El aumento del salario mínimo es uno de los temas que ocupa buena parte de las discusiones económicas y laborales de final de año, y si bien por ahora el Ministerio de Trabajo, los gremios y las centrales de trabajadores aún están construyendo el cronograma para este año de la Comisión de Concertación, son varios las conversaciones que se han dado en torno al tema, teniendo en cuenta que se espera una inflación cercana al 10% para 2022.
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Recientemente se publicó una investigación académica del Banco de la República, sobre los ‘Efectos macroeconómicos del salario mínimo en Colombia’, en la cual un equipo de 20 investigadores encontró que “el salario mínimo tiene efectos adversos en los flujos del empleo: reduce la creación y aumenta la destrucción de puestos de trabajo”.
De acuerdo con la investigación, un incremento del salario mínimo real en un 1% aumenta la destrucción de puestos de trabajo en 0,44 puntos porcentuales (pps), y tiene un efecto de -0,56 pps en la creación de empleos.
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Vale mencionar que estos documentos, que se divulgan en la Revista Ensayos Sobre Política Económica del Banco son independientes de las posturas del Emisor, y que las opiniones contenidas en este trabajo de investigación son responsabilidad exclusiva de las y los autores y no comprometen al Banco de la República ni a su Junta Directiva.
Para la publicación, los investigadores del Banco de la República se concentraron en los flujos, es decir, la manera en que impacta el salario mínimo a los flujos de creación y destrucción de puestos de trabajo, o los flujos de vinculación y despidos de trabajadores.
Con esa información los investigadores encontraron que un aumento de 1% del salario mínimo en términos reales produce una pérdida de 46.000 empleos al año.
Este análisis se apoya en el concepto de ‘costo de cumplimiento’ (CC), el cual está asociado con el encarecimiento de la nómina, como consecuencia de los incrementos del salario mínimo. Destaca también que este fenómeno afecta especialmente a las pequeñas empresas, y de ese total de empleos que se estima se ven afectados, se calcula la destrucción promedio de 20.000 puestos de trabajo y una reducción en la creación cercana a 26.000 empleos.
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Vale mencionar que existen otros modelos de equilibrio general que incluso predicen que el impacto de 1% del salario mínimo puede llegar a la pérdida de 72.000 empleos por año.
El estudio encontró también que el efecto del aumento del mínimo es más pronunciado en los establecimientos más jóvenes (menos de 4 años) y va cayendo conforme se evalúa el efecto en plantas más consolidadas. Según el análisis, en compañías de más de 6 años el efecto es cercano a la mitad del observado en los establecimientos más jóvenes, no solo para los flujos de trabajo sino también para los de trabajadores.
“Como resultado, un incremento del 1% en el salario mínimo real produce una reducción del empleo de alrededor del 1,85% en los establecimientos más jóvenes, mientras que en las plantas de mayor edad es de solo un 0,84%”, indica el documento.
Otro de los hallazgos de la investigación se relaciona con la informalidad, uno de los elementos en los que la literatura económica ha hecho más estudios. Esta destaca como, en Colombia, numerosos estudios técnicos han evidenciado que la rigidez real que representa el salario mínimo constituye una seria distorsión, ya que contribuye con la prevalencia de la informalidad laboral.
Ante la heterogeneidad del mercado laboral en el país, ligado a la productividad en las diferentes ciudades, los investigadores proponen un salario mínimo por regiones.
El reporte menciona que, además de ser relativamente alto con respecto de otros salarios, otra característica del salario mínimo en la distribución de ingresos laborales en Colombia es que la proporción de trabajadores cuyos ingresos laborales son menores que el mínimo legal varía considerablemente entre grupos ocupacionales.
Así las cosas, el salario mínimo legal es, según el hallazgo de los investigadores, en promedio, un 41% más alto que el ingreso laboral mediano de estos trabajadores.
De igual forma, destaca el estudio, las alzas del mínimo aumentan la probabilidad de estar por debajo de la línea de pobreza monetaria y concluye que “la implementación de la figura del salario mínimo en Colombia no está favoreciendo a los hogares más pobres”.
Efecto en la inflación
La investigación también se centró en los efectos de ese aumento en la inflación. Se evidenció que aumentos de 100 puntos básicos (pb) en el salario mínimo, es decir, de 1,0%, producen una inflación de entre 10 pbs y 15 pbs, es como si la inflación de un año utilizara como caballito’ el salario mínimo para pasar al año siguiente, lo que en el Banco de la República se llama persistencia de la inflación.
Sin embargo, estas variaciones de precios estarían concentradas en los primeros cuatro meses del año, especialmente en enero. En este periodo es cuando, según el documento, más del 90% del IPC muestra incrementos de las probabilidades de incremento y cambio de los precios.
Laura Lucía Becerra Elejalde
PORTAFOLIO