En el marco del foro organizado en el Centro Cultural de la Ciencia C3, dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, ocasión en la que 130 jóvenes junto con científicos, activistas y educadores se nuclearon para reflexionar sobre cambio climático, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, recibió ayer un manifiesto que expresaba las conclusiones a las que se había arribado. El escrito, que también fue entregado al titular de la cartera de Ciencia, Daniel Filmus, plantea desafíos, objetivos y una propuesta de plan de acción deseable.
“La pandemia nos demostró que la salud es colectiva, es transversal y trasciende al equipo de salud propiamente dicho. La salud ambiental es un ejemplo muy claro de eso e involucra a todos los sectores”, sostuvo la titular de la cartera sanitaria nacional y expresó que es su objetivo continuar con estas articulaciones. “Los ejes que se han planteado en el foro son muy relevantes y muchos de ellos tienen relación directa con la salud”, manifestó.
En efecto, en relación a lo expuesto, Argentina presentó en agosto junto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el Proyecto Readiness para incrementar las capacidades del sector salud y fortalecer la coordinación de la acción climática en el país. El mismo es el primero en salud a nivel mundial financiado por el Fondo Verde del Clima (recibió 299.839 dólares) y su propósito es conformar un sistema sanitario con emisiones bajas de gases de efecto invernadero a través de mecanismos de coordinación, evidencia científica, y con las capacidades institucionales y técnicas adecuadas, ya que el mencionado Fondo que propicia un cambio de paradigma apoyando a los países a minimizar sus emisiones nocivas y reducir los efectos del cambio climático.
Al reflexionar sobre estas intersecciones y transversalidades, Vizzotti planteó que “Sin un ambiente sano, sin un ambiente en el que trabajemos para lograr menor impacto en el planeta, es muy difícil tener una salud integral. Incluso debemos pensar, por ejemplo, cómo afecta la crisis climática en enfermedades transmitidas por vectores”, sostuvo.
Así mismo la ministra refirió a la “Estrategia Nacional de Salud y Cambio Climático “para reducir la morbimortalidad” que cuenta con 21 medidas y 5 enfoques transversales compuestos por abordajes por cursos de vida; géneros y diversidad; gestión integral del riesgo; transición justa y Una Salud. Y, en relación a lo expuesto, concluyó: “Somos parte del gabinete nacional de cambio
climático”.
En atención a lo antedicho, resaltó además que “El agua, por caso, al igual que las vacunas son las dos estrategias que más salvaron la vida en la humanidad. Por eso tenemos que trabajar fuertemente desde el Estado provincial, municipal y nacional, involucrando a la sociedad y a las juventudes”, dijo.
Por su parte, Filmus celebró la ocasión de encontrarse para reflexionar y avanzar en los compromisos. “El aporte de la ciencia y la tecnología nos permite ser más cuidadosos con el ambiente. Nosotros le pertenecemos a la Tierra. Es importante la reflexión sobre las propuestas y pensar cosas concretas para cambiar las que tal como están no nos gustan”, propuso al tiempo que agregó que: “Hay que dar una lucha para que estas cosas sean ciertas porque cuando discutimos no debemos perder de vista de que del otro lado hay intereses. Por ejemplo esta semana no salió la ley de humedales y hay intereses que no quieren que salga. Hay que dar una lucha”, alentó.
También presente en la jornada final de los tres días de debate (29 y 30 de septiembre y 1 de octubre), Ana Franchi, presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) celebró la iniciativa; llamó a que se multipliquen estos espacios de diálogo y destacó el compromiso de las y los jóvenes. “Es indispensable que la ciencia sirva siempre para mejorar la calidad de vida de todas y todos. Tenemos que construir un mundo mejor; es el único que tenemos y para eso es necesario que trabajemos con compromiso y en conjunto”, señaló.
El manifiesto colectivo emergido en el foro Estamos en el Horno fue creado por los y las participantes pensando en los impactos que está sufriendo el mundo. Parte de su texto esboza: “Sabemos que enfrentar el cambio climático no será fácil si no es prioridad en la agenda política, si no se destinan recursos, por la indiferencia de algunas personas, por la represión a activistas, la falta de compromiso, el lobby y los intereses personales, sectoriales y económicos, por la falta de aplicación de leyes de cuidado ambiental.” En la misma línea argumentativa destaca que “queremos un planeta con justicia ambiental, sin desigualdades, inclusivo, con aire fresco y verde, ecofeminista, democrático, seguro e igualitario, pluricultural, que la población reciba el beneficio de la ciencia y que la ciencia sea comprometida e interdisciplinaria”.