Durante años diversas investigaciones han documentado la incidencia del cambio climático en los ecosistemas terrestres, y han alertado que las plantas son particularmente sensibles al aumento de la temperatura.
Recientemente ha sido publicado en la Proceedings of the National Academy of Sciences, un estudio de investigadores liderados por la Universidad de Oregón, Estados Unidos, que afirma que la capacidad de las plantas para realizar la fotosíntesis puede disminuir como consecuencia del calentamiento global.
La teoría se sustenta en el análisis comparativo de la temperatura en las hojas en las copas de árboles en seis bosques en Norte y Centro América, y parámetros ambientales como la temperatura del aire, la humedad relativa y la radiación, en diferentes horarios y estaciones del año.
Esta información registrada en una base de datos, de acceso abierto, permitió concluir que las hojas en la parte alta se calientan más rápido que el aire durante el día, y se enfrían por debajo de la temperatura ambiental al final de la tarde, lo cual incide directamente en el metabolismo del carbono y los intercambios de agua y energía de los árboles.
Esta afirmación es contraria a las teorías predominantes sobre el tema, conocidas como de la homeotermia limitada, que afirman que las hojas en las copas de los árboles son capaces de mantener la temperatura adecuada para que tenga lugar la fotosíntesis.
Esta nueva investigación sostiene que el enfriamiento en las hojas “altas” por debajo de la temperatura del aire circundante no está ocurriendo, por lo que al disminuir la capacidad de realizar la fotosíntesis, se reducirá la capacidad de los bosques para extraer el carbono de la atmósfera, y el daño por calor será irreversible en los ecosistemas de climas más cálidos y secos.
¿Plantas más sedientas?
Es irrefutable el hecho de que las plantas son responsables del 60% del flujo del agua entre la tierra y la atmósfera, es decir del ciclo hidrológico. Varias publicaciones científicas dan cuenta de que al finalizar este siglo las plantas consumirán más agua, y competirán con la destinada para el consumo humano.
Si no se reducen sustancialmente las emisiones de CO2, la temperatura aumentará entre 1,5 y 4 °C, lo que un resultado probable sería el crecimiento de la flora.
Pudiera inferirse que al aumentar la concentración de CO2 las plantas necesitarían menos agua para realizar la fotosíntesis, pero al calentarse el planeta, las temporadas cálidas y secas serán más largas, y por tanto las plantas necesitarían más tiempo para crecer y consumir agua.