Si, como informamos en este diario hace más de dos años, en un artículo que llevaba por título La disparatada idea de convertir el Real Madrid femenino en la Selección española, y más recientemente explicamos en otro titulado La conexión que sostiene a Vilda: “Si quieres ir a la Selección, antes tienes que ir al Real Madrid”, podría pensarse que el “ridículo mundial” del que habló Jorge Vilda en su ridícula rueda de prensa del pasado viernes le ha permitido salirse con la suya y convertir a la Selección española femenina de fútbol en el Real Madrid o viceversa.
Causalmente, el club que preside Florentino Pérez, titiritero de Rubiales, no cuenta con ninguna jugadora entre las 15 ‘amotinadas’ y, por contra, tiene nada menos que a diez entre las convocadas. Salvo alguna excepción que confirme la regla, la mayoría nada cómodas en el papel de esquiroles. Normal que a cualquier persona que no conozca en profundidad o se asome por primera vez al fútbol femenino español se le escapen cosas y, por ejemplo, no entienda la fractura claramente provocada entre las madridistas y sus compañeras de otros clubes como FC Barcelona, Athletic, Atlético o Real Sociedad, además de las que juegan en la Premier y otras ligas extranjeras,
Mientras las azulgranas están lideradas por la lesionada Alexia Putellas y apoyadas por su presidente, Joan Laporta, en el caso de las blancas sigue jugando un papel fundamental Ana Rossell, la que fuera presidenta del CD Tacón, el club que el Real Madrid absorbió para tener equipo femenino. La ahora directora deportiva mantiene a su vez una estrecha relación con el responsable federativo de integridad y seguridad. Toda una paradoja, pues en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas no falta quien opina que, además del propio Vilda, el susodicho Alfredo Lorenzo fue el encargado de que las madridistas no se sumaran al motín iniciado con una llamada a Rubiales.
Si el gran objetivo de Vilda y Rossell era convertir a España en el Real Madrid o viceversa, cada vez están más cerca de conseguirlo. Con la convocatoria de Misa Rodríguez, Ivana Andrés, Rocío Gálvez, Olga Carmona, Teresa Abelleira, Maite Oroz, Claudia Zornoza, Esther González, Athenea del Castillo y Lucía Rodríguez. De haber llevado también a Nahikari García, tendrían un once completo. Las otras jugadoras españolas que faltan son Marta Corredera, que dio recientemente a luz y, lógicamente, no está aún para jugar, y Claudia Florentino, quien, a pesar de su apellido, no tiene minutos.
Y a todo esto hay que sumar la convocatoria para la Selección Sub 23 de Lorena Navarro, exjugadora del CD Tacón a la que representaba la propia Ana Rossell, cuyas convocatorias brillan por su ausencia esta temporada con el Real Madrid y fue una de las que se negó a firmar la carta pidiendo la destitución del anterior entrenador, David Aznar. Pero, claro, la encargada de esta selección es Laura del Río, también con pasado en el Tacón y exvicepresidenta del Comité de Fútbol Femenino de AFE, con Rubiales entonces presidente de este sindicato. Así se escribe la historia, que suele decirse…
Los Premios Fútbol Draft
Pero hay más. Vilda y Rossell, creadores del “si quieres ir a la Selección, antes tienes que ir al Real Madrid”, también utilizan los prestigiosos Premios Fútbol Draft, en marcha desde 2006, pero desde 2010 con jugadoras, para manejar a futbolistas que les interesan promocionar. No en vano, ambos forman parte de su comité técnico. Jorge, en calidad de seleccionador femenino, y Ana, como AR10, es decir, la que fuera su empresa de representación, y “experta en fútbol femenino”, sin hacer mención a su puesto de directora deportiva del Real Madrid. ¿Acaso no vulnera esto el Código Ético del club que preside Florentino Pérez al haber un claro conflicto de intereses? ¿Si se sabe, por qué se permite? No en vano, Rossell ha sido denunciada hasta en tres ocasiones ante la Comisión Ética, dos por jugadoras de la cantera y una tercera por un empleado.
