doble labor, jugando y dirigiendo.
– ¿Cómo así?
– Cuando uno se empieza a poner viejo, se pone medio mañoso, quiere dárselas de entrenador. Y aquí por un asunto de personalidad, como es su forma de ser, un poco más sumisos, los últimos años que jugué lo hice dirigiendo también. Preparaba los entrenamientos y todo eso. Además, como dije, por el tema del idioma se me hizo más posible. Sé cómo tratar a los cabros locales, que son al final los que te ponen o te sacan de un equipo.
– ¿Qué espera para adelante?
– En este momento estoy en uno de los tres grandes de Indonesia y mi expectativa es ir de domingo a domingo, ganando los partidos y jugando bien. Y ahí vamos a ver qué pasa. Mi familia es de acá, mi señora y mi hija son de acá, y la idea es hacer una carrera lo más larga en este país. Si se puede la oportunidad por Malasia, por los países que están acá cerca, por qué no. Pero no trato de proyectarme a muy largo plazo.
– ¿Qué tal la vida en la ciudad donde reside?
– Salvo la capital Jakarta, que es una ciudad grande como Santiago, y Bali que siempre tiene muchos turistas, las otras ciudades del país son muy parecidas. El ambiente es tranquilo, acá Malang se caracteriza por ser una ciudad muy musulmana y acá dicen que la segunda religión es el fútbol. Es una de las ciudades más futbolizadas del país, la gente acompaña harto y el equipo es muy mediático.
– ¿Está conforme con lo que va logrando?
– Para ser mi segundo equipo y que se hayan interesado por cómo jugaba mi equipo anterior, la verdad me deja tranquilo. La idea de juego se está entendiendo, que era lo que yo estaba buscando. Acá siempre era el puntete para arriba y que el delantero se la arreglara no más, así era en la mayoría de los equipos. Hacer algo diferente dio algo de resultado, porque que este equipo grande se fijó en mí y me dio la posibilidad más que ganar, que el equipo juegue bien.
– ¿Volver a dirigir a Chile está en sus planes?
– No, no está en mis planes, solo de paseo. Cuando me vine para acá, me di cuenta de que desapareces del mapa. En el fútbol, te quedan solo los amigos de infancia, esos que tuviste en cadetes. Aparte, no conozco ningún representante en Chile, así que estoy jodido.