Volviendo a la rueda de prensa de Vilda, hay que ser muy cínico para asegurar que cuando leyó el email que enviaron las 15 futbolistas, “sentí un poco de confusión porque no sé lo que demandan. Me gustaría que me hubieran hablado con claridad en persona. No estaríamos en la situación en la que estamos. Seguro que ha habido falta de diálogo, pero no por nuestra parte”. Solo el desconocimiento —y alguno también desprecio— que la mayoría de periodistas deportivos tienen sobre los entresijos del fútbol femenino español, le permite al seleccionador, no solo no recibir todas las críticas que se merece, sino incluso tener algunos defensores.
Sí, tiene gracia cuando más de uno pregunta, incluso delante de un micrófono, por qué las futbolistas no hablan claro. ¿Acaso lo hacen los futbolistas? La diferencia es que no lo necesitan, ya que en su lugar lo hacen otros, empezando por los propios medios. Y si alguien tiene alguna duda de lo que sucede, ahí están las declaraciones que hizo a este diario Damaris Egurrola, una futbolista que se atrevió a denunciar mentiras, amenazas y presiones de Vilda, pero a la que, sin embargo, nadie hizo caso y terminó teniendo que renunciar, ella sí, a jugar con la Selección española para hacerlo con los Países Bajos.
La obsesión por controlarlo todo
Contada está la obsesión de Vilda por controlarlo todo. Empezando por el vestuario, pero también el departamento de prensa, del que nada sale sin su autorización. No solo les dicta a las futbolistas lo que tienen que decir, sino que incluso supervisa los titulares de la web federativa. Por esto, ir a esta selección española, al margen de temas puramente deportivos que no les gustan, son tan agobiantes para las futbolistas. Y aquí es donde Ana Rossell vuelve a jugar otra vez un papel fundamental, pues, a través de algunas jugadoras del Real Madrid, controla todo lo que se dice en las concentraciones. Si hay que tomar medidas, ya está su amigo…
Cuando Vilda dijo que “ahora vamos a volver a tener el ambiente que tuvimos durante seis años: de familia, de orgullo, con el disfrute que supone entrenar con las mejores”, no hizo sino delatarse. Para él, las mejores son las que no molestan y llegan de su mano o de mano de Rossell. Como comentaba al principio, que el Real Madrid esté claramente posicionado del lado de la RFEF, hasta el punto de permitir que sus futbolistas hayan sido coaccionadas para no unirse al motín liderado por Alexia Putellas e Irene Paredes, también juega a favor de él, pues no hace falta recordar el importante sector de la prensa que controla Florentino.
Aunque solo sea por aquello de que la dignidad es el amor que nos debemos a nosotros mismos, es evidente que el asambleísta Vilda quiere más a su cargo de seleccionador, de ahí que siga aferrado a él a pesar de que el mensaje de las futbolistas no pudiera ser más rotundo. Decir que “hay muchas jugadoras que se tienen que rodear de personas con valores”, cuando estos en la RFEF que preside Rubiales brillan por su ausencia, es de una tremenda desfachatez. Con razón, uno de los memes sobre su esperpéntica intervención bromeaba con el hecho de que Vilda había convocado a las ocho chicas de Salobreña, en referencia a la orgía que el tío y ex jefe de gabinete de Rubiales denunció en la Fiscalía Anticorrupción. Y todavía alguno se preguntarán de qué se quejan las futbolistas…
Si, como informamos en este diario hace más de dos años, en un artículo que llevaba por título La disparatada idea de convertir el Real Madrid femenino en la Selección española, y más recientemente explicamos en otro titulado La conexión que sostiene a Vilda: “Si quieres ir a la Selección, antes tienes que ir al Real Madrid”, podría pensarse que el “ridículo mundial” del que habló Jorge Vilda en su ridícula rueda de prensa del pasado viernes le ha permitido salirse con la suya y convertir a la Selección española femenina de fútbol en el Real Madrid o viceversa.